Metodologías innovadoras
El texto que se expone a continuación surge del trabajo de síntesis realizado por el Equipo Central de Reprasis, a partir de las contribuciones de los sistematizadores, desde mediados del 2007, hasta finales de abril de 2010. Dicha síntesis es el resultado de los cientos de aportes de los sistematizadores, cuya tarea se realiza en la Fase IV, “Conceptualización”, aportando su reflexión sobre los aspectos más sobresalientes de su práctica. ¿Cómo llegan los sistematizadores al espacio de gestión colectiva de conocimientos? Cada uno lo hace a partir de las paradojas que identificó en su práctica en la Fase III, “Interpretación”. Sin embargo, los sistematizadores libremente pueden trabajar (y así lo han hecho) en los diferentes temas de discusión propuestos en el espacio de gestión colectiva de conocimientos, incluso proponiendo nuevas conceptualizaciones. El sentido de un espacio colectivo de generación de conocimientos radica en la capacidad de generar procesos de síntesis, y de ir identificando los aspectos que surgen con regularidad. Esto genera, con el paso del tiempo, un consolidado de temas y abordajes de los mismos, al que podemos acceder sólo en la medida que –respetando el espíritu y sentido literal de las expresiones vertidas en el espacio común por los sistematizadores- logremos identificar las principales regularidades y podamos dar cuenta de ellas de manera concisa, precisa y comunicable. Con este sentido, esta tarea fue y será realizada por el Equipo Central de Reprasis, de manera periódica. Cada uno de los aportes particulares están presentes en los conceptos generales que a continuación se presentan: éstos surgen de los primeros, y no de elaboraciones propias del Equipo Central de Reprasis. Los sistematizadores podrán acceder al proceso previo de generación de la presente síntesis, accediendo a la opción “Historial”: este espacio es la memoria de todos los aportes y modificaciones realizadas desde la creación del espacio colectivo de conocimientos. De tal manera, que esta síntesis no elimina los aportes particulares de cada uno de los sistematizadores, sino que están doblemente incluidos: en el “Historial”, en su versión textual; y en el actual síntesis elaborada por Reprasis.
INTRODUCCIÓN
La consolidación de las metodologías de acción en el marco de una práctica suelen ser vistas como una gran fortaleza por parte de los equipos de trabajo. Consiste en “saber hacer algo” y saber hacerlo bien. Sin embargo, esas fórmulas de acción ya consolidadas pueden volverse un obstáculo ante contextos cambiantes, ante el crecimiento de las organizaciones y/o la emergencia de problemas sociales que requieren nuevas soluciones.
Muchas veces, en el campo de la intervención social observamos cómo modalidades de trabajo que habían dado buenos resultados en el pasado comienzan a presentar problemas. Entonces, en paralelo con la necesidad de consolidar las metodologías utilizadas, surge una inquietud por poder pensar e imaginar formas alternativas para hacerlo.
La posibilidad de imaginar caminos alternativos –otro modo de hacer las cosas- se ha vuelto un tema relevante para el trabajo con grupos que van cambiando junto con el contexto.
Surgen las siguientes cuestiones ¿hemos sido capaces de identificar este problema? ¿Qué tan abiertos estamos a poder imaginar caminos alternativos para lograr los objetivos de nuestras prácticas? ¿Cómo hacer para que este nuevo camino de invención metodológica no se transforme en un continuo cambiar y cambiar las modalidades de trabajo? ¿Con qué recursos contamos para ir pensando estos cambios en las metodologías utilizadas? ¿Qué tanto nos sirven las evaluaciones de la práctica para reorientar nuestros caminos metodológicos? ¿Qué tanto escuchamos las voces de los destinatarios a la hora de pensar estos cambios?
Cada práctica social tendrá experiencias diferentes con esta temática, la idea es poder compartir aquí estos saberes relacionados con la posibilidad de pensar caminos alternativos y otros modos de hacer las cosas.
