Tensión entre el corto y largo plazo

De Gestion colectiva de conocimientos
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Las prácticas sociales que buscan incidir sobre la realidad y transformarla, parten de diagnósticos más amplios que lo que sus prácticas pueden modificar. Este panorama actúa de telón de fondo de una práctica social y permite identificar la finalidad de una acción social en terreno.

Esta temporalidad de largo plazo (por ejemplo: erradicar la pobreza) convive con los objetivos de corto o mediano plazo. A veces esta convivencia suele mostrar más conflicto que armonía, pues los equipos de trabajo sienten que los resultados del corto plazo inciden poco o nada en esa finalidad deseada. ¿Cómo lograr que todas las acciones cotidianas emprendidas apunten a ese horizonte? ¿Cómo hacer para que las finalidades no paralicen continuamente la acción cotidiana.

Aprender a convivir con objetivos de corto y largo plazo, en el marco del desarrollo de una práctica es un desafío complejo. La mayoría de las prácticas sociales parten de diagnósticos que toman en cuenta factores estructurales (como la pobreza, la falta de educación, la baja probabilidad de inserción en el mercado laboral, la pérdida de habilidades productivas básicas para poder estar integrados en la sociedad, etc.) sobre los cuales pretenden incidir mediante un hacer concreto.

Con el paso del tiempo, los equipos de trabajo y los destinatarios de las acciones, suelen tener sentimientos pesimistas con respecto a los logros de las acciones emprendidas al observar que esas incidencias no se dan o que son muy magras como para realmente poder cambiar las condiciones de vida de las personas más vulnerables.

La necesidad de plantear "metas cortas" se vuelve un asunto central en las prácticas, no sólo para mejorar los resultados sino también para no derivar en situaciones de paralización.

Cada una de las prácticas sociales tendrá un cúmulo de saber y aprendizajes relacionados con esta temática. Los esperamos...


ES NECESARIO TENER EN CUENTA QUE UN VIAJE DE 1000 KILÓMETRO INICIA POR EL PRIMER PASO... EN OPORTUNIDADES LAS MÈTAS INSTITUCIONALES CUBREN ASPECTOS Y PROBLEMÁTICAS SOCIALES TAN COMPLICADAS (METAS A LARGO PLAZO),QUE LOGRAR CUMPLIRLAS SE VE COMO UNA UTOPÍA; PERO SI SE TIENEN EN CUENTA LAS NECESIDADES PROPIAS DE CADA USUARIO (NIÑO(A), ADOLESCENTE Y/O FAMILIA) PARA ELABORAR Y APLICAR UN PLAN DE INTEVENCIÓN (METAS A CORTO PLAZO)ES MÀS FACIL EVIDENCIAR LOS LOGROS SIGNIFICATIVOS, EN EL TRABAJO. POR LO TANTO, ES NECESARIO HACER UN BALANCE PERIÓDICO DEL CUMPLIMIENTO DE LAS METAS A CORTO PLASO PARA NO PERDER EL NORTE DEL TRABAJO Y NO DESANIMARSE, POR LO CONTRARIO IDENTIFICAR COMO EL PROCESO VA LLEVANDO PASO A PASO AL ACERCAMIENTO Y/O CUMPLIMIENTO DE LAS METAS A LAGO PLAZO..

En la practica con Niños, Niñas y Adolescentes en situaciones de alta vulnerabilidad social, lo que se observa es que se produce confrontaciones sobre el modo de abordaje ante determinada problematica. Las confrontaciones internas, quizas esten dadas por distintos factores como la situacion en la que el equipo se encuentra como ausencia de los recursos comunitarios para un abordaje integral, como asi tambien, contradicciones entre lo que la practica tiene que abordar, la cual de alguna manera no coincide con lo que se hace. Esto provoca la ausencia de un plan estrategico de abordaje que permita medir el impacto de la intervencion. Sería interesante pensar metas posibles a corto plazo, empezar por algo micro, pero empezar. Una vez, que se empieza en la medida que vaya implementandose, establecer otras metas mas amplias (mediano y largo plazo) siendo humilde en las intervenciones con respecto al impacto.

La práctica Social que se lleva a cabo en el Patronato de Presos y Liberados de Salta, pretende incidir sobre la realidad en el sentido de disminuir la reincidencia delictiva e insertar en la sociedad a las personas que recuperan su libertad ambulatoria después de haber estado privados de las mismas en cárceles. Se trata de una finalidad con marco formal establecida desde la creación de la institución, no parte de diagnósticos actuales, se legitima en los documentos de creación de la institución. A su vez, el carácter de la institución es asistencial y de control. Este es el telón de fondo de la práctica social que efectuamos e identifica a las acciones que desplegamos a diario, tanto en el imaginario social como para los ejecutores de la práctica.-

