Diferencia entre revisiones de «Prácticas legítimas»

De Gestion colectiva de conocimientos
Saltar a: navegación, buscar
Línea 81: Línea 81:
 
En este caso, se da la legitimación de las prácticas a través de lo que creen los participantes de la organización que los destinatarios desean o necesitan. Esto genera consecuencias visibles en todo momento de la practica: los proyectos no se desarrollan con participación barrial (por ejemplo: una revista barrial sin notas escritas por vecinos, o sin información que los vecinos deseen leer, etc), asi como la sobrexigencia de los participantes de la organización en todos los proyectos en curso, teniendo finalmente que cerrar o priorizar unos sobre otros.  
 
En este caso, se da la legitimación de las prácticas a través de lo que creen los participantes de la organización que los destinatarios desean o necesitan. Esto genera consecuencias visibles en todo momento de la practica: los proyectos no se desarrollan con participación barrial (por ejemplo: una revista barrial sin notas escritas por vecinos, o sin información que los vecinos deseen leer, etc), asi como la sobrexigencia de los participantes de la organización en todos los proyectos en curso, teniendo finalmente que cerrar o priorizar unos sobre otros.  
 
Creo que es necesario priorizar finalmente este pilar de las organizaciones, para traspasarlo desde un plano teorico a uno real.
 
Creo que es necesario priorizar finalmente este pilar de las organizaciones, para traspasarlo desde un plano teorico a uno real.
 +
Para poder transpasar este plano teórico a uno real, es necesario poder generar el encuentro con el vecino. Si este transpaso no se efectúa el logro de las acciones ejecutdas, se convierten en objetivos no cumplidos. Las evaluaciones tienen que dar cuenta de la participación de los mismos en pos de ponerlo como un pilar fundamental a la hora de generar una actividad. Desde el momento en el que se planifica una actividad hasta su posible evaluación, el vecino debe tener un papel activo; reconociendo el objetivo de la misma para poder constribuir a los logros esperados.

Revisión del 10:39 3 feb 2009

La construcción de la legitimidad de una acción en curso, es uno de los problemas más comunes en las prácticas sociales de diferente tipo. Esta construcción se relaciona con la posibilidad de garantizar la participación de los destinatarios de las prácticas, pero sobretodo se relaciona con la capacidad de negociación de los actores involucrados.

Los intereses de los equipos de trabajo que ejecutan una práctica (y las organizaciones que los alojan) no siempre están en total congruencia con los intereses de los destinatarios. Este proceso de negociación puede tener diversos resultados: a) la primacía de los intereses de un actor sobre otro, b) la construcción de una nueva alternativa de práctica que tome en cuenta ambos; c) el quiebre de una práctica y su consecuente finalización por la imposibilidad de ponerse de acuerdo.

Escuchar al otro (al destinatario de nuestras prácticas) y ser escuchado -en el marco de prácticas de intervención social- es el inicio de un proceso de permanente negociación sin resultados predecibles de antemano. Muchas veces, el fracaso de las prácticas se debe a que no se ha podido construir un espacio donde hacer transparentes los intereses de los actores involucrados.

Es así, que en nuestras prácticas sociales nos encontramos muchas veces con que los intereses de los destinatarios no siempre coinciden con los intereses de los equipos de trabajo, ni tampoco entre ambos actores y las organizaciones que los financian o apoyan. La construcción de prácticas legítimas está relacionada con tres de las paradojas que hemos trabajado anteriormente: paradoja 3 (entre la idea de que la validez de las acciones se funda en los destinatarios; y otra concepción que entiende que la práctica es válida independiente de estos aspectos), paradoja 4 (entre una práctica asentada en convicciones éticas y exigencias de coherencia entre el pensar y el hacer, y la necesidad de resolver problemas concretos y reales, acciones y decisiones que a veces no se corresponden a dichos principios) y paradoja 6 (entre prácticas que se realizan en instituciones fuertemente estructuradas y la necesidad de impulsar acciones innovadoras).

Cada una de las prácticas sociales tendrá un cúmulo de saber y aprendizajes relacionados con esta temática. Los esperamos...