Contenido
- 1 El desafío de la innovación en instituciones fuertemente estructuradas
- 2 Manejar la innovación con cautela
- 3 Adaptación activa a la realidad
- 4 Contextos cambiantes
- 5 No siempre lo tradicional es lo mejor: innovación en el marco de la realización de los objetivos planteados
- 6 Innovar y tener claridad en los objetivos de práctica
- 7 Percepción de los destinatarios
- 8 Compartir experiencias para tener más herramientas de trabajo
- 9 Articulación de actores y el dinamismo en la construcción de prácticas
- 10 La centralidad de la auto evaluación
- 11 La práctica muchas veces no tiene que ver con la planificación establecida
- 12 Tiempos de las organizaciones
- 13 La coherencia entre discurso y acción
- 14 Para pensar-nos
El desafío de la innovación en instituciones fuertemente estructuradas
En las instituciones fuertemente estructuradas, la metodología utilizada adopta este mismo carácter. En éste ámbito las innovaciones metodológicas se convierten en desafíos difíciles de alcanzar. Entre los principales obstáculos que se enfrentan, se encuentran metodologías arraigadas que ofrecen seguridad para el logro de los objetivos, ya que están formalmente establecidas en el marco legal que crea la institución y su función social. Los caminos alternativos quedan fuera de éste marco y librados a la iniciativa de los equipos de trabajo que, en función de una economía de tiempo y de esfuerzos y ante los condicionantes institucionales, en general no se lo proponen y tienden a repetir el establecido.
Aún así, la exploración y desarrollo de espacios que surge entre los condicionantes estructurales de la institución, puede constituir el inicio de alternativas de innovación. Se vuelve de fundamental importancia generar una instancia de evaluación para desarrollar metodologías alternativas, ya que así se puede hacer una revisión de los alcances de la metodología actual en el logro de los objetivos y redireccionar los caminos a partir de este análisis. En la práctica de dichas instituciones uno de los principales obstáculos en la innovación metodológica es el poder. Las relaciones de poder entre los miembros de la institución y los destinatarios condiciona aplicaciones innovadoras.
Por ejemplo: pudiese incorporarse un mayor trabajo en terreno por parte de la dupla psicosocial,y no destinarse esta labor solo al asistente social, puesto que es de vital importancia que ambos profesionales conozcan y se interioricen en la realidad que el usuario vivencia, lo que permite una intervención más completa y con mayores elementos de conocimiento. Además, es vital incorporar modelos alternativos de intervención para ambos, considerando los cambios sociales que día a día se suscitan, lo que genera nuevas miradas y modos de intervenir.
Manejar la innovación con cautela
La innovación tiene que ser manejada con cautela. No se trata de modas ni de mostrar que innovamos permanentemente. Todo cambio metodológico tiene que estar perfectamente enrocado con la evaluación de lo que "antes" se hacía, así como considerar si lo nuevo va a aportar sensiblemente al objetivo. Muchas organizaciones se han topado con la posibilidad de implementar metodologías nuevas, simplemente por su novedad, pero sin evaluar su pertinencia en relación a los objetivos que toca perseguir. Innovar por innovar no es el camino a seguir. Tampoco es útil descartar rápidamente metodologías de trabajo, ya que es necesario comprobar si son o no eficaces en ciertos contextos y espacios. Hay que considerar que los procesos de validación toman tiempo.
Es necesario enmarcar la innovación dentro de un proceso de mejora continua, donde a través de la práctica se van evaluando constantemente las metodologías y resultados y se re-elaboran nuevos procesos recursivos, constantemente. Además para innovar también hay que coordinarse con las otras instancias con que nuestra práctica se relaciona, a fin de poder avanzar conjuntamente y establecer estándares de intervención acordes a cada instancia. De igual modo es importante reforzar y motivar constantemente al equipo ejecutor, su habilidad y creatividad, para enfrentarse a lo adverso, sobreponerse a la frustración e idear nuevas estrategias.
Adaptación activa a la realidad
Este es un concepto tomado de la Psicología Social, disciplina que intenta comprender la conducta del hombre situado e histórico. Situado en la medida en que vive en un contexto particular, con relaciones determinadas y en un lugar geográfico. Histórico en tanto se vincula con las condiciones concretas de existencia que le tocó vivir. Estudia al hombre en situación.
