Diferencia entre revisiones de «Prácticas legítimas»

De Gestion colectiva de conocimientos
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El texto que se expone a continuación surge del trabajo de síntesis realizado por el Equipo Central de Reprasis, a partir de las contribuciones de los sistematizadores, desde  mediados del 2007, hasta finales de abril de 2010.
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Dicha síntesis es el resultado de los cientos de aportes de los sistematizadores, cuya tarea se realiza en la Fase IV, “Conceptualización”, aportando su reflexión sobre los aspectos más sobresalientes de su práctica.
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¿Cómo llegan los sistematizadores al espacio de gestión colectiva de conocimientos? Cada uno lo hace a partir de las paradojas que identificó en su práctica en la Fase III, “Interpretación”. Sin embargo, los sistematizadores libremente pueden trabajar (y así lo han hecho) en los diferentes temas de discusión propuestos en el espacio de gestión colectiva de conocimientos, incluso proponiendo nuevas conceptualizaciones.
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El sentido de un espacio colectivo de generación de conocimientos radica en la capacidad de generar procesos de síntesis, y de ir identificando los aspectos que surgen con regularidad. Esto genera, con el paso del tiempo, un consolidado de temas y abordajes de los mismos, al que podemos acceder sólo en la medida que –respetando el espíritu y sentido literal de las expresiones vertidas en el espacio común por los sistematizadores- logremos identificar las principales regularidades y podamos dar cuenta de ellas de manera concisa, precisa y comunicable. Con este sentido, esta tarea fue y será realizada por el Equipo Central de Reprasis, de manera periódica. Cada uno de los aportes particulares están presentes en los conceptos generales que a continuación se presentan: éstos surgen de los primeros, y no de elaboraciones propias del Equipo Central de Reprasis.
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Los sistematizadores podrán acceder al proceso previo de generación de la presente síntesis, accediendo a la opción “Historial”: este espacio es la memoria de todos los aportes y modificaciones realizadas desde la creación del espacio colectivo de conocimientos. De tal manera, que esta síntesis no elimina los aportes particulares de cada uno de los sistematizadores, sino que están doblemente incluidos: en el “Historial”, en su versión textual; y en el actual síntesis elaborada por Reprasis.
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'''''INTRODUCCIÓN'''''
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La construcción de la legitimidad de una acción en curso, es uno de los problemas más comunes en las prácticas sociales de diferente tipo. Esta construcción se relaciona con la posibilidad de garantizar la participación de los destinatarios de las prácticas, pero sobretodo se relaciona con la capacidad de negociación de los actores involucrados.  
 
La construcción de la legitimidad de una acción en curso, es uno de los problemas más comunes en las prácticas sociales de diferente tipo. Esta construcción se relaciona con la posibilidad de garantizar la participación de los destinatarios de las prácticas, pero sobretodo se relaciona con la capacidad de negociación de los actores involucrados.  
  
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Escuchar al otro (al destinatario de nuestras prácticas) y ser escuchado -en el marco de prácticas de intervención social- es el inicio de un proceso de permanente negociación sin resultados predecibles de antemano. Muchas veces, el fracaso de las prácticas se debe a que no se ha podido construir un espacio donde hacer transparentes los intereses de los actores involucrados.  
 
Escuchar al otro (al destinatario de nuestras prácticas) y ser escuchado -en el marco de prácticas de intervención social- es el inicio de un proceso de permanente negociación sin resultados predecibles de antemano. Muchas veces, el fracaso de las prácticas se debe a que no se ha podido construir un espacio donde hacer transparentes los intereses de los actores involucrados.  
  
Es así, que en nuestras prácticas sociales nos encontramos muchas veces con que los intereses de los destinatarios no siempre coinciden con los intereses de los equipos de trabajo, ni tampoco entre ambos actores y las organizaciones que los financian o apoyan. La construcción de prácticas legítimas está relacionada con tres de las paradojas que hemos trabajado anteriormente: paradoja 3 (entre la idea de que la validez de las acciones se funda en los destinatarios; y otra concepción que entiende que la práctica es válida independiente de estos aspectos), paradoja 4 (entre una práctica asentada en convicciones éticas y exigencias de coherencia entre el pensar y el hacer, y la necesidad de resolver problemas concretos y reales, acciones y decisiones que a veces no se corresponden a dichos principios) y paradoja 6 (entre prácticas que se realizan en instituciones fuertemente estructuradas y la necesidad de impulsar acciones innovadoras).  
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A veces, existen los espacios para exponer intereses pero no todos los participabtes tienen claridad sobre los mismos u operan obstáculos històrico-culturales que impiden animarse a plantearlos por distintas razones (vergüenza, temor...). Esto exige un proceso de crecimiento colectivo, de construcción de confianza, de capacitacicón y análisis crecientemente crítico, para llegar a reconocer intereses legítimos.
La creación prácticas legítimas se refiere a poder encontrar un brecha que te permite actuar, teniendo en cuenta los objetivos de la organización, tus propios objetivos como trabajador y los propios pbjetivos se los sujetos por los cuales estas interviniendo.  
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Esta brencha puede generar prácticas superadoras que no solo intervengan en el problema concreto del sujeto sino que generen un cambio en la manera de proyectarse frente a la vida.  
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Es así que, en nuestras prácticas sociales, nos encontramos muchas veces con que los intereses de los destinatarios no siempre coinciden con los intereses de los equipos de trabajo, ni tampoco entre ambos actores y las organizaciones que los financian o apoyan. La construcción de prácticas legítimas está relacionada con tres de las paradojas que hemos trabajado anteriormente: paradoja 3 (entre la idea de que la validez de las acciones se funda en los destinatarios; y otra concepción que entiende que la práctica es válida independiente de estos aspectos), paradoja 4 (entre una práctica asentada en convicciones éticas y exigencias de coherencia entre el pensar y el hacer, y la necesidad de resolver problemas concretos y reales, acciones y decisiones que a veces no se corresponden a dichos principios) y paradoja 6 (entre prácticas que se realizan en instituciones fuertemente estructuradas y la necesidad de impulsar acciones innovadoras). La creación de prácticas legítimas se refiere a poder encontrar una brecha que te permite actuar, teniendo en cuenta los objetivos de la organización, tus propios objetivos como trabajador y los propios objetivos de los sujetos por los cuales estas interviniendo. Esta brecha puede generar prácticas superadoras que no sólo intervengan en el problema concreto del sujeto sino que generen un cambio en la manera de proyectarse frente a la vida.
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Quizás sea importante considerar junto a los intereses, las miradas de mundo y de posibilidad que los participantes tienen, en la negociación de prácticas a realizar, para que sus legitimidades sean más profundas.
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== ACERCA DE LOS INTERESES INSTITUCIONALES Y DE LOS ACTORES ==
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=== Tensión entre la estructura institucional y  los intereses de los distintos actores de las prácticas ===
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Entre los miembros del equipo de trabajo pueden existir discordancias a la hora de determinar dónde se asienta la validez de las acciones que se generan, si éstas deberían partir de los destinatarios o si son válidas independientes de éste aspecto.
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Muchas veces la negociación, entre los intereses de los distintos actores (equipos de trabajo, institución y los destinatarios) se lleva a cabo de manera tácita y no existe institucionalmente un espacio donde se revelen de manera abierta los mismos. Dicho choque tiene como resultado la superioridad de los intereses de la institución por sobre los de los de algunos miembros del equipo y los de los destinatarios de la práctica. Los intereses de los miembros del equipo de trabajo también pueden quedar relegados a los de la institución, en el sentido de que cualquier instancia novedosa imaginada o pensada tiene pocas posibilidades en relación a esos arraigados intereses institucionales.
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Existen a nivel de las organizaciones de la sociedad civil algunos conflictos suscitados por las directrices u orientaciones técnicas que emanan desde el Estado, siendo en algunas ocasiones poco flexibles, lo que supone un doble trabajo para las instituciones, por cuanto hay que dar respuesta a dichas orientaciones y a la vez ser creativos y perseverantes en relación a las estrategias que se visibilizan como más eficaces.Como el incidir en las políticas públicas es una práctica a largo plazo,es necesarios ser creativos, innovadores y mediadores entre la institución-los usuarios y el Estado a través de un levantamiento de propuestas debidamente fundamentadas con la praxis, con el conocimiento previo que haya al respecto (teorización construida desde la práctica).
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=== Superar los espacios individuales de poder y construir alternativas de la práctica para mejorarla ===
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En la medida en que los intereses de los equipos de trabajo que ejecutan una práctica (y las organizaciones que los alojan) no siempre están en total congruencia con los intereses de los destinatarios, se establece un proceso de negociación que puede tener diversos resultados: a) la primacía de los intereses de un actor sobre otro; b) la construcción de una nueva alternativa de práctica que tome en cuenta ambos; c) el quiebre de una práctica y su consecuente finalización por la imposibilidad de establecer acuerdos.
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Muchas veces se establece una primacía de los intereses de un actor sobre otro. En este contexto no sólo intervienen los intereses del equipo de profesionales sino también juegan los de los destinatarios. De esta manera prevalecen espacios individuales de poder sobre el objetivo principal de la práctica. El gran desafío es cómo construir "en el medio", entre los intereses de los distintos actores.
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Efectivamente en ocasiones se da la primacía de los intereses de una actor social por sobre los de otro, sin embargo, es necesario considerar espacios colectivos que permitan generar nuevas ideas, aportes, reflexiones, etc.; surgiendo además la interrogante de ¿Quién lo define?, debiéndose construir nuevas alternativas de practica que contribuyan al mejoramiento de la intervención y al beneficio directo de nuestros usuarios/as.
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La generación de espacios colectivos parece ser una tendencia natural en una cultura del "Buen vivir" cuyo foco estaría en la satisfacción de necesidades básicas, coherente con la dignidad del Ser humano en equilibrio con su entorno, donde todo estaría al servicio de todos. Lo complejo es la tenencia de posesiones (de bienes); (el conocimiento es un bien)que puede deformar una perspectiva de buen vivir, toda vez que un bien adquirido me signifique Poder y no Servicio. En esta perspectiva la mediación entre los distintos actores puede ser más difícil para profesionales, porque el tener conocimiento nos demanda esfuerzos en hacer conciencia de que la utilidad y bonanza del conocimiento está en la orientación a preservar el equilibrio de la vida humana en solidaridad, justicia y equidad.
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=== Explicitar los intereses de los distintos actores para mejorar la práctica ===
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Hacer explícita la tensión entre los intereses de los distintos actores podría constituirse en el primer paso para la construcción de un espacio necesario -en el que los interesen se transparenten para dar lugar a un proceso de negociación- para la construcción de una nueva alternativa de la práctica y para un mejor desarrollo de la misma. Una práctica legítima depende de la forma en que realmente se lleva a cabo y de cómo se tienen en cuenta los intereses de los actores.
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Esto pudiese llevarse a cabo a través de la cración de mesas de diálogo, en donde se genere el espacio para la exposición del sentir de los actores, lo cual sirva de base para la cosntrucción de nuevas alternativas de práctica.
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Creemos que es necesario este espacio de diálogo, pero nuestra experiencia nos refleja que solo el espacio no basta sino se emplea una metodología que ayude a promover la confianza necesaria para la explicitación de los intereses de los distintos actores.
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Es imprescindible explicitar por escrito los derechos de los usuarios en los distintos programas, como inherentes en su condición de seres humanos, sin coaccionarles a los intereses o metas de la propia institución.
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Otra práctica relevante son las mesas de trabajo y coordinación entre instituciones afines, con el propósito de aunar criterios y establecer objetivos en común para nuestros destinatarios. Sólo interactuando sistémicamente es posible desarrollar práctica más eficaces y acordes a las necesidades reales de los usuarios, en el entendido que son ellos los mayores expertos conocedores de su realidad.
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También hay que tener en cuenta que los intereses están mediados por las capacidades y posibilidades de los actores.
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=== Identificar intereses comunes en la construcción de la práctica ===
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¿Cómo se construyen prácticas legítimas? ¿Qué son practicas legítimas? Construir prácticas legítimas tiene que ver con la identificación de los intereses comunes que se ponen en juego entre todos los participantes. Conocer los diversos intereses es clave para construir la práctica, ya que necesitamos que cada uno ocupe su lugar y aporte su saber. Los intereses comunes son un lugar de intersección y es el espacio que posibilita trabajar juntos.
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Cada grupo humano tiene sus propios intereses, pero a la vez están unidos por intereses comunes, los cuales deben ser conocidos y visualizados por todos los miembros, puesto que esto permitirá intercatuar constructivamente, intercambiar conocimientos y experiencias y desde allí construir colectivamente la práctica, debiendo ser respetado cada conocimiento y aporte que los miembros realizan.
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=== Los objetivos de la práctica se deben priorizar frente a posiciones individuales ===
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El objetivo común de la práctica hacia el cual todo el equipo de trabajo tiene que apuntar debe dejar de lado subjetividades u observaciones individualistas. El objetivo se tiene que encontrar por encima del afán de sobresalir de manera personal e individual, o de "zafar" discretamente, frente a destinatarios. Es importante no pensar que se sabe todo lo que se necesita, ignorando que la práctica es un aprender diario.
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En nuestra práctica los objetivos son consensuados y además se comprometen formalmente a través de convenios, por lo que no cabe ninguna posibilidad de que las acciones de la práctica y las de los profesionales, se aparten de la consecución de aquellos. Lo que sucede, sin embargo, es que existen profesionales que se destacan por su ejercicio y compromiso, sin tener ellos la intención de sobre salir o cambiar las orientaciones de la práctica. Lo que es bueno, toda vez que las acciones se hacen eficientes y eficaces en el logro de los objetivos, esto incrementa la calidad y eleva los estándares de atención a los usuarios. Los mismos usuarios, a veces, perciben las diferencias de trato, de compromiso, de  disposición, de escucha, de acompañamiento, de confianza y estímulo de las propias capacidades que le transmite el profesional o el técnico, en contraste con otras experiencias de falta de interés, indiferencia y escasa estimulación que el profesional o el técnico ejerce en su atención al usuario.
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Volviendo, entonces, a lo anterior, respecto de que la práctica nos introduce en un aprendizaje permanente, es necesario disponerse a aprender también, de los destinatarios. ¿Podríamos trabajar más la idea de un juego dialéctico, frente al cual es posible encontrarnos cada vez que analizamos la interacción de profesionales y técnicos, con los destnatarios?. Si la interacción es sana, el destinatario puede reconocer méritos en el profesional o en el técnico, puede asignarle autoridad cómo guía, como acompañante en sus dificultades las cuales debe resolver y lo va a destacar de manera natural, al margen de las intenciones profesionales o técnicas. La sabiduría popular sabe reconocer, en una interacción sana, cuando alguien se destaca en su quehacer. También sabe reconocer cuando la interacción es insana y a veces se estimulan debilidades humanas que enredan la interacción, surgen manipulaciones, victimización y obstaculizan procesos importantes de crecimiento personal y social.
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En este punto es muy importante considerar espacios para el cuidado de equipo, en donde podamos determinar que nos pasa a nosotros al momento de intervenir, con nuestros prejuicios, con el sufrimiento del otro,etc. Por esto, este espacio debiese propender a que se pueda reflejar actitudes de sí mismo y del otro, criticar de manera constructiva, etc.
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Queda claro, también, que todo este proceso de explicitación de intereses, elaboración de acuerdos y definiciones para la práctica, exige una evaluación permanente que nos permita explicar logros y obstáculos que ayuden a ajustar la continuidad, persiguiendo los objetivos orientadores.
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=== Construcción de legitimidad institucional ===
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La construcción de la legitimidad institucional se relaciona con el grado de congruencia o acuerdo entre lo que los destinatarios ven o esperan de la organización/institución/programa, y lo que la propia organización ve o espera, o proyecta de sí misma. Esta falta de coincidencia puede redundar en una mayor o menor legitimidad institucional, es decir, una mayor o menor adherencia a la propuesta de trabajo, o mayor o menor participación de los destinatarios.
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Puede suceder que, de tanto en tanto, sea necesario un replanteo de la propuesta de trabajo simplemente por desgaste de la misma.
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En el mismo sentido, la legitimidad institucional se relaciona con el modo en que una organización valida su hacer institucional: respetando o adhiriendo en primer lugar a los deseos o necesidades de los destinatarios, o bien, definiendo objetivos y estrategias de trabajo/evaluación independientemente de las necesidades o deseos de los destinatarios. Esta disyuntiva alude directamente a las instancias de negociación entre los actores involucrados. Hay que tener en cuenta que la negociación "real" o "posible" que puede reconocerse en los momentos de evaluación, es la que se plasma en la práctica, en cómo se asumen o asumieron las responsabilidades definidas en la negociación.
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Muchas veces los intereses de los equipos de trabajo y de gestión institucional no siempre están en total congruencia con los intereses de los destinatarios, en estas condiciones surgen algunos interrogantes: ¿puede ser válida una propuesta de intervención independientemente de lo que piensen o sientan los destinatarios? ¿Sólo se valida la gestión institucional en la medida que las acciones o programas que se impulsen adhieran -en primer lugar- a los deseos o intereses de los destinatarios? ¿Cómo intervienen en la resolución de estas disyuntivas los equipos de trabajo? ¿Cómo juegan las estrategias de gestión institucional en la construcción de la legitimidad? La legitimidad institucional es una construcción que se relaciona -de este modo- con la capacidad de negociación de los actores involucrados.
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Por otra parte, surge la interrogante de como se logra construir la legitimidad cuando existen contextos de obligatoriedad, en donde hay medidas judiciales que originan el ingreso al centro para recibir atención, lo que conlleva a la interrogante de ¿Es posible negociar en este contexto?
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Es de total importancia este punto ya que la construcción de la realidad depende de la apropiación de la problemática, considerando los interrogantes y soluciones de todas las partes involucradas, para que la intervención sea adecuada. No se puede desconocer que las organizaciones en general buscan enfrentar determinadas situaciones problemáticas, y que a la vez cada actor involucrado tiene sus propias situaciones problemáticas, que a veces pueden coincidir y a veces no, y terminan influyendo en el desarrollo de las prácticas acordadas.
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Es imperativo que la institución tenga claro y practique los valores y la misión institucional por sobre otros asuntos técnicos, metodológicos y/o administrativos (reconociendo limitaciones que muchas veces impone el Estado u otro ente financiador).Además es deber de la institución actuar acorde a su discurso, en el entendido de que en este mundo globalizado y con nuevas tecnologías, la información y el quehacer práctico, administrativo, financiero y jurídico de toda instancia, está al alcance de los usuarios y sin duda condiciona la credibilidad y por ende la legitimidad institucional.
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== NECESIDADES DE LOS DESTINATARIOS ==
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=== Realizar intervenciones de acuerdo a las necesidades de los destinatarios ===
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Para poder hacer un trabajo de intervención se requiere indagar en las necesidades e intereses de la población. Esto se vuelve complejo en instituciones en las que existen diferentes culturas entre los destinatarios (diversas creencias, ideales, prioridades de vida, escala de valores, experiencias y niveles de formación) y lugares de origen (campo o ciudad, región o departamento del país). En muchas oportunidades dichas diferencias entran en tensión con el nuevo contexto familiar e incluso con las perspectivas puestas en práctica por los mismos profesionales de la institución. Por este motivo, los planes de intervención deben ser particularizados para cada usuario y deben partir de las necesidades específicas evidenciadas a partir de una valoración diagnóstica.
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De acuerdo a lo anterior, es de total relevancia adecuar la intervención a la realidad en que nos encontramos para construir el futuro de nuestros usuarios.
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=== ¿Pueden los destinatarios conocer lo que necesitan? ===
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¿Pueden los destinatarios conocer totalmente lo que necesitan? ¿Existen necesidades que, aunque no se vean a primera vista, son tan o más importantes que las que ellos manifiestan? ¿Pueden distinguir lo que es urgente para ellos de lo que realmente es importante?
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Muchas veces los destinatarios tienen que enfrentar una serie de carencias y necesidades que les impiden tomar las decisiones que los acercan a los objetivos de la práctica. Frente a esta situación, los miembros de la institución pueden tener la capacidad de ver lo que los otros no ven y ayudar a reconocer los recorridos acordes a lo que se busca.
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No siempre es fácil conectar con las verdaderas necesidades. Las instituciones están atravesadas por características del contexto económico, socio-cultural y político en el que se mueven.
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Vivimos un tiempo donde no solamente seguimos sufriendo los coletazos de la dictadura sino que se perpetúan metodologías autoritarias propias de aquella ideología. Tanto en el ámbito educativo, como en el político o el religioso encontramos muchas veces pequeños o grandes rasgos de despotismo. Lo grave no es tanto el sistema propuesto cuanto la huella que va dejando en nosotros y la internalización que hacemos de tales modos de relación. Así sucede que muchas veces quienes ejercitan en las organizaciones roles de educación con un supuesto cariz contra-hegemónico, en el fondo repiten, hacia los destinatarios, esquemas de abordaje de la realidad o características estigmatizantes de la mirada y con visos de alienación. Lo mismo sucede en los supuestos destinatarios cuando se sitúan ellos mismos en el lugar de victimarios siendo en realidad víctimas del entorno social en el que viven.
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Para pulir los razgos de alienación en los esquemas de intervención, ayuda que los grupos de trabajo cuenten con algún tipo de asesor externo que pueda mantener cierta distancia óptima en la mirada sobre la práctica.
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Los profesionales pueden reconocer las necesidades de los destinatarios, ayudar a identificarlas y resolverlas. En este horizonte la legitimidad de la práctica está asegurada. En este caso, el equipo empieza "solo", pero termina "junto" a los otros. Este recorrido legítima la práctica.
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Cotidianamente los actores sociales deben  enfrentar una serie de carencias y necesidades que les impiden tomar las decisiones que los involucre con la practica, Es necesario crear espacios de expresión y permitirles ser participes de las acciones, es decir,  por medio del reconocimiento de sus necesidades y carencias e intereses planificar actividades grupales, teniendo en cuenta el conjunto de necesidades comunitarias y no solo las de una persona.
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=== Considerar las experiencias de los destinatarios y la de los miembros de la institución ===
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No queremos poner todo el peso del rumbo de la organización en los destinatarios (si bien es el fundamental) porque la experiencia de los que conforman la organización también cuenta. Quedarnos únicamente con la voz del destinatario puede ser peligroso, ya que muchas veces no es conveniente porque no siempre se enmarca en una lógica que tenga en cuenta el interés colectivo.
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Nuevamente nos hace sentido la importancia de la negociación, puesto que tanto las experiencias de los destinatarios como la de los miembros del centro, deben ser consideradas,analizadas, con el fin de generar acuerdos.
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Por lo tanto, se vuelve a destacar la relevancia de la co-construcción, manteniendo un equilibrio entre los deseos del usuario y el manejo técnico del profesional, para lograr una intervención óptima que considera ambas perspectivas, tal como es la intervención con el modelo narrativo.
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Desde nuestra práctica consideramos que lo dicho sobre el destinatario también es aplicable a quienes llevan adelante la organización. Aveces subyacen intereses personales o modos de ver la realidad que no condicen con los fines de la misma. Es por ello que consideramos importante la fluidez en el diálogo y el conocimiento mutuo.
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== LEGITIMIDAD A PARTIR DEL APRENDIZAJE QUE POSIBILITA PRÁCTICA ==
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=== Construir  teoría desde la práctica ===
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La legitimidad de la práctica social será posible cuando un marco teórico (por ejemplo: la educación popular) permita leer lo que pasa con las situaciones abordadas, pensando en un dispositivo de intervención, realizando capacitaciones y construyendo teoría a partir de la práctica. La legitimación va ser posible siempre y cuando haya un aprendizaje real y pongamos en juego un saber que reemplace al anterior.
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Consideramos que es importante tener un marco teórico como base para apoyarnos frente a la intervención psicosocial que se realiza con los niños, niñas y adolescentes de nuestro proyecto. Dicho marco fundamenta y legitima la acción. Además, el quehacer profesional diario permite obtener diversos aprendizajes, que son retroalimentados en equipo y desde allí generar nuevas teorías que reflejen el trabajo realizado, la forma de intervención y las diversas posibilidades de acción frente a situaciones concretas.
  