PARA PODER HACER UN TRABAJO DE INTERVECIÓN ACORDE CON LAS NECESIDADES DE LA POBLACIÓN ES NECESARIO PODER INDAGAR CUALES SON SUS NECESIDADES E INTERESES, PERO ESTO SE VUELVE COMPLEJO EN UNA INSTITUCIÓN A LA QUE LLEGAN SUBCULTURAS CON PARTICULARIDADES EN CREENCIAS, IDEALES, PRIORIDADES DE VIDA, ESCALAS DE VALORES, ETC; QUE VARIAN SEGÚN LUGAR DE ORIGEN (CAMPO O CIUDAD, REGIÓN O DEPARTAMENTO DEL PAÍS, ETC)Y QUE EN MUCHAS OPORTUNIDADES NO ESTÁN ACORDES A SU NUEVO CONTEXTO DE VIDA FAMILIAR E INCLUSO A LA DE LOS MISMOS PROFESIONALES DE LA INSTITUCIÓN. ES ESTA LA RAZÓN POR LA QUE EL PLAN DE INTERVENCIÓN DEBE SER PARTICULAR A CADA USUARIO Y DEBE PARTIR DE LAS MISMAS NECESIDAES ESPECÍFICAS EVIDENCIADAS A PARTIR DE UNA VALORACIÓN DIAGNÓSTICA.

La legitimidad de las acciones que efectuamos en el Patronato de Presos y Liberados de Salta, es uno de los nodos que se presenta en la práctica. En el desarrollo de la misma, existen discordancias entre los miembros del equipo de trabajo a la hora de determinar donde se asienta la validez de las acciones que generamos, si éstas deberían partir de los destinatarios o si son válidas independientes de éste aspecto. Por otro lado, siguiendo con el abordaje de la legitimidad de las acciones de nuestra practica, se encuentra el carácter de la institución, que impone el ejercicio de control sobre los destinatarios como aspecto ineludible de la misma. La institución, aunque no llega a ser de características totales, es la correlación de una que si lo es, como la cárcel, en contraposición a su rigidez estructural, surge la necesidad por parte de algunos integrantes del equipo de trabajo, de impulsar acciones innovadoras, transformadoras que se ven en puja con las que están marcadas por la impronta institucional.- La negociación, entre los intereses de los distintos actores (equipos de trabajo, institución y los destinatarios), se lleva a cabo de manera tácita, no existe institucionalmente, un espacio donde se revelen de manera abierta los mismos. Dicho choque de intereses, tiene como resultado, la superioridad de los intereses de la institución por sobre los de los de algunos miembros de equipo y por sobre los de los destinatarios de la práctica. Ya que la legitimidad de las acciones se fundamentan en el carácter de control de la institución y en el aspecto asistencial, no se parte de diagnósticos actuales, ni de la participación de los usuarios, los intereses de los miembros de equipo de trabajo también quedan relegados a los de la institución, en el sentido de que cualquier instancia novedosa imaginada o pensada, tiene pocas posibilidades en relación a esos arraigados intereses institucionales.- La legitimidad de la práctica, se fundamenta en un marco legal formal que da lugar a la creación de la institución e imprime rumbo a las acciones concretas. Surge el cuestionamiento entonces, por parte de algunos miembros del equipo de trabajo sobre tal legitimidad, esto surge también a partir de las condiciones concretas de vida de los destinatarios de la práctica que cada vez, con más notoriedad, reclaman ser tenidas en cuenta a la hora de proponer alternativas concretas y con posibilidad de incidir sobre las mismas. En el acaso de las destinatarias de la práctica, el desestimo por sus intereses, se hace más significativo ya que no se encuentran siquiera mencionadas entre los intereses de la institución, entonces, las necesidades de las mujeres con las que trabajamos no es abordada desde una perspectiva de genero que las contenga, por ende no se ofrecen alternativas en éste sentido.- En el ámbito donde tiene lugar ésta práctica, cuyas características se han reseñado anteriormente, se torna aun más dificultoso que en otros, poder negociar los intereses de la institución y su prevalencia por sobre lo de los equipos de trabajo y sobre todo sobre los de los destinatarios y destinatarias de la práctica. Hacer explícita ésta tensión entre los intereses de los distintos actores, podría constituirse en el primer paso para la construcción de ese espacio sumamente necesario, donde éstos se hagan transparentes para dar paso a un proceso de negociación entre los mismos, lo cual resulta de imperiosa necesidad para la construcción de una nueva alternativa de la práctica y para un mejor desarrollo de la misma.-

Considero que una práctica legitíma es la forma en que realmente se lleva a cabo esa práctica,teniendo en cuenta los intereses de las destinatarias en este caso. Sucede que en el ambito carcelario, las practicas legitimas no estan dadas porque precisamente no se tiene en cuenta los intereses de la interna. A lo mejor, si se considera la posibilidad de encontrar otras modos de intervencion se podria legitimarla.