Podemos trasladar este concepto a los grupos con los que trabajamos. Tenemos dos alternativas: por un lado, adaptarnos a la realidad pasivamente sin intentar modificarla o, por el contrario, podemos ver qué intersticios nos ofrece ésta para introducir cambios que nos signifiquen posibilidades de crecimiento y desarrollo. De esta manera, estaríamos frente a una "adaptación activa a la realidad."
Buscamos trabajar con la realidad intentano comprenderla y aceptarla mdificando situaciones en favor del bien de los destinatarios. Hay realidades que socioculturalemente no se pueden modificar, porque están instaladas en cada familia o dentro de la sociedad,pero tratamos de que los destinatarios acepten la realidad y puedan ver que hay otras opciones en la vida. Asimismo que cada uno pueda acceder a lo que se proponga incentivándolos a la acción, a desenvolverse solos, a conocer sus derechos para que nadie los pase por encima y a respetar los derechos de los otros para así lograr insertarse en la sociedad.
Adaptarse a situaciones inesperadas
Una situación inesperada puede convertirse en una oportunidad en la medida que podamos desestructurarnos y reestructurarnos. En la gestión de las prácticas muchas veces la realidad presenta –a los miembros del equipo de la organización y/o a los destinatarios- situaciones nuevas que generan escenarios críticos. Frente a éstos, la respuesta puede ser la paralización o bien la búsqueda de miradas transformadoras.
Es indispensable entender que el ser humano es un ser en potencia y en cambio constante, cuya realidad también se va modificando de manera constante, por lo que el profesional debe ser capaz de entender y adaptarse a esa realidad, con la finalidad de que desde el sentir y desde la cosmovisón del mundo que tiene el usuario, se puedan extraer los elementos que permitan una intervención de calidad y los cambios necesarios.
En este tipo de prácticas sociales siempre tenemos que estar preparados para lo inesperado. Todo el tiempo ocurren cosas que te corren del eje de planificación. Al trabajar con niños todo resulta inesperado, ya sea por una situación ocurrente del niño o por algún tema surgido en el momento. Lo mismo ocurre con el equipo de trabajo, siempre hay que enfrentarse a alguna situación modificadora ya sea porque no se tien el material de trabajo y hay que recurrir hasta lo que no hay, o porque viene una familia con una problemática muy fuerte que hay que resolver de manera inmediata.
Contextos cambiantes
Las metodologías innovadoras en contextos “cambiantes”
Es bastante frecuente que las prácticas sociales se mantengan de una manera sólida, abroqueladas en un tiempo socio histórico pasado y que no perciban que se está frente a contextos cambiantes. En este horizonte, muchas veces las metodologías innovadoras se consideran amenazantes y competitivas. Es por este motivo que, en determinadas circunstancias, redireccionar lo establecido requiere mantener una postura física y mental que evite el desgaste emocional de los profesionales.
En pos de generar nuevas metodologías de intervención, es indispensable realizar de manera continua un análisis de la realidad en la cual se está interviniendo. Es necesario conocer qué cosas les suceden y preocupan a los destinatarios de las prácticas, los condicionantes, como así también conocer sus intereses e inquietudes.
Por lo anterior, se hace necesario continuar contando con espacios periódicos de reuniones de equipo y cuidados de equipo, que permitan el desarrollar espacios de reflexión y de expresión de sentimientos y así poder analizar el sentir del profesional y contribuir a evitar su desgaste personal y laboral.
Se trabaja con “orientadores” no con “moldes”: las metodologías pueden ir cambiando de acuerdo al contexto
Las metodologías pueden ir cambiando en cada contexto -es más, deberían ser únicas y particulares- puesto que no existen fórmulas de trabajo. No se trabaja con "moldes", más bien con "orientadores" que, de alguna manera, le ahorran esfuerzos a la práctica. La forma o fórmula de trabajo la establece el equipo según los destinatarios de la práctica y se valida en el transcurso de la misma.
La metodología debe ser sensible al cambio en pos de generar mejoras. Un trabajo creativo, dinámico y apasionado es fundamental en el campo de la intervención social.
