Prácticas legítimas
La construcción de la legitimidad de una acción en curso, es uno de los problemas más comunes en las prácticas sociales de diferente tipo. Esta construcción se relaciona con la posibilidad de garantizar la participación de los destinatarios de las prácticas, pero sobretodo se relaciona con la capacidad de negociación de los actores involucrados.
Los intereses de los equipos de trabajo que ejecutan una práctica (y las organizaciones que los alojan) no siempre están en total congruencia con los intereses de los destinatarios. Este proceso de negociación puede tener diversos resultados: a) la primacía de los intereses de un actor sobre otro, b) la construcción de una nueva alternativa de práctica que tome en cuenta ambos; c) el quiebre de una práctica y su consecuente finalización por la imposibilidad de ponerse de acuerdo.
Escuchar al otro (al destinatario de nuestras prácticas) y ser escuchado -en el marco de prácticas de intervención social- es el inicio de un proceso de permanente negociación sin resultados predecibles de antemano. Muchas veces, el fracaso de las prácticas se debe a que no se ha podido construir un espacio donde hacer transparentes los intereses de los actores involucrados.
Es así, que en nuestras prácticas sociales nos encontramos muchas veces con que los intereses de los destinatarios no siempre coinciden con los intereses de los equipos de trabajo, ni tampoco entre ambos actores y las organizaciones que los financian o apoyan. La construcción de prácticas legítimas está relacionada con tres de las paradojas que hemos trabajado anteriormente: paradoja 3 (entre la idea de que la validez de las acciones se funda en los destinatarios; y otra concepción que entiende que la práctica es válida independiente de estos aspectos), paradoja 4 (entre una práctica asentada en convicciones éticas y exigencias de coherencia entre el pensar y el hacer, y la necesidad de resolver problemas concretos y reales, acciones y decisiones que a veces no se corresponden a dichos principios) y paradoja 6 (entre prácticas que se realizan en instituciones fuertemente estructuradas y la necesidad de impulsar acciones innovadoras).
Cada una de las prácticas sociales tendrá un cúmulo de saber y aprendizajes relacionados con esta temática. Los esperamos...
PARA PODER HACER UN TRABAJO DE INTERVECIÓN ACORDE CON LAS NECESIDADES DE LA POBLACIÓN ES NECESARIO PODER INDAGAR CUALES SON SUS NECESIDADES E INTERESES, PERO ESTO SE VUELVE COMPLEJO EN UNA INSTITUCIÓN A LA QUE LLEGAN SUBCULTURAS CON PARTICULARIDADES EN CREENCIAS, IDEALES, PRIORIDADES DE VIDA, ESCALAS DE VALORES, ETC; QUE VARIAN SEGÚN LUGAR DE ORIGEN (CAMPO O CIUDAD, REGIÓN O DEPARTAMENTO DEL PAÍS, ETC)Y QUE EN MUCHAS OPORTUNIDADES NO ESTÁN ACORDES A SU NUEVO CONTEXTO DE VIDA FAMILIAR E INCLUSO A LA DE LOS MISMOS PROFESIONALES DE LA INSTITUCIÓN. ES ESTA LA RAZÓN POR LA QUE EL PLAN DE INTERVENCIÓN DEBE SER PARTICULAR A CADA USUARIO Y DEBE PARTIR DE LAS MISMAS NECESIDAES ESPECÍFICAS EVIDENCIADAS A PARTIR DE UNA VALORACIÓN DIAGNÓSTICA.
La legitimidad de las acciones que efectuamos en el Patronato de Presos y Liberados de Salta, es uno de los nodos que se presenta en la práctica. En el desarrollo de la misma, existen discordancias entre los miembros del equipo de trabajo a la hora de determinar donde se asienta la validez de las acciones que generamos, si éstas deberían partir de los destinatarios o si son válidas independientes de éste aspecto. Por otro lado, siguiendo con el abordaje de la legitimidad de las acciones de nuestra practica, se encuentra el carácter de la institución, que impone el ejercicio de control sobre los destinatarios como aspecto ineludible de la misma. La institución, aunque no llega a ser de características totales, es la correlación de una que si lo es, como la cárcel, en contraposición a su rigidez estructural, surge la necesidad por parte de algunos integrantes del equipo de trabajo, de impulsar acciones innovadoras, transformadoras que se ven en puja con las que están marcadas por la impronta institucional.- La negociación, entre los intereses de los distintos actores (equipos de trabajo, institución y los destinatarios), se lleva a cabo de manera tácita, no existe institucionalmente, un espacio donde se revelen de manera abierta los mismos. Dicho choque de intereses, tiene como resultado, la superioridad de los intereses de la institución por sobre los de los de algunos miembros de equipo y por sobre los de los destinatarios de la práctica. Ya que la legitimidad de las acciones se fundamentan en el carácter de control de la institución y en el aspecto asistencial, no se parte de diagnósticos actuales, ni de la participación de los usuarios, los intereses de los miembros de equipo de trabajo también quedan relegados a los de la institución, en el sentido de que cualquier instancia novedosa imaginada o pensada, tiene pocas posibilidades en relación a esos arraigados intereses institucionales.- La legitimidad de la práctica, se fundamenta en un marco legal formal que da lugar a la creación de la institución e imprime rumbo a las acciones concretas. Surge el cuestionamiento entonces, por parte de algunos miembros del equipo de trabajo sobre tal legitimidad, esto surge también a partir de las condiciones concretas de vida de los destinatarios de la práctica que cada vez, con más notoriedad, reclaman ser tenidas en cuenta a la hora de proponer alternativas concretas y con posibilidad de incidir sobre las mismas. En el acaso de las destinatarias de la práctica, el desestimo por sus intereses, se hace más significativo ya que no se encuentran siquiera mencionadas entre los intereses de la institución, entonces, las necesidades de las mujeres con las que trabajamos no es abordada desde una perspectiva de genero que las contenga, por ende no se ofrecen alternativas en éste sentido.- En el ámbito donde tiene lugar ésta práctica, cuyas características se han reseñado anteriormente, se torna aun más dificultoso que en otros, poder negociar los intereses de la institución y su prevalencia por sobre lo de los equipos de trabajo y sobre todo sobre los de los destinatarios y destinatarias de la práctica. Hacer explícita ésta tensión entre los intereses de los distintos actores, podría constituirse en el primer paso para la construcción de ese espacio sumamente necesario, donde éstos se hagan transparentes para dar paso a un proceso de negociación entre los mismos, lo cual resulta de imperiosa necesidad para la construcción de una nueva alternativa de la práctica y para un mejor desarrollo de la misma.-
Considero que una práctica legitíma es la forma en que realmente se lleva a cabo esa práctica,teniendo en cuenta los intereses de las destinatarias en este caso. Sucede que en el ambito carcelario, las practicas legitimas no estan dadas porque precisamente no se tiene en cuenta los intereses de la interna. A lo mejor, si se considera la posibilidad de encontrar otras modos de intervencion se podria legitimarla.