La legitimidad de la practica social con niñas, niños y adolescentes en situacion de vulnerabilidad, será posible cuando un marco teorico permita leer lo que pasa con las situaciones abordadas, pensando en un dispositivo de intervencion, realizando capacitaciones construyendo teoria a partir de la practica. La legitimacion va ser posible siempre y cuando haya un aprendizaje real y pongamos en juego nuestro saber que reemplace al anterior.

Partiendo de lo anteriormente dicho : "Los intereses de los equipos de trabajo que ejecutan una práctica (y las organizaciones que los alojan) no siempre están en total congruencia con los intereses de los destinatarios. Este proceso de negociación puede tener diversos resultados: a) la primacía de los intereses de un actor sobre otro, b) la construcción de una nueva alternativa de práctica que tome en cuenta ambos; c) el quiebre de una práctica y su consecuente finalización por la imposibilidad de ponerse de acuerdo."

Podría decir que el resultado de nuestra práctica, hasta el momento, es "la primacía de los intereses de un actor sobre otro". Donde no sólo se juegan los intereses del equipo de profesionales sino que también juegan los intereses de la comisión de vecinos, talleristas etc., prevaleciendo los espacios individuales de poder sobre el objetivo principal: que el centro comunitario abra sus puertas al barrio.

Como consecuencia de esto, se dan dos situaciones que se repiten desde el inicio de la práctica:

a- si un "amigo/a" hace o dice algo con lo que no acuerdo, miro para otro lado y me callo; si alguien que no/s simpatiza hace o dice algo con lo que no acuerdo, hago todo lo posible para expulsarlo, hasta expulsarlo.

b- se llega a acuerdos, en la reuniones mensuales; pero en general estos acuerdos no los cumplo, ni los hago cumplir.


El desafío es poder modificar esta realidad; tomando las palabras escritas anteriormente: "Hacer explícita ésta tensión entre los intereses de los distintos actores, podría constituirse en el primer paso para la construcción de ese espacio sumamente necesario, donde éstos se hagan transparentes para dar paso a un proceso de negociación entre los mismos, lo cual resulta de imperiosa necesidad para la construcción de una nueva alternativa de la práctica y para un mejor desarrollo de la misma."

En la práctica con niños, escucho el interés de ellos, como destinatarios directos "acá venimos a jugar". ellos sienten y toman legítimamente ese espacio como propio, así se manejan en el uso de los materiales, el encuadre, etc. Para los coordinadores del espacio, no es ese objetivo suficiente. no vamos solamente a jugar con ellos, ni a ofrecerles juegos. cómo hacer para conciliar ambos intereses se vuelve tarea de todos los días, motivo de discusión y búsqueda de acuerdos.si bien mediante el juego trabajamos múltiples aspectos, aspiramos a que otros factores se mediaticen en dicho espacio. Queremos que auerden, que construyan, que creen, que generen proyectos. He pensado que muchas veces cuando predominan nuestros intereses por encima de los de los destinatarios, baja el nivel de participación. sin embargo, en los eventos masivos, cuando el taller se abre a la comunidad, nuevamente se acercan muchos niños que no logran sostener la asistencia continua la taller. Considero que esta apertura a la comunidad en diversas circunstancias (juegos, muestras, encuentros, paseos, visitas) consolida la legitimidad de la práctica en el barrio. El taller es reconocido por los centros comunitarios, por las familias y por los otros chicos del barrio. quienes asisten tienen un sentido de pertenencia desarrollado. Sin embargo, en la escuela, como espacio fisico donde se desarrolla la práctica, creo que no esta consolidad esa legitimidad, debido a que no hemos podido afianzar ese espacio de dialogo y de intercambio de expectativas y objetivos con las autoridades. tal vez actualmente, si bien no hubo un gran intercambio, se nos abre la posibilidad de dar a conocer las producciones del taller en una cartelera central dentro de la escuela. la legitimidad de mi práctica es aún una pregunta retórica para mi, un proceso en construcción. He pensado que el protagonismo de los destinatarios puede ser también una costante que brinde legitimidad. Es decir si la práctica ha dejado algo instalado en los destinatarios, una necesidad, una inquietud, ua motivación qu vaya por encima de la organización que genera la practica, la práctica se vuelve legítima, es "tomada" por los destinatarios como parte de su propia vida. Entonces, aunque un taller finalice, aunque un presupuesto se agote, si la práctica es legítima la misma gente buscará, luego de la experiencia, la reconstrucción.