Claro que hay que considerar que la legitimidad de las prácticas se asienta en la legitimidad del reconocimiento de necesidades, intereses, miradas, capacidades y posibilidades de todos los involucrados en el proceso colectivo.
La demanda de actualización frente a escenarios cambiantes
A veces, en el camino, la necesidad de ir cambiando y modificando nuestra manera de trabajar se vuelve un problema porque hay que actualizarse constantemente. Se vuelve fundamental la formación y la búsqueda de ayuda. Esta situación demanda tiempo, energía y recursos (económicos, materiales, etc.) que no siempre están a disposición.
Nos encontramos en un mundo en constante cambio y transformación por lo cual la realidad nos exige revisar constantemente nuestras acciones y valorar si están siendo efectivas o si necesitamos cambiarlas o adecuarlas. Implica también cambios o flexibilización de nuestros paradigmas, respecto a nuestra particular visión de las cosas y acontecimientos. La revisión se debe dar en forma periódica y constante, no sólo al final. Lo que nos demanda una disposición al cambio y una mente abierta a incursionar en nuevos aspectos, al ensayo, a la equivocación y a aprender de lo que se hace sin miedo al error. Intercambiar experiencias y atreverse, si se quieren resultados diferentes, a realizar nuevas acciones.
En cuento a la innovación, vemos necesario estar abiertos al cambio, porque trabajamos con personas y situaciones complejas que se modifican constantemente. Lo único permenente es el cambio.
Experiencias. Flexibilidad en el trabajo con adolescentes
Se necesita estar despiertos, tener ritmo y distintas propuestas para poder cambiar si vemos que lo que traemos no es lo apropiado para lo que está sucediendo en y entre ellos. Llevar adelante prácticas con pre y adolescentes exige un gran nivel de flexibilidad. Es fundamental no creer que lo que sirve hoy a algunos es lo mismo que va a servir mañana al mismo o a otro grupo. Esto no significa que la metodología elegida no sirva, sino que no es la indicada para ese momento o para ese grupo. Otra cosa importante a tener en cuenta es que con el transcurso del tiempo cada grupo comienza a tener una dinámica propia, tiempos, lenguajes, ritos, códigos y valores. Esto hace más fácil proponer una metodología determinada y caminar con ella como base. Es decir como un marco de referencia que ayuda a comunicar y organizarse.
Nos ha ayuda mucho siempre desarrollar los temas acompañados de una técnica y desde allí partir de la realidad de cada joven o grupo y tomar el proceso de reflexión y nuevos conocimientos desde su propia participación. Lo lúdico, lo cooperativo, lo recreativo nos despierta, nos anima y nos ayuda a la participación y reflexión, pero es importante que también nos ayude a plantearnos transformaciones.
No siempre lo tradicional es lo mejor: innovación en el marco de la realización de los objetivos planteados
Es necesario ser innovadores y creativos, ya que no siempre lo tradicional es lo mejor. Es importante capacitarse e intercambiar ideas y conocimientos, en la medida en que muchas veces esto es lo que posibilita variar y crear motivación en los destinatarios.
Carlos Matus dice que una buena práctica social se relaciona con la capacidad que poseen los actores de ir modificando la metodología según los emergentes que se suceden. No resulta tarea sencilla y requiere de gran capacidad y esfuerzo tener la capacidad de utilizar metodologías distintas a las "tradicionales" -con las que además se obtienen buenos y esperados resultados- que inviten a la participación de todos los actores (equipo coordinador y destinatarios) y que no se contrapongan con los intereses, "usos y costumbres" de las instituciones.
Innovar y tener claridad en los objetivos de práctica
Se requiere ser creativos e innovadores, así como poder reanudar y aprehender del camino transitado anteriormente -buscando una alternativa nueva para obtener resultados diferentes- sin perder de vista cuáles son los objetivos planteados para la práctica. Pues no tendría sentido ser extremadamente innovador en la aplicación de metodologías, mientras el resultado que se obtiene no tiene nada que ver con los objetivos planteados.
Es primordial en un trabajo de intervención social tener claridad en los conceptos que se manejan dentro de la misma. Todo el equipo debe tener perfectamente definido qué es lo que se quiere hacer, esto lleva consigo un trabajo previo, el cual comprende intercambio de ideas, relato de experiencias positivas y negativas y puntos a los qué se quiere llegar.