La reincidencia del delito y la inserción de las personas que recuperan su libertad ambulatoria, abarcan aspectos estructurales, cuya remoción solo sería posible con la toma de acertadas decisiones políticas. Estos aspectos estructurales son por ejemplo las altas tasas de desempleo; acceso limitado a la educación; mano de obra poco calificada para insertarse laboralmente; pobreza estructural; consecuencias psicológicas y sociales que aparejan la privación de libertad; relación drogadicción-delito, pocas posibilidades para tratamientos; en el caso de las mujeres, el imaginario social sobre la mujer que estuvo privada de libertad/mujer que delinquió, prejuicios que tiene sobre ella misma la mujer que delinquió y estuvo privada de libertad; las desigualdades económicas en la sociedad etc. Desde la institución, no se cuenta con actores con capacidad de decisiones políticas para influir sobre estos aspectos. Aún así, apuntamos hacia ese horizonte y en el imaginario de quienes componemos la institución esto direcciona nuestras acciones diarias.-

En el corto plazo, en la actualidad las acciones en la institución, se realizan a demanda de las usuarias, no se cuenta con planes de contención que puedan sostener a la mujer que recupera su libertad ambulatoria, parecieran realizarse acciones aisladas a modo de solo “cubrir algunos baches”. El carácter asistencial de la institución, se enmarcan en el voluntarismo e informalidad con la que escasamente se logra asistir las necesidades materiales de las mujeres recurriendo a otras instituciones del medio. No existe marco para la cooperación o articulación con éstas instituciones que garanticen una eficiente y eficaz asistencia.- La realidad institucional y la baja incidencia que las acciones que ejecutamos tienen en la vida concreta de las destinatarias de la práctica, evidencian sentimientos de desconfianza de las usuarias quienes perciben los limitantes institucionales como incapacidad de la organización y sus miembros, de producir cambios. Esta situación resiente, junto con la ineludible tarea de control social que debemos ejercer, la construcción de un vínculo con las usuarias que posibilitaría ser parte de su proceso de inserción en la sociedad, de constituirnos en sus aliados, acompañando la trayectoria de vida, en el espacio-tiempo en que son destinatarias de nuestra práctica. Por parte del Trabajador Social, surgen sentimientos tales como la resignación “hacer lo que se puede”. Pesimismos ya que las acciones, teniendo en cuenta el objetivo a largo plazo, no logran mejorar las condiciones de vida concretas de las destinatarias en el sentido que pueda establecer una vida sin tener al delito como alternativa.- Cuando las acciones son percibidas como aisladas, por parte de las destinatarias como de los ejecutores de la práctica, requieren ser significadas en una instancia en la que podamos detenernos a observarlas y analizar en que medida inciden hacia el horizonte propuesto.- Los objetivos tanto a largo como a corto plazo, deberían estar atravesados por una mirada particular que abarque la situación particular de las mujeres en la sociedad.- La temporalidad de los distintos niveles de objetivos, se entremezclan constantemente en nuestras acciones direccionando las mismas pero es importante conocer el alcance real de nuestras acciones y para eso, hay que tener en claro la temporalidad de los objetivos y reconocer la capacidad que la institución tiene de incidir en ellos.- La tensión entre el largo y el corto plazo en la práctica, hace surgir como necesidad, el establecimiento de metas de corto plazo, ésta puede ser, partiendo de la situación de cada destinataria de la práctica de forma particular, desplegar un plan de intervención para cada caso que según su trayectoria vital que pueda sostenerla en la etapa en la que se constituya como destinataria de ésta práctica, de manera tal que no vuelva a la situación de encierro. Así también, se hace necesaria la instancia de evaluación de éstos planes de intervención, la cual a su vez favorecerá el intercambio de experiencias del equipo de trabajo. Resignificar nuestro hacer diario que además de ser concreto, es conciente, coherente y con propósito.- El establecimiento de metas cortas, en éste caso, a través de un plan de intervención para cada destinataria de la práctica, nos permitiría establecernos en el espacio y temporalidad determinados, el cual será plausible de ser medido y evaluado periódicamente junto a ellas mismas.-


En la practica social con mujeres privadas de libertad, surge que los objetivos propuestos son mas dificiles de concretarse. En un Complejo en donde tambien hay hombres en otros modulos, hace que el profesional tenga que cubrir otros lugares en donde no hay. Los objetivos a corto plazo, sería lo mas conveniente para abordar la practica y que esta no se constituya solo en intervenciones.