PARA PODER HACER UN TRABAJO DE INTERVECIÓN ACORDE CON LAS NECESIDADES DE LA POBLACIÓN ES NECESARIO PODER INDAGAR CUALES SON SUS NECESIDADES E INTERESES, PERO ESTO SE VUELVE COMPLEJO EN UNA INSTITUCIÓN A LA QUE LLEGAN SUBCULTURAS CON PARTICULARIDADES EN CREENCIAS, IDEALES, PRIORIDADES DE VIDA, ESCALAS DE VALORES, ETC; QUE VARIAN SEGÚN LUGAR DE ORIGEN (CAMPO O CIUDAD, REGIÓN O DEPARTAMENTO DEL PAÍS, ETC)Y QUE EN MUCHAS OPORTUNIDADES NO ESTÁN ACORDES A SU NUEVO CONTEXTO DE VIDA FAMILIAR E INCLUSO A LA DE LOS MISMOS PROFESIONALES DE LA INSTITUCIÓN. ES ESTA LA RAZÓN POR LA QUE EL PLAN DE INTERVENCIÓN DEBE SER PARTICULAR A CADA USUARIO Y DEBE PARTIR DE LAS MISMAS NECESIDADES ESPECÍFICAS EVIDENCIADAS A PARTIR DE UNA VALORACIÓN DIAGNÓSTICA.
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El marco teórico enriquece la visión de persona que subyace en los fines de la institución, de ahí se derivan los lineamientos que ayudarán a construir una práctica orgánica.
  
La legitimidad de las acciones que efectuamos en el Patronato de Presos y Liberados de Salta, es uno de los nodos que se presenta en la práctica.  En el desarrollo de la misma, existen discordancias entre los miembros del equipo de trabajo a la hora de determinar donde se asienta la  validez de las acciones que generamos, si éstas deberían partir de los destinatarios o si son válidas independientes de éste aspecto. Por otro lado, siguiendo con el abordaje de la legitimidad de las acciones de nuestra practica, se encuentra el carácter de la  institución, que impone el ejercicio de control sobre los destinatarios como aspecto ineludible de la misma. La institución, aunque no llega a ser de características totales, es la correlación de una que si lo es, como la cárcel, en contraposición a su rigidez estructural, surge la necesidad por parte de algunos integrantes del equipo de trabajo, de impulsar acciones innovadoras, transformadoras que se ven en puja con las que están marcadas por  la impronta institucional.-
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=== Generar conocimiento desde la práctica ===
La  negociación, entre los intereses de los distintos actores (equipos de trabajo, institución y los destinatarios), se lleva a cabo de manera tácita, no existe institucionalmente, un espacio donde se revelen de manera abierta los mismos. Dicho choque de intereses, tiene como resultado, la superioridad de  los intereses de la institución  por sobre los de los de algunos miembros de equipo y por sobre los de los destinatarios de la práctica. Ya que la legitimidad de las acciones se fundamentan en el carácter de control de la institución y en el aspecto asistencial, no se parte de diagnósticos actuales, ni de la participación de los usuarios, los intereses de los miembros de equipo de trabajo también quedan relegados a los de la institución, en el sentido de que cualquier instancia novedosa imaginada o pensada, tiene pocas posibilidades en relación a esos arraigados intereses institucionales.-
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Muchas veces los destinatarios no conocen sus propios intereses y necesidades. Cuando esto sucede, la práctica –junto a la confrontación y la toma de conciencia del grupo de trabajo - se convierte en una herramienta que permite identificar problemas y ayuda a resolverlos. La legitimación tiene que ver con la posibilidad de obtener aprendizajes a partir de las prácticas. Hay legitimidad cuando los participantes y el equipo que interviene generan conocimiento desde la propia experiencia.
La legitimidad de la práctica, se fundamenta en un marco legal formal que da lugar a la creación de la institución e imprime rumbo a las acciones concretas. Surge el cuestionamiento entonces, por parte de algunos miembros del equipo de trabajo sobre tal legitimidad, esto surge también a partir de las condiciones concretas de vida de los destinatarios de la práctica que cada vez, con más notoriedad, reclaman ser tenidas en cuenta a la hora de proponer alternativas concretas y con posibilidad de incidir sobre las mismas. En el acaso de las destinatarias de la práctica, el desestimo por sus intereses, se hace más significativo ya que no se encuentran siquiera mencionadas entre los intereses de la institución, entonces, las necesidades de las mujeres con las que trabajamos no es abordada desde una perspectiva de genero que las contenga, por ende no se ofrecen alternativas en éste sentido.-
 
En el ámbito donde tiene lugar ésta práctica, cuyas características se han reseñado anteriormente, se torna aun más dificultoso que en otros, poder negociar los intereses de la institución y su prevalencia por sobre lo de los equipos de trabajo y sobre todo sobre los de los destinatarios y destinatarias de la práctica. Hacer explícita ésta tensión entre los intereses de los distintos actores, podría constituirse en el primer paso para la construcción de ese espacio sumamente necesario, donde éstos se hagan transparentes para dar paso a un proceso de negociación entre los mismos, lo cual resulta de imperiosa necesidad para la construcción de una nueva alternativa de la práctica y para un mejor desarrollo de la misma.-
 
  
Considero que una práctica legitíma es la forma en que realmente se lleva a cabo esa práctica,teniendo en cuenta los intereses de las destinatarias en este caso.
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Aquí será importante lo que el usuario tenga que decir respecto a lo que aprendió durante su proceso y tratamiento. Además, sería necesario e importante considerar lo que los profesionales aprendieron de la intervención con cada usuario y así poder ampliar la mirada acerca de un problema determinado.
Sucede que en el ambito carcelario, las practicas legitimas no estan dadas porque precisamente no se tiene en cuenta los intereses de la interna. A lo mejor, si se considera la posibilidad de encontrar otras modos de intervencion se podria legitimarla.
 
  
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=== Construcción de nuevos saberes y aprendizajes ===
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En todo espacio de trabajo hay construcción de nuevos saberes y aprendizajes para quienes lo integran, principalmente cuando hay una actitud de escucha y apertura a diferentes miradas sobre el objeto de conocimiento. El  "saber popular" construido a partir de la experiencia concreta enriquece permanentemente y ayuda a agudizar el "sentido común", que hay que tratar de superar generando un sentido cada vez más crítico de la realidad. La construcción colectiva del conocimiento no siempre se desarrolla fácilmente. A veces se generan resistencias frente a lo nuevo por parte de los destinatarios o del equipo. Las instancias de evaluación compartida son un buen espacio para resolver estas diferencias, intentando que las situaciones dilemáticas se transformen en problemáticas a las que se les pueda buscar una solución consensuada. De esta manera se construyen nuevos saberes y aprendizajes, tanto por las conclusiones a las que se arriba sobre la temática abordada, como durante el proceso de intercambio que enriquece a las personas individual y grupalmente.
  
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El saber tiene que llevar al protagonismo y a la participación. Una participación que se establezca desde la experiencia, la pregunta, la duda y la certeza. Como dijo Paulo Freire una de las condiciones para pensar acertadamente es que no estemos demasiados seguros de nuestras certezas. Con esta actitud de apertura, tratando de comprendernos, de entendernos, de modificar nuestros puntos de vista y de reconocer las diferencias, se podrán construir nuevos saberes en un proceso de aprendizaje colectivo.
  
La legitimidad de la practica social con niñas, niños y adolescentes en situacion de vulnerabilidad, será posible cuando un marco teorico permita leer lo que pasa con las situaciones abordadas, pensando en un dispositivo de intervencion, realizando capacitaciones construyendo teoria a partir de la practica.
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Desde nuestra experiencia hemos incorporado espacios ludicos y recreativos para los actores en donde se facilita la expresión de las vivencias, sentimientos y quereres.Esto genera un crecimiento personal que redunda en beneficio propio y de los destinatarios.
La legitimacion va ser posible siempre y cuando haya un aprendizaje real y pongamos en juego nuestro saber que reemplace al anterior.
 
  
Partiendo de lo anteriormente dicho : "Los intereses de los equipos de trabajo que ejecutan una práctica (y las organizaciones que los alojan) no siempre están en total congruencia con los intereses de los destinatarios. Este proceso de negociación puede tener diversos resultados: a) la primacía de los intereses de un actor sobre otro, b) la construcción de una nueva alternativa de práctica que tome en cuenta ambos; c) el quiebre de una práctica y su consecuente finalización por la imposibilidad de ponerse de acuerdo."
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==== El trabajo en grupo en la construcción de saberes ====
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El trabajo en grupo es importante para construir saberes y aprendizajes. No es sencillo conformar un “grupo”. Es diferente a una suma de individualidades que se reúnen en torno a una mesa. Requiere organizadores externos, tarea, roles y mutua representación interna.  
  
Podría decir que el resultado de nuestra práctica, hasta el momento, es "la primacía de los intereses de un actor sobre otro". Donde no sólo se juegan los intereses del equipo de profesionales sino que también juegan los intereses de la comisión de vecinos, talleristas etc., prevaleciendo los espacios individuales de poder sobre el objetivo principal: que el centro comunitario abra sus puertas al barrio.
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El saber popular es uno y el profesional es otro. Esto lleva a la construcción de roles y a lugares distintos dentro del grupo. Surgen las preguntas: ¿en qué lugar me veo? ¿en qué lugar veo al otro?
  