En cuanto a la legitimidad de las prácticas de formación profesional en jóvenes con necesidades educativas especiales y enmarcada dentro de las políticas educativas, creo que dicha cuestión de legitimidad puede llegar a abarcar la práctica misma, en cuanto la educación formal, oficial, como política educativa de Estado cuya finalidad radica en la socialización de las nuevas generaciones en la cultura letrada, en la cultura del trabajo. Así mismo, y desde una mirada histórica, la educación especial ha ido incorporando a su tarea de formación los principios de normalización e integración y actualmente se presta a poner en hechos el derecho a la inclusión; Derecho que de manera transversal intenta llegar a todo el espectro educativo-escolar. A partir de éste paradigma y de los tiempos históricos por los que estamos atravesando, se observa una apertura de la rama de educ. especial a que los alumnos participen en ámbitos educativos convencionales y laborales, espacios que aun muestran cierta reticencia. Ahora bien, para que la práctica en cuestión pueda ir construyendo cierta legitimidad, debe de abordar algunas problemáticas y carencias que se relacionan entre otras cosas, con la generación de un espacio (concreto y formal) de participación, dialogo y negociación de los demás actores, alumnos, padres e instituciones del ámbito laboral. La generación de espacios y las actitudes negociadoras, son materias pendientes en quienes llevamos adelante el proyecto, por su carácter fuertemente estructurado y dentro del ámbito de la educación privada; Estos aspectos, contradictorios y paradojales, deben ser revisadas permanentemente y es en dichos espacios y con sus protagonistas donde podrán ser resueltos. Esta es una posibilidad de modificar que unos intereses prevalezcan sobre los otros, negociar, consensuar, prácticas democráticas que beneficiaran a los protagonistas del proyecto.

En relación al proyecto de Extension asistencial en función docente en relación al retardo mental, pensar en la legitimidad de la práctica tiene una doble vertiente: por un lado, los pacientes y sus familias y por el otro, los estudiantes. Si uno piensa que la legitimidad está dada por acuerdos o negociaciones, entre y con los actores involucrados, puedo suponer que el segundo grupo involucrado (estudiantes) la ha legitimado desde el momento en que su pedido era y es "más práctica".Hubo un espacio de escuha. Sin embargo, dada la realidad (falta de compromiso, de entusiasmo, entre otras cosas), parecería con que la negociación no me resuelve todas las cuestiones. El otro punto donde creo que la negociación resulta casi insuficiente es en el terreno de los pacientes y sus familias. La experiencia me ha mostrado que uno no puede ser inamovible en sus ideas pero...la mayoría de las veces, me encuentro que no puedo negociar nada sino imponer un criterio. La paradoja n° 3 es un nervio muy sensible en esta práctica.

A partir de las conceptualizaciones desarrolladas sobre cada una de las prácticas sociales y vinculadas al tema de la legitimidad, se identifican aspectos comunes, aproximaciones analógicas que se suceden en cada una de ellas; De esta manera se observan ciertas regularidades sobre la impronta institucional, sobre los intereses que representan cada uno de los actores y sobre los alcances que ellos tienen. En cada una de las prácticas subyace una interpretación de lo institucional, como organizaciones propias de la sociedad civil y política, parte de la estructura social que ordena el funcionamiento de las clases sociales, a través de sus políticas de seguridad, educación, salud, laborales, etc. Y por cuya función están legitimadas socialmente. Estas instituciones mantienen el ejercicio del poder y control sobre los destinatarios de sus políticas sociales. La intervención de los equipos de trabajo no busca reproducir ese control y poder, por lo contrario, busca generar espacios de negociación (aunque no estén reconocidos oficialmente) donde poder re-conocer las necesidades e intereses de la población destinataria, hacer explicita la tensión entre intereses y rescatar la importancia de protagonismo de los demás actores. En este enfrentamiento de intereses institucionales y populares, prevalece el poder institucional lo que genera la escasa participación de los destinatarios y sentido de pertenencia. La construcción permanente de legitimidad, de prácticas democráticas, de conciliar intereses, se vuelve tarea de todos los días.