Al definir el diagnóstico desde el cual se piensan los problemas y sus prácticas, es fundamental identificar aquellas causas de índole estructural. Entiendo que el diagnóstico debe ser revisado y enriquecido a lo largo de la práctica, dado que muchas veces nuestra misma mirada se vuelve más aguda o se centra en diferentes aspectos a medida que avanza la práctica y se realizan sucesivas evaluaciones. Las metas a largo plazo marcan un camino, pero los objetivos a corto plazo ubican puntos que avivan el fuego. En mi práctica, hemos definido como problema el lugar de desprotección en el que viven los niños en un contexto de pobreza estructural.La práctica consiste en un taller de participación, que tiene por objetivo que los niños se diviertan, y que generen nuevas propuestas recreativas para otros niños del barrio. Soy consciente de que la realidad cotidiana de los niños no se modifica a partir de su asistencia al taller. Creo sin duda que se ha modificado más la mía, a partir de compartir escenas de su realidad. Los problemas estructurales exigen intervenciones en un contexto político más amplio. En nuestro taller hemos apurado el camino para que los niños puedan enfrentarse a los resultados de sus acciones, para que puedan mostrar lo que han creado, pensar qué salió bien, qué no les gustó y tener nuevas propuestas. Estas pequeñas metas alcanzadas, apuntan a que tengan experiencias que sean fecundas en su futuro. Los objetivos a corto plazo tienen que guardar coherencia con la finalidad de la práctica y las metas a largo plazo. Pero creo que es fundamental reconocer las cuestiones estructurales, que requieren soluciones estructurales, y pensar con responsabilidad intervenciones al respecto. Siendo conscientes que para lograr esto no basta con una práctica o muchas, aisladas. Con el paso del tiempo, varias frustraciones y el desaliento de los problemas que perduran, el crecimiento de los chicos en contextos de alto riesgo y la gravedad de sus problemática; afirmo y tomo conciencia de que realmente su vida diaria no se modifica por asistira a un taller de frecuencia semanal durante uno o dos años. Pero cuando veo cómo los mismos niños que inicialmente obturaban el juego con peleas y caprichos, ahora se organizan, reparten tareas e incluso aportan su moneda para la compra de los materiales, reconozco ahí algunos objetivos cumplidos. El objetivo de nuestra práctica no es resolver problemas estructurales, dado que en ese caso iría directo al fracaso. Pero sí, con las metas a corto plazo alanzadas, creo que se ha sembrado en estos niños una experiencia que tal vez modificará sus decisiones futuras. O por lo menos así resultó ser conmigo misma cuando algunos encuentros fueron dejando semillas que a lo largo de los años buscaron definir ciertos rumbos.

La práctica de formación profesional en jóvenes con necesidades educativas especiales, se sitúa en el marco de una integración escolar, dado que la población de jóvenes que concurren al servicio agregado de formación laboral de la escuela especial, requiere de otra respuesta de capacitación que dicho servicio no lo puede brindar. Los objetivos del proyecto de integración buscan lograr una formación laboral o el dominio básico de un oficio (carpintería y herrería) y favorecer la integración en ámbitos educativos convencionales, En el transcurso de la sistematización, de su reconstrucción y análisis, se empezó a contemplar la inserción laboral de los jóvenes, que trascurrieran un determinado tiempo en la práctica, y la incorporación de nuevos actores institucionales vinculados al ámbito laboral. Estos últimos aspectos, que no fueron ponderados suficientemente, se transformaron en objetivos a largo plazo y en un factor muy importante, que termina poniendo en tensión al resto de los objetivos del proyecto. Asi mísmo, la convivencia de prácticas asistenciales y aquellas que buscan la autonomía de los protagonistas, van marcando otro punto de tensión que abarca a los objetivos planteados. Dichos aspectos conflictivo mostraron una práctica pensada desde la idea de “la formación por la formación en sí misma”.

Coincido plenamente con lo mencionado en la primera contribución. Es cuestión de dar el primer paso en cualquier empresa. También coincido con el artículo cuando se proponen objetivos de corto plazo cuando la práctica social abarca estos temas urticantes como la pobreza y, en mi caso, se asocia el retardo mental en niños y sus familias. Sin embargo, muchas de las acciones que se ubican en la paradoja n° 2 dejarían de ser paradojales si hubiera, desde el Estado, políticas acordes con los tiempos que corren. Que el Estado provea lo que tiene que proveer, no significa que facilite la cultura del facilismo. Creo que ésto promovería una mejor convivencia entre los objetivos de corto y, por lo menos, de mediano plazo.

Las conceptualizaciones desarrolladas referidas a la tensión entre el corto y largo plazo en las prácticas sociales, identifican aspectos comunes, situaciones similares que llegan a conformar ciertas regularidades referidas a evaluar la temporalidad de los objetivos, a interpretar los factores estructurales y la impronta institucional. En cuanto a reconocer los factores estructurales, se visualiza la complejidad de los mismos, la tensión que se genera con los objetivos de corto plazo como consecuencia de un análisis poco acabado, poco profundo de poder llegar a identificar las causas de índole estructural; Así mismo se coincide en que dichos aspectos exigen intervenciones de resolución en un contexto político mas amplio. Vinculado a lo estructura institucional, en algunos casos la práctica reproduce los objetivos institucionales y las tensiones existente entre ellos, denotando cierta deficiencia y anacronismo en la solución de los problemas que pretende resolver; se busca atenuar dicha tensión en la interacción en red con otras instituciones caracterizadas por lo asistencial, el voluntarismo y la informalidad, lo que termina condicionando dichas prácticas y a sus protagonistas. Esta tensión, esta conflictividad entre intereses y objetivos, plantea nuevas posibilidades y la necesidad de conocer el alcance real de las acciones (que generalmente son percibidas de manera aislada) teniendo en cuenta la temporalidad de los objetivos y la capacidad institucional, de balances periódicos, priorizando los objetivos de corto plazo.