Como consecuencia de esto, se dan dos situaciones que se repiten desde el inicio de la práctica:
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Lo anterior declara la importancia del trabajo en equipo, donde cada miembro se hace participe del trabajo específico a su función, de acuerdo al objetivo que el equipo quiera logra, con el fin de realizar una intervención hermenéutica con el usuario.
  
a- si un "amigo/a" hace o dice algo con lo que no acuerdo, miro para otro lado y me callo; si alguien que no/s simpatiza hace o dice algo con lo que no acuerdo, hago todo lo posible para expulsarlo, hasta expulsarlo.
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Los saberes que sustentan el quehacer profesional por lo general se encuentran implícitos en las prácticas específicas, desde nuestra propia historia e intereses; combinándose los distintos saberes que cada miembro del grupo trae consigo. Por lo tanto, reviste una vital importancia el trabajo en grupo, en donde estén definidas las funciones, roles y tareas que el equipo desea lograr. Esto también implica la definición de "qué pasa cuando no se cumple con las responsabilidades asumidas", lo cual no siempre es fácil de resolver.
  
b-  se llega a acuerdos, en la reuniones mensuales; pero en general estos acuerdos no los cumplo, ni los hago cumplir.
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=== Ajustar la práctica a partir de las modificaciones del contexto ===
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Muchas veces a los equipos técnicos les cuesta capitalizar las lecciones aprendidas. Una práctica que no sufre ajustes es una práctica inocua. La realidad es cambiante, sufre transformaciones por diversas razones y es menester estar atentos, con todos los sentidos puestos en las amenazas y oportunidades que los escenarios ponen a nuestros pies. Los destinatarios y los cuerpos técnicos tienen que ser capaces de ir a la par con la vigilancia de contexto, a fin que puedan siempre responder oportunamente a los desafíos que la práctica se propone.  
  
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=== El diagnóstico como tarea previa a la intervención ===
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La legitimidad también está relacionada con cuánto conocemos el escenario sobre el que tenemos intención de trabajar y en qué proporción de dicha realidad podemos incidir y contribuir a su transformación. Cuando realmente nos tomamos el trabajo de levantar diagnósticos iniciales o líneas de base, tenemos más oportunidad de pautar una intervención acorde con las necesidades en ciernes. En algunas oportunidades no hay dinero para realizar estas tareas previas, de manera que consultamos indirectamente la realidad y creemos que como técnicos podemos saber "lo que la gente necesita". Resulta por ello muy complejo conciliar nuestros saberes como técnicos y lo que la realidad nos ofrece como necesidad imperiosa a atender.
  
El desafío es poder modificar esta realidad; tomando las palabras escritas anteriormente: "Hacer explícita ésta tensión entre los intereses de los distintos actores, podría constituirse en el primer paso para la construcción de ese espacio sumamente necesario, donde éstos se hagan transparentes para dar paso a un proceso de negociación entre los mismos, lo cual resulta de imperiosa necesidad para la construcción de una nueva alternativa de la práctica y para un mejor desarrollo de la misma."
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Claramente el trabajo debe cimentarse en un diagnóstico de necesidades que permita conocer la realidad en que nos encontramos incertos y así visualizar el abanico de posibles soluciones, recursos,fortalezas y oportunidades con que contamos.
  
En la práctica con niños, escucho el interés de ellos, como destinatarios directos "acá venimos a jugar". ellos sienten y toman legítimamente ese espacio como propio, así se manejan en el uso de los materiales, el encuadre, etc.
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Toda intervecnión debe sustentarse en un diagnóstico claro y acorde a las necesidades de los participantes, puesto que esto permite elaborar un plan de intervención realista y concreto, teniendo como base las problemáticas, necesidades, fortalezas y debilidades con que el niño/a y su familia cuentan; y asi comprender e internalizar la realidad con la que debemos trabajar, sus complejidades y redes con las que contamos.
Para los coordinadores del espacio, no es ese objetivo suficiente. no vamos solamente a jugar con ellos, ni a ofrecerles juegos. cómo hacer para conciliar ambos intereses se vuelve tarea de todos los días, motivo de discusión y búsqueda de acuerdos.si bien mediante el juego trabajamos múltiples aspectos, aspiramos a que otros factores se mediaticen en dicho espacio. Queremos que acuerden, que construyan, que creen, que generen proyectos.
 
He pensado  que muchas veces cuando predominan nuestros intereses por encima de los de los destinatarios, baja el nivel de participación. sin embargo, en los eventos masivos, cuando el taller se abre a la comunidad, nuevamente se acercan muchos niños que no logran sostener la asistencia continua la taller.
 
Considero que esta apertura a la comunidad en diversas circunstancias (juegos, muestras, encuentros, paseos, visitas) consolida la legitimidad de la práctica en el barrio.
 
El taller es reconocido por los centros comunitarios, por las familias y por los otros chicos del barrio. quienes asisten tienen un sentido de pertenencia desarrollado.
 
Sin embargo, en la escuela, como espacio fisico donde se desarrolla la práctica, creo que no esta consolidad esa legitimidad, debido a que no hemos podido afianzar ese espacio de dialogo y de intercambio de expectativas y objetivos con las autoridades.
 
tal vez actualmente, si bien no hubo un gran intercambio, se nos abre la posibilidad de dar a conocer las producciones del taller en una cartelera central dentro de la escuela.
 
la legitimidad de mi práctica es aún una pregunta retórica para mi, un proceso en construcción.
 
He pensado que el protagonismo de los destinatarios puede ser también  una costante que brinde legitimidad. Es decir si la práctica ha dejado algo instalado en los destinatarios, una necesidad, una inquietud, ua motivación qu vaya por encima de la organización que genera la practica, la práctica se vuelve legítima, es "tomada" por los destinatarios como parte de su propia vida.
 
Entonces, aunque un taller finalice, aunque un presupuesto se agote, si la práctica es legítima la misma gente buscará, luego de la experiencia, la reconstrucción.
 
  
En cuanto a la legitimidad de las prácticas de formación profesional en jóvenes con necesidades educativas especiales y enmarcada dentro de las políticas educativas, creo que dicha cuestión de legitimidad puede llegar a abarcar la práctica misma, en cuanto la educación formal, oficial, como política educativa de Estado cuya finalidad radica en la socialización de las nuevas generaciones en la cultura letrada, en la cultura del trabajo.
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== LEGITIMIDAD Y SENTIDO DE PERTENENCIA ==
Así mismo, y desde una mirada histórica,  la educación especial ha ido incorporando a su tarea de formación los principios de normalización e integración y actualmente se presta a poner en hechos el derecho a la inclusión; Derecho que de manera transversal intenta llegar a todo el espectro educativo-escolar.
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=== Apropiación de la práctica ===
A partir de éste paradigma y de los tiempos históricos por los que estamos atravesando, se observa una apertura de la rama de educ. especial a que los alumnos participen en ámbitos educativos convencionales y laborales, espacios que aun muestran cierta reticencia.
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La legitimidad de la práctica se puede vincular al sentido de pertenencia desarrollado por los participantes. Si bien este es un proceso en construcción, el protagonismo de los destinatarios puede establecer un constante espacio de legitimidad. Es decir que, si la práctica ha instalado una necesidad o una inquietud que vaya por encima de la organización que la genera, esta se vuelve legítima y es "tomada" por los destinatarios como parte de su propia vida. En estas condiciones, aunque la práctica finalice y/o el presupuesto se agote, la misma gente buscará luego de la experiencia algún tipo de reconstrucción.  
Ahora bien, para que la práctica en cuestión pueda ir construyendo cierta legitimidad, debe de abordar algunas problemáticas y carencias que se relacionan entre otras cosas, con la generación de un espacio (concreto y formal) de participación, dialogo y negociación de los demás actores, alumnos, padres e instituciones del ámbito laboral.
 
La generación de espacios y las actitudes negociadoras, son materias pendientes en quienes llevamos adelante el proyecto, por su carácter fuertemente estructurado y dentro del ámbito de la educación privada; Estos aspectos, contradictorios y paradojales,  deben ser revisadas permanentemente y es en dichos espacios y con sus protagonistas donde podrán ser resueltos.
 
Esta es una posibilidad de modificar que unos intereses prevalezcan sobre los otros, negociar, consensuar, prácticas democráticas que beneficiaran a los protagonistas del proyecto.
 
  
En relación al proyecto de Extension asistencial en función docente en relación al retardo mental, pensar en la legitimidad de la práctica tiene una doble vertiente: por un lado, los pacientes y sus familias y por el otro, los estudiantes.
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De lo contrario, cuando la “legitimación” de las prácticas se da a través de lo que creen los participantes de la organización que los destinatarios desean o necesitan, los proyectos no se desarrollan con participación.
Si uno piensa que la legitimidad está dada por acuerdos o negociaciones, entre y con los actores involucrados, puedo suponer que el segundo grupo involucrado (estudiantes) la ha legitimado desde el momento en que su pedido era y es "más práctica".Hubo un espacio de escuha.  Sin embargo, dada la realidad (falta de compromiso, de entusiasmo, entre otras cosas), parecería con que la negociación no me resuelve todas las cuestiones.
 
El otro punto donde creo que la negociación resulta casi insuficiente es en el terreno de los pacientes y sus familias. La experiencia me ha mostrado que uno no puede ser inamovible en sus ideas pero...la mayoría de las veces, me encuentro que no puedo negociar nada sino imponer un criterio. La paradoja n° 3 es un nervio muy sensible en esta práctica.
 
  
A partir de las conceptualizaciones desarrolladas sobre cada una de las prácticas sociales y vinculadas al tema de la legitimidad, se identifican aspectos comunes, aproximaciones analógicas que se suceden en cada una de ellas; De esta manera se observan ciertas regularidades sobre la impronta institucional, sobre los intereses que representan cada uno de los actores y sobre los alcances que ellos tienen.
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=== Participación y compromiso ===
En cada una de las prácticas subyace una interpretación de lo institucional, como organizaciones propias de la sociedad civil y política,  parte de la estructura social que ordena el funcionamiento de las clases sociales, a través de sus políticas  de seguridad, educación, salud, laborales, etc. Y por cuya función están legitimadas socialmente.
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Para que pueda lograrse un cambio real y significativo en la vida de una persona, este debe surgir desde el interior hacia el exterior. Se pueden realizar actividades que modifiquen el contexto y lograr un impacto que no perdurará en el largo plazo. Es por eso que existe la necesidad de que los participantes se involucren y sean los protagonistas de su propio cambio. La legitimidad se gana no sólo con la participación física, sino –y sobre todo- interna –es decir con el convencimiento de los destinatarios acerca del proyecto.
Estas instituciones mantienen el ejercicio del poder y control sobre los destinatarios de sus políticas sociales.
 
La intervención de los equipos de trabajo no busca reproducir ese control y poder, por lo contrario, busca generar espacios de negociación (aunque no estén reconocidos oficialmente) donde poder  re-conocer las necesidades e intereses de la población destinataria, hacer explicita la tensión entre intereses y rescatar la importancia de protagonismo de los demás actores.
 
En este enfrentamiento de intereses institucionales y populares, prevalece el poder institucional lo que genera la escasa participación de los destinatarios y  sentido de pertenencia. La construcción permanente de legitimidad, de prácticas democráticas, de conciliar intereses, se vuelve tarea de todos los días.
 
  
Práctica legítima: creo que es posible a partir de seguir negociando: entre los docentes que participan de la extensión asistencial en función docente, de los alumnos (que la solicitan), de los pacientes que muestran un sufrimiento por su condición de niños patologizados. El sistematizar la práctica me ha permitido "escuchar" aún más al alumnado por medio de encuestas voluntarias y anónimas. Los resultados me han sorprendido: el balance es sumamente positivo. Las dificultades que uno de los destinatarios de esta práctica (alumnado)  encuentra en la misma tiene que ver con aspectos estructurales que remiten más a la paradoja n° 6. En mi comentario anterior, decía que la paradoja n° 3 era un nervio muy sensible en mi práctica. Sigue siendo sensible pero mucho menos de lo pensado.  
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Cuando en una práctica aparecen intereses diversos por parte de los actores involucrados, esto debe ser fuente de una reflexión que indudablemente enriquece la práctica, da la posibilidad de repensarse y de buscar alternativas que contribuyan a los intereses de todos. A su vez, estas acciones en las que los miembros sienten que son tenidos en cuenta y que sus apreciaciones son importantes, inciden en los índices de permanencia y participación. Los cuales aún así se ven afectados en la medida en que los actores no hayan podido hacer un proceso interior que les ayude a clarificar sus motivaciones. Sin este proceso resulta dificil y confuso un verdadero discernimiento.  
Sigo negociando con los actores y aunque los resultados sean azarosos creo que no se avista en el horizonte el quiebre de la misma.
 
  
La legitimacion de la practica social con internas procesadas primarias en el ambito carcelario esta ligitimada dentro de las reglamentaciones vigentes. Sin embargo, cuando se busca implementarla desde el Area Social, se produce una tension que entre la institucion y la profesional. Suecede que si bien hay actividades que se pueden llevar a cabo el sostenimiento de esas actividades desde el Area Social es debil. Quizas habria que empezar a tener en cuenta la negociacion y la mediacion en esta practica social para una mejor convivencia.
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Para lograr que los/as participantes se involucren en el proceso de intervención de una manera comprometida, y así transformarlos en los gestores de sus propios cambios, es necesario hacerlos participes desde el inicio, respetando su historia, sus tiempos, brindádoles una buena acogida basada en el respeto y la tolerancia, puesto que cada cual trae consigo historias de vida y multiplicidad de problemáticas, adecuando los planes de intervención a sus necesidades y no basando los diagnósticos e intervenciones en lo que el profesional quiere o considera necesario.
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=====La participación y compromiso visto de ambos lados: destinatarios-coordinadoras de la practica. cuando los destinatarios logran percibir el nivel de compromiso social y participación por parte de las personas responsables o que se encuentran al frente de los proyectos, es en ese momento donde creen, donde también se comprometen,, donde hacen suya la practica; donde ellos se ven acompañados y respaldados. El compromiso debe ser mutuo, debe contagiarse, la persona al frente del proyecto debe dar siempre el ejemplo.
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En nuestra experiencia lo vivimos así, nos comprometimos al máximo con la practica y vimos los resultados, las madres nos acompañaron en todo momento, hicieron suya la practica y lograron realizar una participación comunitaria, se logro la unión de un grupo dispuesto a trabajar por su barrio con responsabilidad social. (practica: participación comunitaria)
  
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=== La participación y el sentido de pertenencia aseguran resultados ===
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La participación (activa, protagónica, sensible, trascendente) de los destinatarios es la mejor medida para indicar si la propuesta alcanzó la legitimidad esperada. Es una suerte de péndulo. Al inicio de una intervención la legitimidad es la que más está en entredicho; pero luego, conforme avanza por buen derrotero, se internalizan discursos y acciones que permiten la apropiación y el sentido de pertenencia en niveles que aseguran los resultados finales.
  
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La participación suele ser más fácil y feliz en la medida en que los imaginarios grupales se van haciendo comunes. El conocimiento grupal ayuda a vencer barreras y prejuicios y a desinhibirse. Las organizaciones que logran favorecer una mutua representación interna en sus integrantes suelen generar un mayor grado de participación.
  
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=== Falta de participación y pérdida de legitimidad ===
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Es difícil legitimar una práctica si la comunidad con la cual se trabaja no responde, ya sea porque no la ven necesaria, no consideran importante su participación o simplemente la creen importante pero esperan que otras personas asuman la responsabilidad. No se puede hablar de legitimidad si las personas a las que la práctica se dirige no  participan de la misma.
  
La legitimación de la practica social con la niñez y adolescencia en contextos educativos públicos, se ven desdibujadas en virtud de que existen relaciones institucionales que funcionan sin objetivos en común. La especificidad de las distintas profesiones no se enriquecen, todo lo contrario cuando se trata de situaciones complejas de resolver no hay implicación, ya sea en el  establecimiento educativo o en  las instituciones que atienden a la niñez y adolescencia en el municipio. Este tampoco tiene implicación con la temática, dando mas relevancia a lo político.
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En este sentido, se suscita también mayor o menor participación por parte de los usuarios, lo que va de la mano a las necesidades, intereses y prioridades que cada usuario establece, condicionados por la historia personal y el contexto.
Las familias también tienen dificultades de poder operar con éxito en la crianza de sus hijos,  por su nivel cultural, social y económico bajo. Sin embargo, esto no es incidente dado que hay problemáticas que se abordan con adolescentes de nivel medio  ( intento de suicidio).
 
La situación mencionada de conflicto institucional y comunitario  conlleva a que no se pueda establecer estrategias de intervención  abordando el emergente critico y que se oriente a intervenciones sociales y pedagógicas de prevención.
 
Los emergentes que aparecen se recrudecen más en los adolescentes, quienes se reflejan en un importante numero de casos que  la muerte o el intento de suicidio son sus salidas mas rápidas en la dificultad de establecer vínculos sanos.
 