No corramos detrás de las innovaciones
En el caso de contextos de trabajo cambiantes nos suele suceder el desarrollo de nuevas estrategias para acomodarnos y acompañar las situaciones de estas características. Una consideración sería tener innovaciones y dejar un tiempo para que se instalen y luego evaluarlas antes de modificarlas o darlas de baja.
No solamente se trata de ser ingeniosos e innovadores sino también recurrir a aquelas experiencias que fueron positivas y que tal vez nos sirvan en momentos determinados. Porque también muchas veces la dinámica de este tipo de trabajo depende de los destinatarios de la práctica.
Percepción de los destinatarios
Indagar en la percepción de los destinatarios para establecer nuevas metodologías y aplicaciones en la práctica
En una sociedad cambiante la innovación es un requisito necesario para lograr los objetivos de la práctica. Esta innovación puede generar, reconstruir y/o complementar metodologías y objetivos de intervención que tengan en cuenta las necesidades de la población. Es necesario indagar sobre el proceso en ejecución para que las nuevas metodologías y reconstrucciones apunten a cubrir necesidades sociales. Esto se debe hacer teniendo en cuenta dos actividades: 1) evaluar qué resultados tiene la implementación de la práctica (ver si está cumpliendo el objetivo estipulado) 2) realizar encuestas de satisfacción que permitan considerar la percepción de los usuarios en relación a las metodologías, las temáticas y los profesionales de la institución. El análisis de los resultados de la evaluación y las pruebas de satisfacción pueden arrojar resultados bases para la innovación de la práctica.
Se deben establecer metodologías pensadas en las necesidades y requerimientos de los usuarios, considerándolos siempre a través de medios que permitan su evaluación y percepción,lo cual conlleva al enriquecimiento de la intervención que se realiza y mejora los resultados de ésta.
La innovación se genera a través de la experiencia y las opiniones de los destinatarios
En las prácticas sociales, la búsqueda e implementación de nuevas e innovadoras metodologías, es un reto y una necesidad. Muchas de las técnicas y métodos usados son producto de la experiencia y del ensayo. Esto se acompaña por una constante revisión y evaluación por parte de los destinatarios, ya que sus opiniones, propuestas y observaciones tienen un papel relevante en la elección de los caminos a seguir y de los métodos o técnicas a implementar. En otras palabras, lo importante es escuchar a la gente con la que se trabaja, registrar los cambios que se van produciendo y, desde lo ya hecho, pensar cómo se sigue. De lo contrario, hacer oídos sordos es dejar que las prácticas se desgasten y mueran.
A veces los resultados no son los esperados y, cuando esto sucede, se requiere mayor trabajo y esfuerzo en la reorganización de las acciones para el logro de las metas. En el análisis de estas dificultades se deben considerar los escasos recursos con los que, muchas veces, cuentan las organizaciones y que limitan la creatividad y la puesta en acción de algunos métodos y técnicas. Así mismo, se hace necesario considerar las expectativas puestas en juego, que deben movilizar la búsqueda de crecimiento concreto pero sin que sean "demasiado" elevadas como para generar permanentemente desgaste y frustración.
Es importante cuestionar, junto a los destinatarios, no sólo el qué sino también el cómo se desarrolla una práctica. Es decir, acercarnos conjuntamente hacia los objetivos a perseguir y delinear la metodología a emplear para conseguirlos. De esta forma se comparte la responsabilidad y se desarrolla compromiso de todos los actores involucrados en una intervención. Construir con otros tiene que ser una experiencia no sólo útil sino gratificante.