Práctica legítima: creo que es posible a partir de seguir negociando: entre los docentes que participan de la extensión asistencial en función docente, de los alumnos (que la solicitan), de los pacientes que muestran un sufrimiento por su condición de niños patologizados. El sistematizar la práctica me ha permitido "escuchar" aún más al alumnado por medio de encuestas voluntarias y anónimas. Los resultados me han sorprendido: el balance es sumamente positivo. Las dificultades que uno de los destinatarios de esta práctica (alumnado) encuentra en la misma tiene que ver con aspectos estructurales que remiten más a la paradoja n° 6. En mi comentario anterior, decía que la paradoja n° 3 era un nervio muy sensible en mi práctica. Sigue siendo sensible pero mucho menos de lo pensado. Sigo negociando con los actores y aunque los resultados sean azarosos creo que no se avista en el horizonte el quiebre de la misma.

La legitimacion de la practica social con internas procesadas primarias en el ambito carcelario esta ligitimada dentro de las reglamentaciones vigentes. Sin embargo, cuando se busca implementarla desde el Area Social, se produce una tension que entre la institucion y la profesional. Suecede que si bien hay actividades que se pueden llevar a cabo el sostenimiento de esas actividades desde el Area Social es debil. Quizas habria que empezar a tener en cuenta la negociacion y la mediacion en esta practica social para una mejor convivencia.



La legitimación de la practica social con la niñez y adolescencia en contextos educativos públicos, se ven desdibujadas en virtud de que existen relaciones institucionales que funcionan sin objetivos en común. La especificidad de las distintas profesiones no se enriquecen, todo lo contrario cuando se trata de situaciones complejas de resolver no hay implicación, ya sea en el establecimiento educativo o en las instituciones que atienden a la niñez y adolescencia en el municipio. Este tampoco tiene implicación con la temática, dando mas relevancia a lo político. Las familias también tienen dificultades de poder operar con éxito en la crianza de sus hijos, por su nivel cultural, social y económico bajo. Sin embargo, esto no es incidente dado que hay problemáticas que se abordan con adolescentes de nivel medio ( intento de suicidio). La situación mencionada de conflicto institucional y comunitario conlleva a que no se pueda establecer estrategias de intervención abordando el emergente critico y que se oriente a intervenciones sociales y pedagógicas de prevención. Los emergentes que aparecen se recrudecen más en los adolescentes, quienes se reflejan en un importante numero de casos que la muerte o el intento de suicidio son sus salidas mas rápidas en la dificultad de establecer vínculos sanos.

Las practicas legítimas se dan en Centros Culturales desde la participación que se genera dentro de las mismas instituciones, definidas como horizontales y autogestivas, cuya participación se da libremente. Sin embargo, la participación por lo general se ve sesgada: el barrio no suele participar de las actividades, y aún en menor cantidad de veces lo hace en el momento del diagnóstico y planificación de las mismas. En este caso, se da la legitimación de las prácticas a través de lo que creen los participantes de la organización que los destinatarios desean o necesitan. Esto genera consecuencias visibles en todo momento de la practica: los proyectos no se desarrollan con participación barrial (por ejemplo: una revista barrial sin notas escritas por vecinos, o sin información que los vecinos deseen leer, etc), asi como la sobrexigencia de los participantes de la organización en todos los proyectos en curso, teniendo finalmente que cerrar o priorizar unos sobre otros. Creo que es necesario priorizar finalmente este pilar de las organizaciones, para traspasarlo desde un plano teorico a uno real. Para poder transpasar este plano teórico a uno real, es necesario poder generar el encuentro con el vecino. Si este transpaso no se efectúa el logro de las acciones ejecutdas, se convierten en objetivos no cumplidos. Las evaluaciones tienen que dar cuenta de la participación de los mismos en pos de ponerlo como un pilar fundamental a la hora de generar una actividad. Desde el momento en el que se planifica una actividad hasta su posible evaluación, el vecino debe tener un papel activo; reconociendo el objetivo de la misma para poder constribuir a los logros esperados.