  
Las practicas legítimas se dan en Centros Culturales desde la participación que se genera dentro de las mismas instituciones, definidas como horizontales y autogestivas, cuya participación se da libremente. Sin embargo, la participación por lo general se ve sesgada: el barrio no suele participar de las actividades, y aún en menor cantidad de veces lo hace en el momento del diagnóstico y planificación de las mismas.
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Por lo dicho anteriormente, se visualiza la necesidad de que desde el inicio se incorpore al usuario en el proceso de intervención, tomando en cuenta sus opiniones y necesidades, plasmando esto en el diagnóstico y plan de intervención, reflejándoles la necesidad e importancia del porque se requiere de su apoyo para generar cambios en la dinámica familiar y así contribuir al proceso terapéutico, haciénolos protagonistas de sus propios cambios, lo cual motivara su adherencia y compromiso de participación.
En este caso, se da la legitimación de las prácticas a través de lo que creen los participantes de la organización que los destinatarios desean o necesitan. Esto genera consecuencias visibles en todo momento de la practica: los proyectos no se desarrollan con participación barrial (por ejemplo: una revista barrial sin notas escritas por vecinos, o sin información que los vecinos deseen leer, etc), asi como la sobrexigencia de los participantes de la organización en todos los proyectos en curso, teniendo finalmente que cerrar o priorizar unos sobre otros.
 
Creo que es necesario priorizar finalmente este pilar de las organizaciones, para traspasarlo desde un plano teorico a uno real.
 
Para poder transpasar este plano teórico a uno real, es necesario poder generar el encuentro con el vecino. Si este transpaso no se efectúa el logro de las acciones ejecutdas, se convierten en objetivos no cumplidos. Las evaluaciones tienen que dar cuenta de la participación de los mismos en pos de ponerlo como un pilar fundamental a la hora de generar una actividad. Desde el momento en el que se planifica una actividad hasta su posible evaluación, el vecino debe tener un papel activo; reconociendo el objetivo de la misma para poder constribuir a los logros esperados. Es por esto que, teniendo en cuenta la visión del vecino, los objetivos de la organización y tus propios objetivos como sujeto inmerso de la práctica es que se realiza la práctica legítima, claramente superadora de la práctica inconsciente o puramente asistencial.
 
  
Es esencial para llegar a lo antedicho, generar estrategias que puedan llegar a conocer la visión de los vecinos del barrio, ya que sino se prosigue sosteniendo los propios principios y los de la organización, sin cocnocer los primeros.
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=== Participación continua por parte del equipo ===
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Una práctica que no tiene continuidad para cumplir sus objetivos no es legítima.  Debe haber un hilo conductor seguido por los actores en cada paso. Esta continuidad se logra con la generación  creciente y sostenida de la energía puesta en la tarea. Puede haber retrocesos, pero las tareas deben ser encauzadas a la mayor brevedad. La presencia permanente del equipo es una fuente de seguridad insustituible. Sin prisa, sin pausa y sin desmayos emotivos.
  
Creo necesaria para lograr la legitimidad de las parcticas el trabajo conjunto entre el un  equipo profesinal y el publico destinatario, ya que asi se podran cubrir las necesidades , gustos y preferencias de los destinatarios y no solamente del equipo profesional y de la institucion, importante si dejar claro los lineamientos y objetivos que la institucion desea y brindar el apoyo necesario paar el cumplimiento de actividades planificadas en conjunto entre el equipo profesional y los comites de destinatarios.
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== ESTABLECER ESPACIOS DE NEGOCIACIÓN ==
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=== Desarrollar prácticas en las que no prevalezcan unos intereses sobre otros ===
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Para que una práctica pueda ir construyendo legitimidad debe abordar algunas problemáticas y carencias que se relacionan, entre otras cosas, con la generación de un espacio (concreto y formal) de participación, diálogo y negociación entre los distintos actores. La generación de espacios y las actitudes negociadoras acerca de  aquellos aspectos contradictorios y paradojales de las prácticas, deben ser revisados y repensados permanentemente para poder ser resueltos. Esta es una posibilidad no sólo de modificar el hecho de que unos intereses prevalezcan sobre los otros, sino también de negociar y consensuar prácticas democráticas que beneficien a todos los protagonistas del proyecto. En otras palabras se tiene que tener en  cuenta la negociación y la mediación en la  práctica social para una mejor convivencia.
  
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La dinámica laboral en que nos desenvolvemos, nos lleva a tener siempre presente la negociación y la mediación frente a situaciones complejas que afrontamos, las cuales deben ser dialogadas y concensuadas por los diversos actores involucrados, teniendo como base el respeto y la tolerancia, no realizando juicios a priori o intentando anteponer intereses propios por sobre el otro, puesto que esto perjudica la negociación o mediación que desea realizarse, incidiendo negativamente en los objetivos trazados.Esto último no es sencillo ya que muchas veces los intereses están asentados en necesidades vitales, como la de un empleo u otro beneficio básico.
  
==''Leyendo los comentarios y aportes de mis compañeros, todos coincidimos en la necesidad de poder recoger de los beneficiarios lo más exactamente posible sus requerimientos,sus reales necesidades y aún preferencias ; y según lo comentado hasta el momento, podemos decir que, si hacemos esto, estaríamos dándole una legitimización a nuestra práctica . Pero hay varias preguntas que quiero plantearlas como parte de nuestra reflexión y construcción colectiva: ¿ Podrán , los usuarios conocer totalmente lo que necesitan?¿Habrán otras necesidades , que no se ven a primera vista , que son tan o más importantes'' que las que ellos manifiestan? ¿Podrán distinguir entre lo que les es urgente de lo que realmente pueda ser importante para ellos? . Creo que, a partir de mi experiencia, como responsable del área de Formación Cristiana, hay una serie de carencias y necesidades que tienen nuestros ususarios, y que les es una carga tan pesada que llegan a tomar decisiones fatales, pero no son CONCIENTES de ellas, y considero que si nosotros podemos ver lo que ellos no ven y los ayudamos a reconocerlo, entonces nuestra práctica también tendría legitimidad. Si bien , no nació de un pedido expreso de ellos pero nosotros, como profesionales , conocemos que hay necesidades intrínsecas en el ser humano, y trabajamos con ellos para identificarlas y resolverlas, entonces la legitimidad de la práctica está más que asegurada.Que Dios nos ayude a ver aún lo que él ve y nosotros no. ''
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=== Dificultad de negociar e imposición de criterios ===
Menciono algunos casos reales : personas que han sido dañadas emocionalmente y tienen odio, resentimiento, deseo de venganza, aún de morir, sin sentido para vivir, no reconocen esa situación como una necesidad de atención, simplemente lo asumen como parte de una mala situación que les tocó vivir, algunas de ellas aún desean convivir con esta amargura, pero al ser confrontados sobre las múltiples repercusiones que les ocasiona, y son CONCIENTES de ello, entonces QUIEREN ser libres, es allí en donde hemos podido empezar a trabajar juntos.
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De acuerdo a ciertos contextos en los que se desarrollan las prácticas (falta de compromiso, de entusiasmo, entre otras cosas) la negociación no siempre resuelve las cuestiones que se presentan. La experiencia de algunas prácticas demuestra que si bien no se puede ser inamovible en las propias ideas, muchas veces es difícil o imposible negociar (lo cual impide seguir adelante con el proyecto). En este contexto una de las alternativas que se presenta es la imposición de criterios.
En este caso, empezamos "solos" como equipo, pero al final terminamos "juntos" y creo que esto es una práctica legítima.
 
  
UNA PERSPECTIVA DESDE EL COMPONENTE ESPIRITUAL ES QUE , PARA QUE PUEDA LOGRARSE UN CAMBIO REAL Y SIGNIFICATIVO EN LA VIDA DE UNA PERSONA, DEBE SURGIR DESDE EL INTERIOR HACIA EL EXTERIOR. PODRÍAMOS REALIZAR DIVERSAS ACTIVIDADES DESDE EL EXTERIOR Y AÚN LOGRAR UN IMPACTO PERO NO PERDURARÁ EN EL LARGO PLAZO. DE ALLÍ LA NECESIDAD DE QUE LOS PARTICIPANTES SE INVOLUCREN Y SEAN LOS PROTAGONISTAS DE SU PROPIO CAMBIO. SE PODRÍA LOGRAR UNA LEGITIMIDAD NO SÓLO POR LA PARTICIPACIÓN FÍSICA SINO , SOBRETODO, INTERNA
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Nuestra experiencia nos ayuda a ver que es muy importante en este caso el rol que cumple el líder. Sin perder  la apertura, una actitud clara y firme ayuda a mantener los principios y objetivos de la institución.Esto genera seguridad y a la vez una definición mas acotada del rol que debe ocupar cada actor.Consideramos también que los destinatarios no son solo los jóvenes a quienes servimos, sino también los actores.Un actor que se siente acompañado, puede acompañar a los demás.
A veces se entiende como práctica innovadora alguna actividad extraordinaria que queramos aplicar, pero en medio de las limitaciones que encontramos en lugares fuertemente estructurados se podría aplicar técnicas de escucha, aconsejamiento personalizado, técnicas tan sencillas que ayudarían significativamente a los actores del programa.
 
  
HERRAMIENTAS PARA LA VIDA
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=== Necesidad de una actitud abierta para negociar ===
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La legitimidad de las prácticas sociales tiene muchos aspectos a tener en cuenta. Por un lado está la necesidad de negociar los intereses institucionales y los intereses de los destinatarios. Esta capacidad de negociación es fundamental para el alcance de los objetivos, pues requiere de una actitud abierta, capaz de ponerse en el lugar del otro y de entender sus puntos de vista, así como de dar a conocer los propios.
  
El hablar de la legitimidad de las prácticas como posibilidad de garantizar la participación de los destinatarios de las mismas y de negociar con los distintos actores involucrados, es bien interesante, en la medida en que, si bien es cierto muchas veces los intereses de los destinatarios no coinciden con los intereses de los equipos de trabajo, a veces esta diferencia obedece no a un capricho del equipo, sino al sentido y esencia de la práctica misma. Por ejemplo, en nuestra práctica HERRAMIENTAS PARA LA VIDA ATENCION PSICOSOCIAL PARA MUJERES ADULTAS DE LA COMUNA 13 MEDELLIN, AFECTADAS POR LA VIOLENCIA, era indispensable la expresión de sentimientos, la rememoración de hechos traumáticos, de seres ausentes, de situaciones de mucha tristeza, para la resolución adecuada de los duelos, puesto que este es un paso fundamental en la resolución de crisis que tiene que ver con resignificar las situaciones vividas y hacer elaboraciones a partir de estas. El grupo como tal en su búsqueda de protección lo que le interesaba era “olvidar” estos hechos traumáticos y evitar al máximo pensar en ellos. Es acá donde juega un papel esencial, la capacidad de negociación para la legitimación de las prácticas, pues es necesario poner a dialogar los distintos intereses y las fuerzas que los motivan, para que desde la justificación de estos, se pueda hacer entender al otro el propio punto de vista sin invalidar el contrario. Es decir, ¿Cómo evidenciar la necesidad de hablar de eso que mas nos duele, como parte importante de la salud mental?
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Cuando se parte de una actitud abierta para la negociación se establece un avance en el proceso, pues -además de los intereses- lo que también está en juego es la emocionalidad, la motivación y la historia de los sujetos participantes. Cuando se logra esta negociación de intereses se puede sostener la práctica.
  
En este sentido se ponen en juego muchos aspectos como la capacidad de escucha del que interviene, la capacidad de ponerse en el lugar del otro, la creatividad para idear estrategias que permitan y faciliten el proceso, en fin… el arte como motivador de la palabra y expresión del sí mismo que permite poner en el color, en la forma, en el cuerpo, en la danza, eso que necesitas descargar y que se hace difícil a través de la oralidad y que te permite descubrir que aunque es mejor no hablar del dolor, cuando lo haces sientes un alivio que te hace mucho bien.
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Para negociar se debe comprender que es lo que le pasa o necesita el otro, para esto debe mantenerse una actitud empática, respetuosa y tolerante, con apertura de mente, lo cual contribuirá al éxito que se desea alcanzar.
  
Cuando en una práctica aparecen intereses diversos por parte de los actores involucrados, esto debe ser fuente de reflexión que indudablemente enriquece la práctica y da la posibilidad de repensarse, de pensar desde el lugar del otro, de buscar alternativas de encuentro, de escucharnos y plantear otros caminos que contribuyan a los intereses de todos y todas.
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== LEGITIMIDAD Y OBJETIVOS COMUNES ==
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=== Dificultades presentadas frente a la falta de objetivos comunes ===
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La legitimación de la práctica social se ve desdibujada en virtud de que no existen relaciones en el interior de la institución que  funcionen con objetivos comunes.  La especificidad de las distintas profesiones no genera enriquecimiento mutuo y, en estas condiciones -cuando hay que resolver situaciones complejas- no existe implicación común. La situación mencionada -de tensión interna institucional- conlleva a que no se establezcan estrategias de intervención frente a los problemas a resolver que, frente a dicha falta de mediación,  se pueden recrudecer. En otras situaciones, dicha ausencia, puede impulsar una sobre exigencia de los participantes de la organización en los proyectos en curso, teniendo finalmente que cerrar o priorizar unos sobre otros.  
  
Estas acciones a su vez, dan otro lugar a los y las participantes puesto que sienten que son tenidas en cuenta, que son importantes sus apreciaciones y estos factores inciden en los índices de permanencia y participación en la práctica.
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=== Generar y evaluar objetivos comunes a partir de las necesidades de los destinatarios ===
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Es indispensable el encuentro con el destinatario, ya que si este no se realiza los objetivos de las acciones ejecutadas no pueden ser evaluados. Las evaluaciones tienen que dar cuenta de esta participación en pos de ponerla como un pilar fundamental a la hora de generar una actividad. El destinatario debería tener un papel activo desde el momento en que la práctica es planificada hasta su posible evaluación -reconociendo el objetivo de la misma para poder contribuir a los logros esperados. Es por esto que, teniendo en cuenta esta visión, los objetivos de la organización y de los que en ella trabajan van a permitir constituir prácticas legítimas que puedan superar actividades “inconscientes” o  puramente asistenciales.  
  
La legitimidad de las prácticas sociales es un aspecto importante y que tiene muchos aspectos a tener en cuenta. Por un lado está, como se ha mencionado anteriormente, la necesidad de negociar los intereses intstitucionales y los interesees de los y las destinatarias. Esta capacidad de negociación es fundamental para el alcance de los objetivos, pues requiere de una actitud abierta, capaz de ponerse en el lugar del otro y de entender sus puntos de vista, así como de dar a conocer los propios. Cuando se parte de una actitud abierta para la negociación ya se tiene un avance abonado al proceso, pues además de los intereses lo que está en juego también es la emocionalidad, la motivación y la historia de los sujetos participantes.
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Para llegar a lo anteriormente dicho es esencial generar estrategias que posibiliten conocer  la visión de los destinatarios, ya que de lo contrario se sigue adelante de acuerdo a los principios de la organización y de sus trabajadores y no se consideran  aquellos que son fundamentales para los beneficiarios. Hay que tener en cuenta que muchas veces se cae en la reproducción de un discurso "políticamente correcto" pero no legítimo, lo que trae consecuencias en el desarrollo de las actividades.
En nuestra práctica de Herramientas para la Vida Atención Psicosocial, donde tuvo que hacerse una larga jornada de negociación de intereses, puede decirse que lo que facilitó en gran medida esta negociación fue la metodología implementada que contribuyó a que las mujeres se involucraran tanto en el proceso desde su interior, que lo interiorizaran para la vida misma. El arte posibilitó que participaran desde su historia de vida y el hecho de no ser juzgadas, ni cuestionadas fue importante en la medida en que el encuentro se constituía en un espacio donde eran valorados sus saberes y sus sentires. Creo que por este factor fue que se facilitó el que entendieran la necesidad de hablar de aquello que querían olvidar, pues al ver que con las distintas técnicas podían expresar sentimientos y emociones y que en gran parte se liberaban de las molestias internas, posibilitó la comprensión de la necesidad de hablar para resolver duelos. Es decir, poder comprobar que los intereses institucionales aportaban a su psiquis favoreció la credibilidad en los mismos. 
 
Cuando se logra esta negociación de intereses se puede sostener la práctica.
 
Coincido con la postura que expresa que a veces los destinatarios y destinatarias no conocen sus propios intereses y necesidades, pero también la práctica misma identifica estos aspectos y ayuda a resolverlos, desde la confrontación y toma de conciencia del grupo. Este ejercicio mismo es enriquecedor en la medida en que actúa como dispositivo de la palabra y pone a circular en el grupo distintos puntos de vista que pueden ser enriquecedores para todos y todas las participantes. Igualmente estoy de acuerdo con que la legitimación tiene que ver con la posibilidad de obtener aprendizajes de las prácticas. Cuando se genera conocimiento ya hay una legitimidad tanto para los y las participantes como para el equipo que interviene.
 