Cuestionarse acerca de las modalidades de intervención
A veces surge un interrogante ¿cómo debemos intervenir? Si bien es cierto que se trabaja con seres humanos, hay que tener en cuenta que es un trabajo y no nos compete involucrarnos de manera personal con cada uno de los destinatarios. No se requiere buscar soluciones de cada una de las mínimas dificultades de los destinatarios, ya que esto anularía por completo la capacidad de análisis y la creatividad de soluciones de la práctica. La intervención tiene que ser facilitadora de procesos, tanto personales como grupales. Cada destinatario o grupo debe desarrollarse de acuerdo a sus propias potencialidades y motivaciones en la consecusión de objetivos personales y grupales. Es oportuno, quizas definir el concepto de intervención, porque claro, cuando se la entiende como participación y no invasión o intromisión, toma una connotación distinta, más cercana a una interacción donde aprenden todos los involucrados en ella. Una interacción donde nadie se siente invadido y por el contrario cada uno descubre su potencial y su libertad para tomar decisiones.
Hay intervenciones desafortunadas, donde hay intervenidos, anulados en su potencial personal y social. Es la intervención del tipo autoritario, dictatorial y controlador.
Es indispensable y vital considerar el autoanálisis sobre el trabajo que día a día realizamos, incorporando la mirada de otros profesionales sobre nuestro quehacer, puesto que debemos constituirnos en elementos que contribuyan al mejoramiento familiar y no entorpecer su crecimiento o desarrollo.
Compartir experiencias para tener más herramientas de trabajo
Es importante también compartir experiencias con personas u organizaciones que realizan prácticas similares para tener mas herramientas de trabajo.
Es fundamental aprender a coordinar fuerzas, saberes y experiencias de otras organizaciones que realizan trabajos similares y saber aprovechar dichos recursos al alcance de nuestras manos para mejorar y encontrar nuevas perspectivas a lo que hacemos.
Nos queda el permanente desafío de ir registrando constantemente lo que vamos aprendiendo en la práctica para poder compartirlo con otros y regalar la novedad que cada uno aporta del propio caminar.
Igualmente, el obstáculo que se presenta en este punto es que muchas veces "los demás" pueden pedir recetas acerca de cómo trabajar comunitariamente o cómo trabajar ciertas problemáticas. Recetas que, en última instancia no existen, y que, en todo caso, cada vez hay que volver a construir. Deberíamos tener claro que no siempre se trata de transplantar lisa y llanamente lo que otros hacen sino realizar adaptaciones que contemplen las particularidades de cada caso.
El intercambio de opinión y quehacer profesional ya sea con colegas del mismo centro o de otros proyectos, es fundamental para el crecimiento y desarrollo profesional, puesto que nos brinda la adquisición de nuevas prácticas, conocimientos, aportes y miradas,siendo provechoso a nivel personal y para el destinatario y/o familia con que trabajamos.
Articulación de actores y el dinamismo en la construcción de prácticas
Todos estos actores actúan por sí mismos y en forma articulada. El accionar de cada uno repercute en los demás. Si alguno de ellos se modifica, también se requieren nuevas formas de intervención que favorezcan el cumplimiento de los objetivos.
La articulación genera situaciones nuevas que requieren nuevas metodologías para alcanzar respuestas requeridas. La realidad es dinámica y es por esto que muchas veces requiere imaginar caminos alternativos que suponen nuevas estrategias y metodologías.
Siempre es bueno compartir experiencias y relacinarlas. Todo es importante y todo sirve a la hora de trabajar con los chicos.
La centralidad de la auto evaluación
Es importante que el equipo profesional se autoevalúe durante todo el proceso, ya que la práctica con el tiempo puede tornarse rutinaria y es importante actualizarse, auto criticarse y, por qué no, aceptar las observaciones de los destinatarios acerca del desenvolvimiento en la práctica. Reflexionar acerca de las fortalezas y debilidades, considerando propuestas para mejorar al respecto. No hay que olvidar que el hecho de compartir con los destinatarios implica un aprendizaje para todos.
Se requiere auto evaluación constante, mirar otras experiencias, aprender nuevas técnicas y metodologías, rompiendo así el paradigma de "nosotros lo sabemos todo". Implica obviamente mucho esfuerzo y capacidad; lo que conduce a una permanente renovación al interior de las experticias de quienes conducen prácticas sociales.
La evaluación permanente de la práctica realizada intra equipo y con los destinatarios, permite visualizar si las metodologías empleadas son las más eficaces.