La legitimidad de la practica social con niñas, niños y adolescentes en situacion de vulnerabilidad, será posible cuando un marco teorico permita leer lo que pasa con las situaciones abordadas, pensando en un dispositivo de intervencion, realizando capacitaciones construyendo teoria a partir de la practica. La legitimacion va ser posible siempre y cuando haya un aprendizaje real y pongamos en juego nuestro saber que reemplace al anterior.
Partiendo de lo anteriormente dicho : "Los intereses de los equipos de trabajo que ejecutan una práctica (y las organizaciones que los alojan) no siempre están en total congruencia con los intereses de los destinatarios. Este proceso de negociación puede tener diversos resultados: a) la primacía de los intereses de un actor sobre otro, b) la construcción de una nueva alternativa de práctica que tome en cuenta ambos; c) el quiebre de una práctica y su consecuente finalización por la imposibilidad de ponerse de acuerdo."
Podría decir que el resultado de nuestra práctica, hasta el momento, es "la primacía de los intereses de un actor sobre otro". Donde no sólo se juegan los intereses del equipo de profesionales sino que también juegan los intereses de la comisión de vecinos, talleristas etc., prevaleciendo los espacios individuales de poder sobre el objetivo principal: que el centro comunitario abra sus puertas al barrio.
Como consecuencia de esto, se dan dos situaciones que se repiten desde el inicio de la práctica:
a- si un "amigo/a" hace o dice algo con lo que no acuerdo, miro para otro lado y me callo; si alguien que no/s simpatiza hace o dice algo con lo que no acuerdo, hago todo lo posible para expulsarlo, hasta expulsarlo.
b- se llega a acuerdos, en la reuniones mensuales; pero en general estos acuerdos no los cumplo, ni los hago cumplir.
El desafío es poder modificar esta realidad; tomando las palabras escritas anteriormente: "Hacer explícita ésta tensión entre los intereses de los distintos actores, podría constituirse en el primer paso para la construcción de ese espacio sumamente necesario, donde éstos se hagan transparentes para dar paso a un proceso de negociación entre los mismos, lo cual resulta de imperiosa necesidad para la construcción de una nueva alternativa de la práctica y para un mejor desarrollo de la misma."
En la práctica con niños, escucho el interés de ellos, como destinatarios directos "acá venimos a jugar". ellos sienten y toman legítimamente ese espacio como propio, así se manejan en el uso de los materiales, el encuadre, etc. Para los coordinadores del espacio, no es ese objetivo suficiente. no vamos solamente a jugar con ellos, ni a ofrecerles juegos. cómo hacer para conciliar ambos intereses se vuelve tarea de todos los días, motivo de discusión y búsqueda de acuerdos.si bien mediante el juego trabajamos múltiples aspectos, aspiramos a que otros factores se mediaticen en dicho espacio. Queremos que auerden, que construyan, que creen, que generen proyectos. He pensado que muchas veces cuando predominan nuestros intereses por encima de los de los destinatarios, baja el nivel de participación. sin embargo, en los eventos masivos, cuando el taller se abre a la comunidad, nuevamente se acercan muchos niños que no logran sostener la asistencia continua la taller. Considero que esta apertura a la comunidad en diversas circunstancias (juegos, muestras, encuentros, paseos, visitas) consolida la legitimidad de la práctica en el barrio. El taller es reconocido por los centros comunitarios, por las familias y por los otros chicos del barrio. quienes asisten tienen un sentido de pertenencia desarrollado. Sin embargo, en la escuela, como espacio fisico donde se desarrolla la práctica, creo que no esta consolidad esa legitimidad, debido a que no hemos podido afianzar ese espacio de dialogo y de intercambio de expectativas y objetivos con las autoridades. tal vez actualmente, si bien no hubo un gran intercambio, se nos abre la posibilidad de dar a conocer las producciones del taller en una cartelera central dentro de la escuela. la legitimidad de mi práctica es aún una pregunta retórica para mi, un proceso en construcción. He pensado que el protagonismo de los destinatarios puede ser también una costante que brinde legitimidad. Es decir si la práctica ha dejado algo instalado en los destinatarios, una necesidad, una inquietud, ua motivación qu vaya por encima de la organización que genera la practica, la práctica se vuelve legítima, es "tomada" por los destinatarios como parte de su propia vida. Entonces, aunque un taller finalice, aunque un presupuesto se agote, si la práctica es legítima la misma gente buscará, luego de la experiencia, la reconstrucción.