En Herramientas para la Vida creo que la legitimación de la práctica está dada por la participación y constancia del grupo, por las transformaciones que lograron leerse en ellas, por los aprendizajes de ambos lados, por la flexibilidad de la metodología y por  el trabajo conjunto que se realizó
 
  
Este punto para mí se relacionada directamente no sólo con la capacidad de negociación que podamos tener sino también con la energía que siempre lleva el trabajo "interno" (en la institución, grupo, etc.) para que pueda concretarse el trabajo "con la comunidad": vencer la inercia de quedarse dentro, no estar esperando la demanda, etc.
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En este sentido la legitimidad de las prácticas está ligada al trabajo conjunto entre el equipo de profesionales y el público destinatario, ya que de esta manera  se podrán considerar las necesidades, gustos y preferencias de los destinatarios y no solamente del equipo profesional y de la institución. Más allá de que es importante dejar en claro los lineamientos y objetivos que la institucion se propone, se vuelve fundamental brindar el apoyo necesario para el cumplimiento de las actividades planificadas en conjunto.
  
Una práctica va ha constituirse legítima cuando se haya formulado y/o reformulado los objetivos, de esta, conjuntamente con destinatarios/As.  Son estos objetivos que se tendrían que encajar dentro de los objetivos institucionales y el equipo profesional conocerlos e interiorizarlos para su consecución.  Estos objetivos guiarían toda la práctica.
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A través de la intervención nos encontramos con el otro, en un espacio íntimo y de confianza. Por esto es fundamental considerar las opiniones y necesidades del usuario, y no basar el trabajo e intervención solo en las preferencias y/o necesidades del equipo profesional o institución, para lograr esto debe contemplarse la opinión del usuario a través de pautas de evaluación, que nos permita conocer su sentir, con la finalidad de realizar un trabajo centrado en ellos y en sus problemáticas y/o necesidades.
Durante todo el proceso d ela práctica se deberían revisar los avances de objetivos conjuntamente con destinatarios y así como reformular nuevos frente al cumplimiento o reformular aquellos que no se ajustan a la realidad o frente a cambios en la misma.
 
El análisis que pudieran realizar los/as mismos/as destinatarios/as de situaciones problemáticas que las aquejan, causas y consecuencias, así como el planteamiento de objetivos como alternativas de solución,nuevas metodologías y todo esto con el apoyo de equipo profesional; legitimiza la práctica.
 
Se considera legítimo, a lo auténtico y es auténtico en la medida que es real y que corresponde o responde a, es de; así la práctica tiene que partir de... corresponder y responder a...DESTINATARIOS/AS de la misma, como un ciclo que se retroalimenta.
 
  
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=== Reformular objetivos junto a los destinatarios ===
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Una práctica va a constituirse legítima cuando se hayan formulado y/o reformulado sus objetivos junto a los destinatarios. Estos objetivos tienen que encajar dentro de los objetivos institucionales y el equipo profesional los tiene que conocer e interiorizar para su ejecución. Estos objetivos guiarán toda la práctica. Por otro lado, durante  todo el proceso de la práctica,  conjuntamente con los destinatarios, se tendrán que revisar los avances así como reformular nuevos cuando los anteriores se hayan cumplido, no se ajustan a la realidad o frente a cambios en la misma. El análisis que realizan los destinatarios de las situaciones problemáticas que viven, sus causas y consecuencias, así como el planteamiento de objetivos y nuevas metodologías como  alternativas de solución, legitiman la práctica.
  
Alternativa3 - Microcréditos
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La práctica es legítima además si lo que hacemos con participación de los destinatarios y las destinatarias ayuda a transformar su realidad, su vida, su comunidad. Y a mejorar situaciones problemáticas, por ende que sean procesos que la misma comunidad o grupo busque seguir.
Como toda practica tenemos valores en los que creemos, comunicamos y desde los cuales intentamos regirnos con la mayor coherencia posible, pero es cierto que la practica trae todo tipo de problemas y cuestiones muchas veces contrarias a lo que nosotros quisiéramos.
 
Alternativa3 tiene como actividad central los microcréditos con garantía solidaria (formación de un grupo, cada integrante es co deudor de los otros, sin garantías formales) “créditos de confianza”, justamente para aquellos sectores o personas que no pueden acceder a crédito por no contar con garantías formales, por lo general, estos son los sectores vulnerables de la población, con bajos ingresos, subempleados, con planes sociales, etc.
 
Una tensión fuerte en la organización es definir o subir la tasa de interés. La tasa de interés a los sectores empobrecidos es más alta que a los sectores más ricos, esto porque los costos son más altos, se requiere de un proceso extenso por ende más caro para evaluar y asesorar a la persona que solicita el crédito ya que las garantías con las cuales se trabaja no son ejecutables, la persona sí puede tener consecuencias sociales al no pagar, por ejemplo no poder acceder luego a otros créditos, pero no se le puede ejecutar nada concretamente. Por esto se hace necesario realizar un buen proceso de reuniones, tener “asesores de crédito” capacitados para asesorar, evaluar, acompañar la capacidad de pago, la voluntad de pago y que acceder a un crédito sea una instancia de mejora de las condiciones de la vivienda o el emprendimiento y no un causante de endeudamiento.
 
El dilema ético que siempre nos da vueltas ¿Por qué los pobres siguen pagando tasas tan altas? Los sectores más altos tienen tasas de interés más bajas, más oportunidades y chances si una u otra no le satisfacen. También los sectores más bajos están más vulnerables a cualquier tipo de requisito, ya que no tienen muchas más opciones.
 
Tener que subir la tasa de interés, es un problema ético interno, contrario a lo que nosotros quisiéramos ofrecer pero la operatoria para acompañar este tipo de procesos todavía es muy costosa. A esto se le suma intentar bajar las tasas sin aumentar los costos. Sabemos que las personas no van a dejar de venir, pero esta tensión no deja de estar presente.
 
  
Por otro lado, los grupos de microcrédito tienen un supuesto de solidaridad, asociación, garantía solidaria, un principio de formar grupos con integrantes que puedan ayudarse mutuamente, pero muchas veces en la realidad esto no sucede, o sucede todo lo contrario, porque la gente viene con una cultura de la desconfianza en el otro muy fuerte, de individualismo, “sálvese quien pueda” y nosotros cargamos con nuestra parte.
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El factor tiempo aparece como condicionante, el ritmo de vida instalado por el sistema capitalista que no promueve o dificulta la posibilidad de generar espacios de encuentro.
Cuando la garantía se tiene que ejecutar porque entran en mora, la gente demuestra que no puede hacerse cargo de la mora, no pueden dialogar, resolver en grupo la deuda, esta experiencia individualista es dura de romper o sobrellevar, sabemos que nuestra propuesta es contracultural, que la gente confíe, ayude, articule, etc., es difícil. Aprender de los grupos que pudieron salvar su situación de mora colectivamente es un camino posible, pensar procesos más participativos, más solidarios, espacios de resolución de este tipo de problemáticas, que permitan a las personas desarrollar competencias de este estilo se hace necesario.
 
Nuestra practica se hace legitima cuando se da la construcción de confianza y no todos pueden sobrellevar bien una propuesta con valores contraculturales, queremos fortalecer y muchas veces se terminan quebrando vínculos preexistentes.
 
Para nosotros una practica también es legitima cuando te ayuda a crecer y mejorar tus condiciones de vida, lo que vemos es que las practicas son complejas y no siempre te permite mantener una constante de coherencia entre lo que se piensa y entre lo que verdaderamente se puede hacer.
 
  
Se me presentan las siguientes situaciones a legitimar (no ordeno por prioridades)
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Un condicionante grande para seguir procesos es el factor tiempo que atraviesa toda la tarea (sobre todo en los espacios de voluntariado). El proceso como equipo requiere de tiempo y ese factor suele ser una tensión en el interior de las organizaciones.
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Muchas veces sucede que el ánimo por responder a situaciones problemáticas embarca a las organizaciones en tareas que después cuesta sostener en el tiempo dado que sus integrantes están cruzados por otra cantidad de actividades.
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No siempre es fácil, pero se puede mantener un tiempo de evaluación y proyección periódica.
  
1) razón científica = la epidemiología o las endemias me obligan a crear un proyectos participativos obligatorios que debido a la falta de conciencia social generalmente se plantean de manera vertical desde la autoridad sanitaria o médica
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La mirada externa desde un asesor que ayude a analizar con más distancia la práctica y objetivar lo que ocurre.
2) razón económica = existe una oferta de financiación externa para un tema y hay que “aprovecharlo”
 
3) Razón social = hay una necesidad imperiosa manifiesta y de riesgo
 
4) Sinrazón “laboral” = tengo que hacer un proyecto para validar mi vacante presupuestaria. Estoy nombrada, soy empleada de planta, cambié de lugar de trabajo.
 
  
Todas generan una propuesta, proyecto, programa de actividades
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Entre “lo real” y “lo imaginario” se sitúan las expectativas de quienes ejecutan el proyecto. Estas expectativas están teñidas de necesidades que no siempre responden a los cuestionamientos de los destinatarios, sino que se enraízan en necesidades propias del equipo. En nuestra organización pasó que un joven que estudiaba guitarra había progresado mucho en su técnica y muchos nos habíamos entusiasmado en ayudarlo a seguir el conservatorio. Finalmente nos dimos cuenta que él había dicho que sí, más por seguir nuestras expectativas de haber hecho “progresar” a un joven en su proyecto de vida, que por su deseo de hacerlo.
Todas son válidas? Legítimas
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Es atendiendo a la realidad de que quienes efectivizan una propuesta se encuentran atravesados por un sinnúmero de variables, que nos parece necesario sumar la presencia de alguien que sea capaz de observar la práctica con cierta distancia objetiva y pueda marcar a qué tipo de necesidades van respondiendo las acciones. Un asesor que genere espacios de reflexión  y de cuestionamiento para repensar la práctica e ir probando distintas estrategias que respondan mejor a las nuevas situaciones.
  
Creo que la metodología, el procedimiento de aplicación es fundamental. Mientras el proceso sea participativo y consensuado, cualquier propuesta puede formularse. Casi siempre se llega a lo necesario si hay participación de todos.
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La cuestión cultural como condicionante
  
MI CASO
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El entorno cultural tiene sus variables y características propias. A las organizaciones que pretenden generar un espacio de resistencia a ciertos valores deshumanizantes suele sucederles que con el correr de los tiempos, y al afinar la mirada, se encuentran cómo muchas de esas matrices perviven en el interior de sus propuestas.
En el caso de la constitución del LLAITÚN hay 2 destinatarios claros ahora
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El entorno cultural introyecta, por ejemplo, un modo de participación no activa o asistencialista o factible sólo para algunos (por ej los que portan la voz son varones y las chicas no participan). En los casos en que se rompe este esquema, también se da por una cuestión cultural (por ej. una chica que se hace oír tiene una competencia cultural más amplia. Tiene seguridad).
1) los llaituchenes que se capacitan y forman el LLAITÚN
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El desafío hacia adentro de las organizaciones es ir viendo hasta qué punto la propuesta alternativa es sólo superficial o va intentando progresivamente sacar las consecuencias lógicas de su pensamiento ideológico.
2) la población beneficiaria del accionar de los llaituchenes que aún sólo se entera de que los llaituchenes estan estudiando la cosa, por carteles y difusión radial o prensa mensual local.
 
  
Incógnita
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Cambios auténticos desde uno mismo y la importancia del entorno
Los llaituchenes cuando termine la capacitación ¿seguirán ligados? Estamos en una adaptación activa. Por ahora se están entusiasmando. El seminario camina.
 
  
Hasta ahora lo que no ha funcionado es la financiación por el CODEMA, que por ahora sólo me autoriza a realizar un seminario a su nombre. Es más se descubre que la administración del hospital no ha realizado mi pase a dicha repartición, porque perdió la nota firmada por el anterior director, lo que significa que no me reintegran los gastos realizados en los seminarios y mucho menos avalan mi participación en el Congreso iberoamericano de educación ambiental como representante de CODEMA. UNA VEZ MAS ME HE VUELTO INVISIBLE.
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Necesidad de no colocar en un esquema tan rígido la relación entre equipo y destinatarios, de tal manera que se pueda entender un proceso más integral en los cambios en la medida en que todos los miembros del proyecto son sujetos de transformaciones en el ida y vuelta de los aportes de todos.
En este nuevo aporte quiero resaltar que NO ES LEGÍTIMO para mí una práctica que no tiene conducción ni continuidad para cumplir sus objetivos, comenzando su objetivo de corto plazo. Conducción no significa la imposición de un mando personal, la tarea en realización es la mejor para llevar adelante un proceso. Debe haber un hilo conductor que se explcite a los actores a cada paso. Por otro lado la continuidad por la generación creciente o sostenida de la energía para la tarea, es lo que patenta el proceso en marcha. Puede haber retrocesos pero deben ser encauzados a la mayor brevedad.La presencia permanente del equipo y tiempo y forma sin fallar en las citas previstas es una fuente de seguridad insustituible. Como decia un compañero, respecto a los talleres . Los niños no pueden sostener la rutina de venir al taller pero cuando aparece una nueva convocatoria, ellos están allí.Sin prisa sin pausa y sin demayos emotivos.
 
Cuando hablamos de incidencia pública, es dificil legitimizarla si la comunidad con la cual se trabaja no corresponde, ya sea porque no ven necesario realizar tal incidencia, no consideran importante su participación o simplemente reconocen como necesaria pero esperan que otra spersonas asuman su responsabilidad?...
 
Cuando el grupo de personaspor las que s eorigina la práctica no corresponden a la misma, tampoco s epuede hablar de legitimidad.
 
  
Nuestra experiencia relacionada a niños que trabajan en el Centro de Lima nos revela que el éxito de la intervención, léase en parte, su legitimidad, está relacionada a cuánto conocemos el escenario sobre el que tenemos intención de trabajar y en qué proporción de dicha realidad estamos disponibles para incidir y contribuir a su transformación. Cuando realmente nos tomamos el trabajo de levantar diagnósticos iniciales o líneas de base, tenemos más oportunidad de pautar una intervención acorde con las necesidades en ciernes. Pero resulta, que "no siempre hay dinero para realizar estas tareas previas", de manera que consultamos indirectamente la realidad y creemos que como técnicos, sabemos "lo que la gente necesita". Resulta por ello muy complejo conciliar nuestros saberes como técnicos y lo que la realidad nos ofrece como necesidad imperiosa a atender. Además confluyen otros factores no menores tales como: el sesgo institucional (sectores prioritarios que atiende por filosofía o misión), los recursos con los que se cuenta, los objetivos no tan explícitos en la propuesta que tienen que ver con construcción de imagen institucional; entre otros. Quizás la inclusión de estos factores haga menos legítima la propuesta, pero no pueden dejar de ser vistos porque son los que te proporcionan el sendero a seguir.
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Todos somos actores involucrados, aun cuando los pibes puedan ser el centro de la organización.
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La terminología “destinatarios” tiene su pro y su contra, pero tiene el límite de ser un poco rígido en lo que hace al proceso de cambio. Todos cambiamos en este proceso.
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Nadie cambia a nadie. Cada uno cambia, aunque ese cambio sea favorecido por el clima del entorno.
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¿Quién es el destinatario de qué? Porque en alguna medida todos somos destinatarios.
  
Una vez echada a andar la máquina y se van obteniendo resultados parciales, si estos dan cuenta de un buen sendero seguido, hay mayor garantía para indicar que la práctica fue legítima. En nuestra experiencia, la participación (activa, protagónica, sensible, trascendente) de los destinatarios es la mejor medida para indicar que la propuesta alcanzó la legitimidad esperada. Es una suerte de péndulo. Al inicio de una intervención, la legitimidad es la que más está en entredicho; pero luego conforme avanza por buen derrotero, se internalizan discursos y acciones que permiten la apropiación, el sentido de pertenencia en niveles que aseguran los resultados finales. En ese sentido, "oscilan" los niveles de legitimidad, cambian en el tiempo, se recrean, se transforman. Una evaluación concienzuda revela cuánto de lo hecho alcanzó legitimidad. Lo que cabe es asegurarse que ese movimiento no termine en un boomerang de corte negativo para la intervención; o mejor dicho, atenuar (cuando no, controlar) los riesgos externos e internos que pueden desestabilizarla.
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Ciertamente la decisión de cambio es personal, aún cuando el entorno influye, no obstante hay decisiones a veces no concientes y el cambio ocurre. Entonces desde esta perspectiva los entornos, las estrategias se intencionan para que ocurra algo y esas intenciones son dirigidas, se destinan. En consecuencia nuestras prácticas intencionan resultados y estos son dirigidos, los destinatarios no tienen intención premeditada de influir en nosotros, es el encuentro humano el que por sobre cualquier intención, en un acercamiento, un reconocimiento de un otro genera nuevas realidades en las cuales aprendimos todos, claramente. Un aprendizaje significativo.
  
Consideramos que a los equipos técnicos les cuesta mucho capitalizar las lecciones aprendidas. Una práctica que no sufre ajustes es una práctica inocua. La realidad es cambiante, sufre transformaciones por diversas razones y es menester estar atentos, con todos los sentidos puestos en las amenazas y oportunidades que los escenarios ponen a nuestros pies. Los destinatarios y los cuerpos técnicos tienen que ser capaces de ir a la par con la vigilancia de contexto, a fin que puedan siempre responder oportunamente a los desafíos que se propone atender la práctica. Y es muy posible que en esos ajustes, aparentemente se pierda legitimidad. Sin embargo, lo dicho, se retoma legitimidad cuando hacemos partícipe a todos los destinatarios de estos procesos. Cuando dichos interlocutores son niños y niñas, el reto es aún mayor, porque con nuestra mirada adultocentrista, tendemos a no escuchar la voz de la niñez, por ello el proceso de construcción de legitimidad requiere el doble de esfuerzo.
 
  
Podríamos decir que la camisa de fuerza institucional que ofrece la organización que acoge la intervención, tiene márgenes para (re)crear formas de acción. En tanto no tiene estructuras pesadas, altamente reguladas (en comparación a una cárcel por ejemplo); se puede echar mano de vericuetos que permitan una exploración más suelta sobre la gama de posibilidades a la hora de intervenir con determinadas poblaciones. También es arma de doble filo. Por ejemplo, hoy la institución tiene definida su postura en relación al trabajo infantil, pero hasta hace quince años, no se tenía idea meridiana sobre lo que había que realizar en el rubro y era fácil caer en recursos asistencialistas y proteccionistas. Hoy con un discurso más elaborado, se puede llegar a canales mayores de incidencia.
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Importancia de favorecer espacios comunes de toma de decisiones y evaluación que legitimen una participación auténtica.
  
La legitimidad también se pone en entredicho por la permanente tensión entre lo abstracto y lo concreto. Nuestra intervención tiene dos componentes sumamente concretos y tangibles como lo representa la educación y la salud. Pero también aporta en ejes como concientización en derechos y participación ciudadana, más difíciles de "digerir". Todos los días nos topamos con la necesidad de aportar en las cuatro direcciones, sabiendo que las primeras resuelven el corto plazo, mientras que las últimas contribuyen sensiblemente en la mirada de largo plazo. Esta combinación entre corto y largo plazo puede a veces resultar disociante y hasta angustiante a los fines, porque todos resultan en procesos que deben ser internalizados en la cotidianidad de la intervención.
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Una de las trampas en que las organizaciones suelen caer es intentar generar participación de todos sus integrantes mientras que las decisiones son tomadas por unos pocos. La participación real se encuentra íntimamente ligada a la posibilidad de sentirse parte en la toma de  decisiones.
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Por eso se necesita crear al interior de los grupos, espacios para que circule la palabra (especialmente de los destinatarios para los que fue pensada la práctica) en donde ellos intervengan para la toma de decisiones que hacen a las actividades y proyectos. Esta dinámica los anima a hacerse oír, los involucra directamente, los compromete y aumenta la participación y legitima la palabra personal.
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En nuestra organización fue de mucho provecho (aunque inicialmente resistida por muchos de los adolescentes) la práctica periódica de asamblea en la que decidir juntos de qué hablar y qué resolver. Muchas veces las decisiones en conjunto motivaron mayor participación en las tareas consecuentes.
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Necesariamente esto trae aparejado hacer el ejercicio de aprender a escuchar al otro. Esto resulta clave para “sintonizar” los intereses de todos los actores involucrados. Lo mismo sucede con las evaluaciones pertinentes en las que medir los resultados de las actividades y proyectos propuestos, valorar los logros, identificar las dificultades y revisar y modificar aquello que permita avances, considerando estas instancias como parte de un proceso de aprendizaje para todos. Donde tiene lugar un aprendizaje significativo, hay cambio y hay crecimiento.
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Si se toma esta herramienta como práctica cotidiana fortalecerá al grupo, y le dará la posibilidad de generar acciones que promuevan el “encuentro con el afuera” (las demás instituciones, los padres,  la mirada social, la comunidad frente a los pibes) en donde puedan pensarse acciones comunes que propicien transformaciones en un ámbito más amplio.
  
Un tema que hoy preocupa en nuestra institución, ligada a la experiencia de erradicación de trabajo infantil, es no sólo garantizar la legitimidad en relación a los destinatarios, sino también abordar con legitimidad interna dentro de la institución que propone una intervención. Hoy por hoy nos vemos profundamente interpelados por dirigentes y autoridades internas que cuestionan el porqué de aportar al desarrollo humano y en particular de los que más lo necesitan, bajo disímiles argumentos; y a la par se pretende avanzar en temas de procuración de fondos, filantropía y campañas financieras que enarbolan las temáticas sociales para gestionar dinero. De forma que aunque el área que le toca montar las intervenciones sociales tenga claridad estructural respecto de lo que hace, puede y debe hacer en función del desarrollo humano, por encima de ella se llevan a cabo debates que sólo revelan incoherencia en el discurso frente a la acción. Este escenario evidentemente desgasta y desanima.
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PRUEBA MARTIN 4.4.21

Revisión actual del 10:28 5 abr 2021


El texto que se expone a continuación surge del trabajo de síntesis realizado por el Equipo Central de Reprasis, a partir de las contribuciones de los sistematizadores, desde mediados del 2007, hasta finales de abril de 2010. Dicha síntesis es el resultado de los cientos de aportes de los sistematizadores, cuya tarea se realiza en la Fase IV, “Conceptualización”, aportando su reflexión sobre los aspectos más sobresalientes de su práctica. ¿Cómo llegan los sistematizadores al espacio de gestión colectiva de conocimientos? Cada uno lo hace a partir de las paradojas que identificó en su práctica en la Fase III, “Interpretación”. Sin embargo, los sistematizadores libremente pueden trabajar (y así lo han hecho) en los diferentes temas de discusión propuestos en el espacio de gestión colectiva de conocimientos, incluso proponiendo nuevas conceptualizaciones. El sentido de un espacio colectivo de generación de conocimientos radica en la capacidad de generar procesos de síntesis, y de ir identificando los aspectos que surgen con regularidad. Esto genera, con el paso del tiempo, un consolidado de temas y abordajes de los mismos, al que podemos acceder sólo en la medida que –respetando el espíritu y sentido literal de las expresiones vertidas en el espacio común por los sistematizadores- logremos identificar las principales regularidades y podamos dar cuenta de ellas de manera concisa, precisa y comunicable. Con este sentido, esta tarea fue y será realizada por el Equipo Central de Reprasis, de manera periódica. Cada uno de los aportes particulares están presentes en los conceptos generales que a continuación se presentan: éstos surgen de los primeros, y no de elaboraciones propias del Equipo Central de Reprasis. Los sistematizadores podrán acceder al proceso previo de generación de la presente síntesis, accediendo a la opción “Historial”: este espacio es la memoria de todos los aportes y modificaciones realizadas desde la creación del espacio colectivo de conocimientos. De tal manera, que esta síntesis no elimina los aportes particulares de cada uno de los sistematizadores, sino que están doblemente incluidos: en el “Historial”, en su versión textual; y en el actual síntesis elaborada por Reprasis.



INTRODUCCIÓN

La construcción de la legitimidad de una acción en curso, es uno de los problemas más comunes en las prácticas sociales de diferente tipo. Esta construcción se relaciona con la posibilidad de garantizar la participación de los destinatarios de las prácticas, pero sobretodo se relaciona con la capacidad de negociación de los actores involucrados.

Los intereses de los equipos de trabajo que ejecutan una práctica (y las organizaciones que los alojan) no siempre están en total congruencia con los intereses de los destinatarios. Este proceso de negociación puede tener diversos resultados: a) la primacía de los intereses de un actor sobre otro, b) la construcción de una nueva alternativa de práctica que tome en cuenta ambos; c) el quiebre de una práctica y su consecuente finalización por la imposibilidad de ponerse de acuerdo.

Escuchar al otro (al destinatario de nuestras prácticas) y ser escuchado -en el marco de prácticas de intervención social- es el inicio de un proceso de permanente negociación sin resultados predecibles de antemano. Muchas veces, el fracaso de las prácticas se debe a que no se ha podido construir un espacio donde hacer transparentes los intereses de los actores involucrados.

A veces, existen los espacios para exponer intereses pero no todos los participabtes tienen claridad sobre los mismos u operan obstáculos històrico-culturales que impiden animarse a plantearlos por distintas razones (vergüenza, temor...). Esto exige un proceso de crecimiento colectivo, de construcción de confianza, de capacitacicón y análisis crecientemente crítico, para llegar a reconocer intereses legítimos.

Es así que, en nuestras prácticas sociales, nos encontramos muchas veces con que los intereses de los destinatarios no siempre coinciden con los intereses de los equipos de trabajo, ni tampoco entre ambos actores y las organizaciones que los financian o apoyan. La construcción de prácticas legítimas está relacionada con tres de las paradojas que hemos trabajado anteriormente: paradoja 3 (entre la idea de que la validez de las acciones se funda en los destinatarios; y otra concepción que entiende que la práctica es válida independiente de estos aspectos), paradoja 4 (entre una práctica asentada en convicciones éticas y exigencias de coherencia entre el pensar y el hacer, y la necesidad de resolver problemas concretos y reales, acciones y decisiones que a veces no se corresponden a dichos principios) y paradoja 6 (entre prácticas que se realizan en instituciones fuertemente estructuradas y la necesidad de impulsar acciones innovadoras). La creación de prácticas legítimas se refiere a poder encontrar una brecha que te permite actuar, teniendo en cuenta los objetivos de la organización, tus propios objetivos como trabajador y los propios objetivos de los sujetos por los cuales estas interviniendo. Esta brecha puede generar prácticas superadoras que no sólo intervengan en el problema concreto del sujeto sino que generen un cambio en la manera de proyectarse frente a la vida.

Quizás sea importante considerar junto a los intereses, las miradas de mundo y de posibilidad que los participantes tienen, en la negociación de prácticas a realizar, para que sus legitimidades sean más profundas.

Contenido

ACERCA DE LOS INTERESES INSTITUCIONALES Y DE LOS ACTORES

Tensión entre la estructura institucional y los intereses de los distintos actores de las prácticas

Entre los miembros del equipo de trabajo pueden existir discordancias a la hora de determinar dónde se asienta la validez de las acciones que se generan, si éstas deberían partir de los destinatarios o si son válidas independientes de éste aspecto.

Muchas veces la negociación, entre los intereses de los distintos actores (equipos de trabajo, institución y los destinatarios) se lleva a cabo de manera tácita y no existe institucionalmente un espacio donde se revelen de manera abierta los mismos. Dicho choque tiene como resultado la superioridad de los intereses de la institución por sobre los de los de algunos miembros del equipo y los de los destinatarios de la práctica. Los intereses de los miembros del equipo de trabajo también pueden quedar relegados a los de la institución, en el sentido de que cualquier instancia novedosa imaginada o pensada tiene pocas posibilidades en relación a esos arraigados intereses institucionales. Existen a nivel de las organizaciones de la sociedad civil algunos conflictos suscitados por las directrices u orientaciones técnicas que emanan desde el Estado, siendo en algunas ocasiones poco flexibles, lo que supone un doble trabajo para las instituciones, por cuanto hay que dar respuesta a dichas orientaciones y a la vez ser creativos y perseverantes en relación a las estrategias que se visibilizan como más eficaces.Como el incidir en las políticas públicas es una práctica a largo plazo,es necesarios ser creativos, innovadores y mediadores entre la institución-los usuarios y el Estado a través de un levantamiento de propuestas debidamente fundamentadas con la praxis, con el conocimiento previo que haya al respecto (teorización construida desde la práctica).

Superar los espacios individuales de poder y construir alternativas de la práctica para mejorarla

En la medida en que los intereses de los equipos de trabajo que ejecutan una práctica (y las organizaciones que los alojan) no siempre están en total congruencia con los intereses de los destinatarios, se establece un proceso de negociación que puede tener diversos resultados: a) la primacía de los intereses de un actor sobre otro; b) la construcción de una nueva alternativa de práctica que tome en cuenta ambos; c) el quiebre de una práctica y su consecuente finalización por la imposibilidad de establecer acuerdos.

Muchas veces se establece una primacía de los intereses de un actor sobre otro. En este contexto no sólo intervienen los intereses del equipo de profesionales sino también juegan los de los destinatarios. De esta manera prevalecen espacios individuales de poder sobre el objetivo principal de la práctica. El gran desafío es cómo construir "en el medio", entre los intereses de los distintos actores.

Efectivamente en ocasiones se da la primacía de los intereses de una actor social por sobre los de otro, sin embargo, es necesario considerar espacios colectivos que permitan generar nuevas ideas, aportes, reflexiones, etc.; surgiendo además la interrogante de ¿Quién lo define?, debiéndose construir nuevas alternativas de practica que contribuyan al mejoramiento de la intervención y al beneficio directo de nuestros usuarios/as.

La generación de espacios colectivos parece ser una tendencia natural en una cultura del "Buen vivir" cuyo foco estaría en la satisfacción de necesidades básicas, coherente con la dignidad del Ser humano en equilibrio con su entorno, donde todo estaría al servicio de todos. Lo complejo es la tenencia de posesiones (de bienes); (el conocimiento es un bien)que puede deformar una perspectiva de buen vivir, toda vez que un bien adquirido me signifique Poder y no Servicio. En esta perspectiva la mediación entre los distintos actores puede ser más difícil para profesionales, porque el tener conocimiento nos demanda esfuerzos en hacer conciencia de que la utilidad y bonanza del conocimiento está en la orientación a preservar el equilibrio de la vida humana en solidaridad, justicia y equidad.

Explicitar los intereses de los distintos actores para mejorar la práctica

Hacer explícita la tensión entre los intereses de los distintos actores podría constituirse en el primer paso para la construcción de un espacio necesario -en el que los interesen se transparenten para dar lugar a un proceso de negociación- para la construcción de una nueva alternativa de la práctica y para un mejor desarrollo de la misma. Una práctica legítima depende de la forma en que realmente se lleva a cabo y de cómo se tienen en cuenta los intereses de los actores.

Esto pudiese llevarse a cabo a través de la cración de mesas de diálogo, en donde se genere el espacio para la exposición del sentir de los actores, lo cual sirva de base para la cosntrucción de nuevas alternativas de práctica.

Creemos que es necesario este espacio de diálogo, pero nuestra experiencia nos refleja que solo el espacio no basta sino se emplea una metodología que ayude a promover la confianza necesaria para la explicitación de los intereses de los distintos actores. Es imprescindible explicitar por escrito los derechos de los usuarios en los distintos programas, como inherentes en su condición de seres humanos, sin coaccionarles a los intereses o metas de la propia institución. Otra práctica relevante son las mesas de trabajo y coordinación entre instituciones afines, con el propósito de aunar criterios y establecer objetivos en común para nuestros destinatarios. Sólo interactuando sistémicamente es posible desarrollar práctica más eficaces y acordes a las necesidades reales de los usuarios, en el entendido que son ellos los mayores expertos conocedores de su realidad.

También hay que tener en cuenta que los intereses están mediados por las capacidades y posibilidades de los actores.

Identificar intereses comunes en la construcción de la práctica

¿Cómo se construyen prácticas legítimas? ¿Qué son practicas legítimas? Construir prácticas legítimas tiene que ver con la identificación de los intereses comunes que se ponen en juego entre todos los participantes. Conocer los diversos intereses es clave para construir la práctica, ya que necesitamos que cada uno ocupe su lugar y aporte su saber. Los intereses comunes son un lugar de intersección y es el espacio que posibilita trabajar juntos.

Cada grupo humano tiene sus propios intereses, pero a la vez están unidos por intereses comunes, los cuales deben ser conocidos y visualizados por todos los miembros, puesto que esto permitirá intercatuar constructivamente, intercambiar conocimientos y experiencias y desde allí construir colectivamente la práctica, debiendo ser respetado cada conocimiento y aporte que los miembros realizan.

Los objetivos de la práctica se deben priorizar frente a posiciones individuales

El objetivo común de la práctica hacia el cual todo el equipo de trabajo tiene que apuntar debe dejar de lado subjetividades u observaciones individualistas. El objetivo se tiene que encontrar por encima del afán de sobresalir de manera personal e individual, o de "zafar" discretamente, frente a destinatarios. Es importante no pensar que se sabe todo lo que se necesita, ignorando que la práctica es un aprender diario. En nuestra práctica los objetivos son consensuados y además se comprometen formalmente a través de convenios, por lo que no cabe ninguna posibilidad de que las acciones de la práctica y las de los profesionales, se aparten de la consecución de aquellos. Lo que sucede, sin embargo, es que existen profesionales que se destacan por su ejercicio y compromiso, sin tener ellos la intención de sobre salir o cambiar las orientaciones de la práctica. Lo que es bueno, toda vez que las acciones se hacen eficientes y eficaces en el logro de los objetivos, esto incrementa la calidad y eleva los estándares de atención a los usuarios. Los mismos usuarios, a veces, perciben las diferencias de trato, de compromiso, de disposición, de escucha, de acompañamiento, de confianza y estímulo de las propias capacidades que le transmite el profesional o el técnico, en contraste con otras experiencias de falta de interés, indiferencia y escasa estimulación que el profesional o el técnico ejerce en su atención al usuario. Volviendo, entonces, a lo anterior, respecto de que la práctica nos introduce en un aprendizaje permanente, es necesario disponerse a aprender también, de los destinatarios. ¿Podríamos trabajar más la idea de un juego dialéctico, frente al cual es posible encontrarnos cada vez que analizamos la interacción de profesionales y técnicos, con los destnatarios?. Si la interacción es sana, el destinatario puede reconocer méritos en el profesional o en el técnico, puede asignarle autoridad cómo guía, como acompañante en sus dificultades las cuales debe resolver y lo va a destacar de manera natural, al margen de las intenciones profesionales o técnicas. La sabiduría popular sabe reconocer, en una interacción sana, cuando alguien se destaca en su quehacer. También sabe reconocer cuando la interacción es insana y a veces se estimulan debilidades humanas que enredan la interacción, surgen manipulaciones, victimización y obstaculizan procesos importantes de crecimiento personal y social.

En este punto es muy importante considerar espacios para el cuidado de equipo, en donde podamos determinar que nos pasa a nosotros al momento de intervenir, con nuestros prejuicios, con el sufrimiento del otro,etc. Por esto, este espacio debiese propender a que se pueda reflejar actitudes de sí mismo y del otro, criticar de manera constructiva, etc.

Queda claro, también, que todo este proceso de explicitación de intereses, elaboración de acuerdos y definiciones para la práctica, exige una evaluación permanente que nos permita explicar logros y obstáculos que ayuden a ajustar la continuidad, persiguiendo los objetivos orientadores.

Construcción de legitimidad institucional

La construcción de la legitimidad institucional se relaciona con el grado de congruencia o acuerdo entre lo que los destinatarios ven o esperan de la organización/institución/programa, y lo que la propia organización ve o espera, o proyecta de sí misma. Esta falta de coincidencia puede redundar en una mayor o menor legitimidad institucional, es decir, una mayor o menor adherencia a la propuesta de trabajo, o mayor o menor participación de los destinatarios.

Puede suceder que, de tanto en tanto, sea necesario un replanteo de la propuesta de trabajo simplemente por desgaste de la misma.

En el mismo sentido, la legitimidad institucional se relaciona con el modo en que una organización valida su hacer institucional: respetando o adhiriendo en primer lugar a los deseos o necesidades de los destinatarios, o bien, definiendo objetivos y estrategias de trabajo/evaluación independientemente de las necesidades o deseos de los destinatarios. Esta disyuntiva alude directamente a las instancias de negociación entre los actores involucrados. Hay que tener en cuenta que la negociación "real" o "posible" que puede reconocerse en los momentos de evaluación, es la que se plasma en la práctica, en cómo se asumen o asumieron las responsabilidades definidas en la negociación.

Muchas veces los intereses de los equipos de trabajo y de gestión institucional no siempre están en total congruencia con los intereses de los destinatarios, en estas condiciones surgen algunos interrogantes: ¿puede ser válida una propuesta de intervención independientemente de lo que piensen o sientan los destinatarios? ¿Sólo se valida la gestión institucional en la medida que las acciones o programas que se impulsen adhieran -en primer lugar- a los deseos o intereses de los destinatarios? ¿Cómo intervienen en la resolución de estas disyuntivas los equipos de trabajo? ¿Cómo juegan las estrategias de gestión institucional en la construcción de la legitimidad? La legitimidad institucional es una construcción que se relaciona -de este modo- con la capacidad de negociación de los actores involucrados.

Por otra parte, surge la interrogante de como se logra construir la legitimidad cuando existen contextos de obligatoriedad, en donde hay medidas judiciales que originan el ingreso al centro para recibir atención, lo que conlleva a la interrogante de ¿Es posible negociar en este contexto?

Es de total importancia este punto ya que la construcción de la realidad depende de la apropiación de la problemática, considerando los interrogantes y soluciones de todas las partes involucradas, para que la intervención sea adecuada. No se puede desconocer que las organizaciones en general buscan enfrentar determinadas situaciones problemáticas, y que a la vez cada actor involucrado tiene sus propias situaciones problemáticas, que a veces pueden coincidir y a veces no, y terminan influyendo en el desarrollo de las prácticas acordadas.

Es imperativo que la institución tenga claro y practique los valores y la misión institucional por sobre otros asuntos técnicos, metodológicos y/o administrativos (reconociendo limitaciones que muchas veces impone el Estado u otro ente financiador).Además es deber de la institución actuar acorde a su discurso, en el entendido de que en este mundo globalizado y con nuevas tecnologías, la información y el quehacer práctico, administrativo, financiero y jurídico de toda instancia, está al alcance de los usuarios y sin duda condiciona la credibilidad y por ende la legitimidad institucional.

NECESIDADES DE LOS DESTINATARIOS

Realizar intervenciones de acuerdo a las necesidades de los destinatarios

Para poder hacer un trabajo de intervención se requiere indagar en las necesidades e intereses de la población. Esto se vuelve complejo en instituciones en las que existen diferentes culturas entre los destinatarios (diversas creencias, ideales, prioridades de vida, escala de valores, experiencias y niveles de formación) y lugares de origen (campo o ciudad, región o departamento del país). En muchas oportunidades dichas diferencias entran en tensión con el nuevo contexto familiar e incluso con las perspectivas puestas en práctica por los mismos profesionales de la institución. Por este motivo, los planes de intervención deben ser particularizados para cada usuario y deben partir de las necesidades específicas evidenciadas a partir de una valoración diagnóstica.

De acuerdo a lo anterior, es de total relevancia adecuar la intervención a la realidad en que nos encontramos para construir el futuro de nuestros usuarios.

¿Pueden los destinatarios conocer lo que necesitan?

¿Pueden los destinatarios conocer totalmente lo que necesitan? ¿Existen necesidades que, aunque no se vean a primera vista, son tan o más importantes que las que ellos manifiestan? ¿Pueden distinguir lo que es urgente para ellos de lo que realmente es importante?

Muchas veces los destinatarios tienen que enfrentar una serie de carencias y necesidades que les impiden tomar las decisiones que los acercan a los objetivos de la práctica. Frente a esta situación, los miembros de la institución pueden tener la capacidad de ver lo que los otros no ven y ayudar a reconocer los recorridos acordes a lo que se busca.

No siempre es fácil conectar con las verdaderas necesidades. Las instituciones están atravesadas por características del contexto económico, socio-cultural y político en el que se mueven. Vivimos un tiempo donde no solamente seguimos sufriendo los coletazos de la dictadura sino que se perpetúan metodologías autoritarias propias de aquella ideología. Tanto en el ámbito educativo, como en el político o el religioso encontramos muchas veces pequeños o grandes rasgos de despotismo. Lo grave no es tanto el sistema propuesto cuanto la huella que va dejando en nosotros y la internalización que hacemos de tales modos de relación. Así sucede que muchas veces quienes ejercitan en las organizaciones roles de educación con un supuesto cariz contra-hegemónico, en el fondo repiten, hacia los destinatarios, esquemas de abordaje de la realidad o características estigmatizantes de la mirada y con visos de alienación. Lo mismo sucede en los supuestos destinatarios cuando se sitúan ellos mismos en el lugar de victimarios siendo en realidad víctimas del entorno social en el que viven. Para pulir los razgos de alienación en los esquemas de intervención, ayuda que los grupos de trabajo cuenten con algún tipo de asesor externo que pueda mantener cierta distancia óptima en la mirada sobre la práctica.

Los profesionales pueden reconocer las necesidades de los destinatarios, ayudar a identificarlas y resolverlas. En este horizonte la legitimidad de la práctica está asegurada. En este caso, el equipo empieza "solo", pero termina "junto" a los otros. Este recorrido legítima la práctica.

Cotidianamente los actores sociales deben enfrentar una serie de carencias y necesidades que les impiden tomar las decisiones que los involucre con la practica, Es necesario crear espacios de expresión y permitirles ser participes de las acciones, es decir, por medio del reconocimiento de sus necesidades y carencias e intereses planificar actividades grupales, teniendo en cuenta el conjunto de necesidades comunitarias y no solo las de una persona.

Considerar las experiencias de los destinatarios y la de los miembros de la institución

No queremos poner todo el peso del rumbo de la organización en los destinatarios (si bien es el fundamental) porque la experiencia de los que conforman la organización también cuenta. Quedarnos únicamente con la voz del destinatario puede ser peligroso, ya que muchas veces no es conveniente porque no siempre se enmarca en una lógica que tenga en cuenta el interés colectivo.

Nuevamente nos hace sentido la importancia de la negociación, puesto que tanto las experiencias de los destinatarios como la de los miembros del centro, deben ser consideradas,analizadas, con el fin de generar acuerdos.

Por lo tanto, se vuelve a destacar la relevancia de la co-construcción, manteniendo un equilibrio entre los deseos del usuario y el manejo técnico del profesional, para lograr una intervención óptima que considera ambas perspectivas, tal como es la intervención con el modelo narrativo.

Desde nuestra práctica consideramos que lo dicho sobre el destinatario también es aplicable a quienes llevan adelante la organización. Aveces subyacen intereses personales o modos de ver la realidad que no condicen con los fines de la misma. Es por ello que consideramos importante la fluidez en el diálogo y el conocimiento mutuo.

LEGITIMIDAD A PARTIR DEL APRENDIZAJE QUE POSIBILITA PRÁCTICA

Construir teoría desde la práctica

La legitimidad de la práctica social será posible cuando un marco teórico (por ejemplo: la educación popular) permita leer lo que pasa con las situaciones abordadas, pensando en un dispositivo de intervención, realizando capacitaciones y construyendo teoría a partir de la práctica. La legitimación va ser posible siempre y cuando haya un aprendizaje real y pongamos en juego un saber que reemplace al anterior.

Consideramos que es importante tener un marco teórico como base para apoyarnos frente a la intervención psicosocial que se realiza con los niños, niñas y adolescentes de nuestro proyecto. Dicho marco fundamenta y legitima la acción. Además, el quehacer profesional diario permite obtener diversos aprendizajes, que son retroalimentados en equipo y desde allí generar nuevas teorías que reflejen el trabajo realizado, la forma de intervención y las diversas posibilidades de acción frente a situaciones concretas.

El marco teórico enriquece la visión de persona que subyace en los fines de la institución, de ahí se derivan los lineamientos que ayudarán a construir una práctica orgánica.

Generar conocimiento desde la práctica

Muchas veces los destinatarios no conocen sus propios intereses y necesidades. Cuando esto sucede, la práctica –junto a la confrontación y la toma de conciencia del grupo de trabajo - se convierte en una herramienta que permite identificar problemas y ayuda a resolverlos. La legitimación tiene que ver con la posibilidad de obtener aprendizajes a partir de las prácticas. Hay legitimidad cuando los participantes y el equipo que interviene generan conocimiento desde la propia experiencia.

Aquí será importante lo que el usuario tenga que decir respecto a lo que aprendió durante su proceso y tratamiento. Además, sería necesario e importante considerar lo que los profesionales aprendieron de la intervención con cada usuario y así poder ampliar la mirada acerca de un problema determinado.

Construcción de nuevos saberes y aprendizajes

En todo espacio de trabajo hay construcción de nuevos saberes y aprendizajes para quienes lo integran, principalmente cuando hay una actitud de escucha y apertura a diferentes miradas sobre el objeto de conocimiento. El "saber popular" construido a partir de la experiencia concreta enriquece permanentemente y ayuda a agudizar el "sentido común", que hay que tratar de superar generando un sentido cada vez más crítico de la realidad. La construcción colectiva del conocimiento no siempre se desarrolla fácilmente. A veces se generan resistencias frente a lo nuevo por parte de los destinatarios o del equipo. Las instancias de evaluación compartida son un buen espacio para resolver estas diferencias, intentando que las situaciones dilemáticas se transformen en problemáticas a las que se les pueda buscar una solución consensuada. De esta manera se construyen nuevos saberes y aprendizajes, tanto por las conclusiones a las que se arriba sobre la temática abordada, como durante el proceso de intercambio que enriquece a las personas individual y grupalmente.

El saber tiene que llevar al protagonismo y a la participación. Una participación que se establezca desde la experiencia, la pregunta, la duda y la certeza. Como dijo Paulo Freire una de las condiciones para pensar acertadamente es que no estemos demasiados seguros de nuestras certezas. Con esta actitud de apertura, tratando de comprendernos, de entendernos, de modificar nuestros puntos de vista y de reconocer las diferencias, se podrán construir nuevos saberes en un proceso de aprendizaje colectivo.

Desde nuestra experiencia hemos incorporado espacios ludicos y recreativos para los actores en donde se facilita la expresión de las vivencias, sentimientos y quereres.Esto genera un crecimiento personal que redunda en beneficio propio y de los destinatarios.

El trabajo en grupo en la construcción de saberes

El trabajo en grupo es importante para construir saberes y aprendizajes. No es sencillo conformar un “grupo”. Es diferente a una suma de individualidades que se reúnen en torno a una mesa. Requiere organizadores externos, tarea, roles y mutua representación interna.

El saber popular es uno y el profesional es otro. Esto lleva a la construcción de roles y a lugares distintos dentro del grupo. Surgen las preguntas: ¿en qué lugar me veo? ¿en qué lugar veo al otro?

Lo anterior declara la importancia del trabajo en equipo, donde cada miembro se hace participe del trabajo específico a su función, de acuerdo al objetivo que el equipo quiera logra, con el fin de realizar una intervención hermenéutica con el usuario.

Los saberes que sustentan el quehacer profesional por lo general se encuentran implícitos en las prácticas específicas, desde nuestra propia historia e intereses; combinándose los distintos saberes que cada miembro del grupo trae consigo. Por lo tanto, reviste una vital importancia el trabajo en grupo, en donde estén definidas las funciones, roles y tareas que el equipo desea lograr. Esto también implica la definición de "qué pasa cuando no se cumple con las responsabilidades asumidas", lo cual no siempre es fácil de resolver.

Ajustar la práctica a partir de las modificaciones del contexto

Muchas veces a los equipos técnicos les cuesta capitalizar las lecciones aprendidas. Una práctica que no sufre ajustes es una práctica inocua. La realidad es cambiante, sufre transformaciones por diversas razones y es menester estar atentos, con todos los sentidos puestos en las amenazas y oportunidades que los escenarios ponen a nuestros pies. Los destinatarios y los cuerpos técnicos tienen que ser capaces de ir a la par con la vigilancia de contexto, a fin que puedan siempre responder oportunamente a los desafíos que la práctica se propone.

El diagnóstico como tarea previa a la intervención

La legitimidad también está relacionada con cuánto conocemos el escenario sobre el que tenemos intención de trabajar y en qué proporción de dicha realidad podemos incidir y contribuir a su transformación. Cuando realmente nos tomamos el trabajo de levantar diagnósticos iniciales o líneas de base, tenemos más oportunidad de pautar una intervención acorde con las necesidades en ciernes. En algunas oportunidades no hay dinero para realizar estas tareas previas, de manera que consultamos indirectamente la realidad y creemos que como técnicos podemos saber "lo que la gente necesita". Resulta por ello muy complejo conciliar nuestros saberes como técnicos y lo que la realidad nos ofrece como necesidad imperiosa a atender.

Claramente el trabajo debe cimentarse en un diagnóstico de necesidades que permita conocer la realidad en que nos encontramos incertos y así visualizar el abanico de posibles soluciones, recursos,fortalezas y oportunidades con que contamos.

Toda intervecnión debe sustentarse en un diagnóstico claro y acorde a las necesidades de los participantes, puesto que esto permite elaborar un plan de intervención realista y concreto, teniendo como base las problemáticas, necesidades, fortalezas y debilidades con que el niño/a y su familia cuentan; y asi comprender e internalizar la realidad con la que debemos trabajar, sus complejidades y redes con las que contamos.

LEGITIMIDAD Y SENTIDO DE PERTENENCIA

Apropiación de la práctica

La legitimidad de la práctica se puede vincular al sentido de pertenencia desarrollado por los participantes. Si bien este es un proceso en construcción, el protagonismo de los destinatarios puede establecer un constante espacio de legitimidad. Es decir que, si la práctica ha instalado una necesidad o una inquietud que vaya por encima de la organización que la genera, esta se vuelve legítima y es "tomada" por los destinatarios como parte de su propia vida. En estas condiciones, aunque la práctica finalice y/o el presupuesto se agote, la misma gente buscará luego de la experiencia algún tipo de reconstrucción.

De lo contrario, cuando la “legitimación” de las prácticas se da a través de lo que creen los participantes de la organización que los destinatarios desean o necesitan, los proyectos no se desarrollan con participación.

Participación y compromiso

Para que pueda lograrse un cambio real y significativo en la vida de una persona, este debe surgir desde el interior hacia el exterior. Se pueden realizar actividades que modifiquen el contexto y lograr un impacto que no perdurará en el largo plazo. Es por eso que existe la necesidad de que los participantes se involucren y sean los protagonistas de su propio cambio. La legitimidad se gana no sólo con la participación física, sino –y sobre todo- interna –es decir con el convencimiento de los destinatarios acerca del proyecto.

Cuando en una práctica aparecen intereses diversos por parte de los actores involucrados, esto debe ser fuente de una reflexión que indudablemente enriquece la práctica, da la posibilidad de repensarse y de buscar alternativas que contribuyan a los intereses de todos. A su vez, estas acciones en las que los miembros sienten que son tenidos en cuenta y que sus apreciaciones son importantes, inciden en los índices de permanencia y participación. Los cuales aún así se ven afectados en la medida en que los actores no hayan podido hacer un proceso interior que les ayude a clarificar sus motivaciones. Sin este proceso resulta dificil y confuso un verdadero discernimiento.

Para lograr que los/as participantes se involucren en el proceso de intervención de una manera comprometida, y así transformarlos en los gestores de sus propios cambios, es necesario hacerlos participes desde el inicio, respetando su historia, sus tiempos, brindádoles una buena acogida basada en el respeto y la tolerancia, puesto que cada cual trae consigo historias de vida y multiplicidad de problemáticas, adecuando los planes de intervención a sus necesidades y no basando los diagnósticos e intervenciones en lo que el profesional quiere o considera necesario. =====La participación y compromiso visto de ambos lados: destinatarios-coordinadoras de la practica. cuando los destinatarios logran percibir el nivel de compromiso social y participación por parte de las personas responsables o que se encuentran al frente de los proyectos, es en ese momento donde creen, donde también se comprometen,, donde hacen suya la practica; donde ellos se ven acompañados y respaldados. El compromiso debe ser mutuo, debe contagiarse, la persona al frente del proyecto debe dar siempre el ejemplo. En nuestra experiencia lo vivimos así, nos comprometimos al máximo con la practica y vimos los resultados, las madres nos acompañaron en todo momento, hicieron suya la practica y lograron realizar una participación comunitaria, se logro la unión de un grupo dispuesto a trabajar por su barrio con responsabilidad social. (practica: participación comunitaria)

La participación y el sentido de pertenencia aseguran resultados

La participación (activa, protagónica, sensible, trascendente) de los destinatarios es la mejor medida para indicar si la propuesta alcanzó la legitimidad esperada. Es una suerte de péndulo. Al inicio de una intervención la legitimidad es la que más está en entredicho; pero luego, conforme avanza por buen derrotero, se internalizan discursos y acciones que permiten la apropiación y el sentido de pertenencia en niveles que aseguran los resultados finales.

La participación suele ser más fácil y feliz en la medida en que los imaginarios grupales se van haciendo comunes. El conocimiento grupal ayuda a vencer barreras y prejuicios y a desinhibirse. Las organizaciones que logran favorecer una mutua representación interna en sus integrantes suelen generar un mayor grado de participación.

Falta de participación y pérdida de legitimidad

Es difícil legitimar una práctica si la comunidad con la cual se trabaja no responde, ya sea porque no la ven necesaria, no consideran importante su participación o simplemente la creen importante pero esperan que otras personas asuman la responsabilidad. No se puede hablar de legitimidad si las personas a las que la práctica se dirige no participan de la misma.

En este sentido, se suscita también mayor o menor participación por parte de los usuarios, lo que va de la mano a las necesidades, intereses y prioridades que cada usuario establece, condicionados por la historia personal y el contexto.

Por lo dicho anteriormente, se visualiza la necesidad de que desde el inicio se incorpore al usuario en el proceso de intervención, tomando en cuenta sus opiniones y necesidades, plasmando esto en el diagnóstico y plan de intervención, reflejándoles la necesidad e importancia del porque se requiere de su apoyo para generar cambios en la dinámica familiar y así contribuir al proceso terapéutico, haciénolos protagonistas de sus propios cambios, lo cual motivara su adherencia y compromiso de participación.

Participación continua por parte del equipo

Una práctica que no tiene continuidad para cumplir sus objetivos no es legítima. Debe haber un hilo conductor seguido por los actores en cada paso. Esta continuidad se logra con la generación creciente y sostenida de la energía puesta en la tarea. Puede haber retrocesos, pero las tareas deben ser encauzadas a la mayor brevedad. La presencia permanente del equipo es una fuente de seguridad insustituible. Sin prisa, sin pausa y sin desmayos emotivos.

ESTABLECER ESPACIOS DE NEGOCIACIÓN

Desarrollar prácticas en las que no prevalezcan unos intereses sobre otros

Para que una práctica pueda ir construyendo legitimidad debe abordar algunas problemáticas y carencias que se relacionan, entre otras cosas, con la generación de un espacio (concreto y formal) de participación, diálogo y negociación entre los distintos actores. La generación de espacios y las actitudes negociadoras acerca de aquellos aspectos contradictorios y paradojales de las prácticas, deben ser revisados y repensados permanentemente para poder ser resueltos. Esta es una posibilidad no sólo de modificar el hecho de que unos intereses prevalezcan sobre los otros, sino también de negociar y consensuar prácticas democráticas que beneficien a todos los protagonistas del proyecto. En otras palabras se tiene que tener en cuenta la negociación y la mediación en la práctica social para una mejor convivencia.

La dinámica laboral en que nos desenvolvemos, nos lleva a tener siempre presente la negociación y la mediación frente a situaciones complejas que afrontamos, las cuales deben ser dialogadas y concensuadas por los diversos actores involucrados, teniendo como base el respeto y la tolerancia, no realizando juicios a priori o intentando anteponer intereses propios por sobre el otro, puesto que esto perjudica la negociación o mediación que desea realizarse, incidiendo negativamente en los objetivos trazados.Esto último no es sencillo ya que muchas veces los intereses están asentados en necesidades vitales, como la de un empleo u otro beneficio básico.

Dificultad de negociar e imposición de criterios

De acuerdo a ciertos contextos en los que se desarrollan las prácticas (falta de compromiso, de entusiasmo, entre otras cosas) la negociación no siempre resuelve las cuestiones que se presentan. La experiencia de algunas prácticas demuestra que si bien no se puede ser inamovible en las propias ideas, muchas veces es difícil o imposible negociar (lo cual impide seguir adelante con el proyecto). En este contexto una de las alternativas que se presenta es la imposición de criterios.

Nuestra experiencia nos ayuda a ver que es muy importante en este caso el rol que cumple el líder. Sin perder la apertura, una actitud clara y firme ayuda a mantener los principios y objetivos de la institución.Esto genera seguridad y a la vez una definición mas acotada del rol que debe ocupar cada actor.Consideramos también que los destinatarios no son solo los jóvenes a quienes servimos, sino también los actores.Un actor que se siente acompañado, puede acompañar a los demás.

Necesidad de una actitud abierta para negociar

La legitimidad de las prácticas sociales tiene muchos aspectos a tener en cuenta. Por un lado está la necesidad de negociar los intereses institucionales y los intereses de los destinatarios. Esta capacidad de negociación es fundamental para el alcance de los objetivos, pues requiere de una actitud abierta, capaz de ponerse en el lugar del otro y de entender sus puntos de vista, así como de dar a conocer los propios.

Cuando se parte de una actitud abierta para la negociación se establece un avance en el proceso, pues -además de los intereses- lo que también está en juego es la emocionalidad, la motivación y la historia de los sujetos participantes. Cuando se logra esta negociación de intereses se puede sostener la práctica.

Para negociar se debe comprender que es lo que le pasa o necesita el otro, para esto debe mantenerse una actitud empática, respetuosa y tolerante, con apertura de mente, lo cual contribuirá al éxito que se desea alcanzar.

LEGITIMIDAD Y OBJETIVOS COMUNES

Dificultades presentadas frente a la falta de objetivos comunes

La legitimación de la práctica social se ve desdibujada en virtud de que no existen relaciones en el interior de la institución que funcionen con objetivos comunes. La especificidad de las distintas profesiones no genera enriquecimiento mutuo y, en estas condiciones -cuando hay que resolver situaciones complejas- no existe implicación común. La situación mencionada -de tensión interna institucional- conlleva a que no se establezcan estrategias de intervención frente a los problemas a resolver que, frente a dicha falta de mediación, se pueden recrudecer. En otras situaciones, dicha ausencia, puede impulsar una sobre exigencia de los participantes de la organización en los proyectos en curso, teniendo finalmente que cerrar o priorizar unos sobre otros.

Generar y evaluar objetivos comunes a partir de las necesidades de los destinatarios

Es indispensable el encuentro con el destinatario, ya que si este no se realiza los objetivos de las acciones ejecutadas no pueden ser evaluados. Las evaluaciones tienen que dar cuenta de esta participación en pos de ponerla como un pilar fundamental a la hora de generar una actividad. El destinatario debería tener un papel activo desde el momento en que la práctica es planificada hasta su posible evaluación -reconociendo el objetivo de la misma para poder contribuir a los logros esperados. Es por esto que, teniendo en cuenta esta visión, los objetivos de la organización y de los que en ella trabajan van a permitir constituir prácticas legítimas que puedan superar actividades “inconscientes” o puramente asistenciales.

Para llegar a lo anteriormente dicho es esencial generar estrategias que posibiliten conocer la visión de los destinatarios, ya que de lo contrario se sigue adelante de acuerdo a los principios de la organización y de sus trabajadores y no se consideran aquellos que son fundamentales para los beneficiarios. Hay que tener en cuenta que muchas veces se cae en la reproducción de un discurso "políticamente correcto" pero no legítimo, lo que trae consecuencias en el desarrollo de las actividades.

En este sentido la legitimidad de las prácticas está ligada al trabajo conjunto entre el equipo de profesionales y el público destinatario, ya que de esta manera se podrán considerar las necesidades, gustos y preferencias de los destinatarios y no solamente del equipo profesional y de la institución. Más allá de que es importante dejar en claro los lineamientos y objetivos que la institucion se propone, se vuelve fundamental brindar el apoyo necesario para el cumplimiento de las actividades planificadas en conjunto.

A través de la intervención nos encontramos con el otro, en un espacio íntimo y de confianza. Por esto es fundamental considerar las opiniones y necesidades del usuario, y no basar el trabajo e intervención solo en las preferencias y/o necesidades del equipo profesional o institución, para lograr esto debe contemplarse la opinión del usuario a través de pautas de evaluación, que nos permita conocer su sentir, con la finalidad de realizar un trabajo centrado en ellos y en sus problemáticas y/o necesidades.

Reformular objetivos junto a los destinatarios

Una práctica va a constituirse legítima cuando se hayan formulado y/o reformulado sus objetivos junto a los destinatarios. Estos objetivos tienen que encajar dentro de los objetivos institucionales y el equipo profesional los tiene que conocer e interiorizar para su ejecución. Estos objetivos guiarán toda la práctica. Por otro lado, durante todo el proceso de la práctica, conjuntamente con los destinatarios, se tendrán que revisar los avances así como reformular nuevos cuando los anteriores se hayan cumplido, no se ajustan a la realidad o frente a cambios en la misma. El análisis que realizan los destinatarios de las situaciones problemáticas que viven, sus causas y consecuencias, así como el planteamiento de objetivos y nuevas metodologías como alternativas de solución, legitiman la práctica.

La práctica es legítima además si lo que hacemos con participación de los destinatarios y las destinatarias ayuda a transformar su realidad, su vida, su comunidad. Y a mejorar situaciones problemáticas, por ende que sean procesos que la misma comunidad o grupo busque seguir.

El factor tiempo aparece como condicionante, el ritmo de vida instalado por el sistema capitalista que no promueve o dificulta la posibilidad de generar espacios de encuentro.

Un condicionante grande para seguir procesos es el factor tiempo que atraviesa toda la tarea (sobre todo en los espacios de voluntariado). El proceso como equipo requiere de tiempo y ese factor suele ser una tensión en el interior de las organizaciones. Muchas veces sucede que el ánimo por responder a situaciones problemáticas embarca a las organizaciones en tareas que después cuesta sostener en el tiempo dado que sus integrantes están cruzados por otra cantidad de actividades. No siempre es fácil, pero se puede mantener un tiempo de evaluación y proyección periódica.

La mirada externa desde un asesor que ayude a analizar con más distancia la práctica y objetivar lo que ocurre.

Entre “lo real” y “lo imaginario” se sitúan las expectativas de quienes ejecutan el proyecto. Estas expectativas están teñidas de necesidades que no siempre responden a los cuestionamientos de los destinatarios, sino que se enraízan en necesidades propias del equipo. En nuestra organización pasó que un joven que estudiaba guitarra había progresado mucho en su técnica y muchos nos habíamos entusiasmado en ayudarlo a seguir el conservatorio. Finalmente nos dimos cuenta que él había dicho que sí, más por seguir nuestras expectativas de haber hecho “progresar” a un joven en su proyecto de vida, que por su deseo de hacerlo. Es atendiendo a la realidad de que quienes efectivizan una propuesta se encuentran atravesados por un sinnúmero de variables, que nos parece necesario sumar la presencia de alguien que sea capaz de observar la práctica con cierta distancia objetiva y pueda marcar a qué tipo de necesidades van respondiendo las acciones. Un asesor que genere espacios de reflexión y de cuestionamiento para repensar la práctica e ir probando distintas estrategias que respondan mejor a las nuevas situaciones.

La cuestión cultural como condicionante

El entorno cultural tiene sus variables y características propias. A las organizaciones que pretenden generar un espacio de resistencia a ciertos valores deshumanizantes suele sucederles que con el correr de los tiempos, y al afinar la mirada, se encuentran cómo muchas de esas matrices perviven en el interior de sus propuestas. El entorno cultural introyecta, por ejemplo, un modo de participación no activa o asistencialista o factible sólo para algunos (por ej los que portan la voz son varones y las chicas no participan). En los casos en que se rompe este esquema, también se da por una cuestión cultural (por ej. una chica que se hace oír tiene una competencia cultural más amplia. Tiene seguridad). El desafío hacia adentro de las organizaciones es ir viendo hasta qué punto la propuesta alternativa es sólo superficial o va intentando progresivamente sacar las consecuencias lógicas de su pensamiento ideológico.

Cambios auténticos desde uno mismo y la importancia del entorno

Necesidad de no colocar en un esquema tan rígido la relación entre equipo y destinatarios, de tal manera que se pueda entender un proceso más integral en los cambios en la medida en que todos los miembros del proyecto son sujetos de transformaciones en el ida y vuelta de los aportes de todos.

Todos somos actores involucrados, aun cuando los pibes puedan ser el centro de la organización. La terminología “destinatarios” tiene su pro y su contra, pero tiene el límite de ser un poco rígido en lo que hace al proceso de cambio. Todos cambiamos en este proceso. Nadie cambia a nadie. Cada uno cambia, aunque ese cambio sea favorecido por el clima del entorno. ¿Quién es el destinatario de qué? Porque en alguna medida todos somos destinatarios.

Ciertamente la decisión de cambio es personal, aún cuando el entorno influye, no obstante hay decisiones a veces no concientes y el cambio ocurre. Entonces desde esta perspectiva los entornos, las estrategias se intencionan para que ocurra algo y esas intenciones son dirigidas, se destinan. En consecuencia nuestras prácticas intencionan resultados y estos son dirigidos, los destinatarios no tienen intención premeditada de influir en nosotros, es el encuentro humano el que por sobre cualquier intención, en un acercamiento, un reconocimiento de un otro genera nuevas realidades en las cuales aprendimos todos, claramente. Un aprendizaje significativo.


Importancia de favorecer espacios comunes de toma de decisiones y evaluación que legitimen una participación auténtica.

Una de las trampas en que las organizaciones suelen caer es intentar generar participación de todos sus integrantes mientras que las decisiones son tomadas por unos pocos. La participación real se encuentra íntimamente ligada a la posibilidad de sentirse parte en la toma de decisiones. Por eso se necesita crear al interior de los grupos, espacios para que circule la palabra (especialmente de los destinatarios para los que fue pensada la práctica) en donde ellos intervengan para la toma de decisiones que hacen a las actividades y proyectos. Esta dinámica los anima a hacerse oír, los involucra directamente, los compromete y aumenta la participación y legitima la palabra personal. En nuestra organización fue de mucho provecho (aunque inicialmente resistida por muchos de los adolescentes) la práctica periódica de asamblea en la que decidir juntos de qué hablar y qué resolver. Muchas veces las decisiones en conjunto motivaron mayor participación en las tareas consecuentes. Necesariamente esto trae aparejado hacer el ejercicio de aprender a escuchar al otro. Esto resulta clave para “sintonizar” los intereses de todos los actores involucrados. Lo mismo sucede con las evaluaciones pertinentes en las que medir los resultados de las actividades y proyectos propuestos, valorar los logros, identificar las dificultades y revisar y modificar aquello que permita avances, considerando estas instancias como parte de un proceso de aprendizaje para todos. Donde tiene lugar un aprendizaje significativo, hay cambio y hay crecimiento. Si se toma esta herramienta como práctica cotidiana fortalecerá al grupo, y le dará la posibilidad de generar acciones que promuevan el “encuentro con el afuera” (las demás instituciones, los padres, la mirada social, la comunidad frente a los pibes) en donde puedan pensarse acciones comunes que propicien transformaciones en un ámbito más amplio.

PRUEBA MARTIN 4.4.21