Además de la evaluación periódica y la escucha atenta a los destinatarios, es importante avanzar en la sistematización de las experiencias. Este es un camino que permite la construcción colectiva de conocimientos y de metodologías innovadoras para una mejor implementación de la práctica.
La importancia de la sistematización de lo que hacemos, nos muestra los aprendizajes colectivos, y este ejercicio nos da una visión de como ha funcionado la metodología empleada.
La práctica muchas veces no tiene que ver con la planificación establecida
Muchas veces la pregunta sobre la metodología utilizada queda como interrogante, ya que el esquema de trabajo tiene que ver más con lo espontáneo, con el encuentro personal, con cuestiones afectivas y lúdicas, que con planificación y evaluación de acciones. Si bien se llevan a cabo esfuerzos por escribir proyectos, los mismos muchas veces aparecen sólo como requisitos de las organizaciones, se guardan y quedan lejos de la práctica cotidiana.
Las actividades generales de la práctica se pueden planificar, pero no así el desenvolvimiento de la misma. Aquí radica la riqueza del trabajo con personas, pues la realidad no es rutinaria. Esto nos debería llevar a pensar ¿es el personal el que desarrolla la práctica de manera rutinaria? Cada día de taller, de reunión o de coordinación debería abordarse de diferente manera y encaminarse (tratando al menos) de no dejar de lado el aporte y contribución espontánea de los destinatarios. Lo que no implica ser "espontaneístas" y perder de vista hacia dónde queremos ir con nuestra práctica.
Al intervenir con personas las instancias de intervención deben estar preparadas para modificar constantemente la práctica, por cuanto coexisten paralelamente a la temática específica por la cual el usuario asiste al centro, otras conflictivas asociadas que emergen y se superpone en el transcurso de la interacción. Además siempre hay que considerar temáticas transversales de género, etnia,interculturalidad,entre otras, que visibilizan el necesario respeto por la individualidad del otro y por el real interés de comprenderlo y apoyarlo en el proceso de cambio.Las personas no pueden ser estandarizadas en moldes o modelos rígidos de intervención, si bien presentan indicadores comunes, son más las particularidades que requieren de moldeamiento de los patrones establecidos. ====Lo planificado VS lo cotidiano, las situaciones inesperadas. sin dudas que siempre se realiza una debida planificación de como se desarrollaran las actividades,, pero no siempre tenemos en cuenta los factores como los imprevistos, lo inesperado, las dificultades que trae cada día. debemos estar preparados para cuando lleguen estas situaciones y siempre tenerlas en cuenta, dejar un lugar dentro de las planificaciones para ellas. Como experiencia podemos contar que realizamos una detallada planificación de actividades para casi todo un año de practicas, y solo se pudo realizar la primera actividad, el resto debimos modificar, consultar con los destinatarios, involucrarlos en fijar objetivos y en escucharlos para saber que era lo que ellos querían realizar, y fue así donde se realizo otra planificación pero esta vez no tan estructurada y mas abierta a lo cotidiano, a lo que pueda ocurrir cada día, mas realista. (practica: participación comunitaria)
Tiempos de las organizaciones
Se tiene que considerar la relación entre la cantidad de tiempo que se necesita para llevar a cabo un proyecto, la cantidad de personas y recursos disponibles. En este sentido, las organizaciones disponen de una cantidad limitada de personas y de recursos disponibles (simbólicos, materiales y financieros) sobre los cuales las organizaciones tienen que planificar y llevar adelante las actividades del proyecto.
El problema del tiempo en la organización
Los tiempos que se manejan en la organización entran en conflicto con el desarrollo de las prácticas, en la medida en que se deben considerar cuestiones como el autofinanciamiento y/o el voluntarismo. Las soluciones tienen que ver con el establecimiento de relaciones coherentes entre la financiación concreta y el tiempo en el que se desarrolla la actividad. A veces hay que reconocer "lo posible" ante "lo ideal".
Problemas entre el tiempo de la gestión, los recursos y participantes del proyecto
Pueden surgir problemas con el tiempo que se destina a la gestión de la práctica, la cantidad de recursos y participantes del proyecto, ya que en ciertas organizaciones las personas y los recursos no son exclusivos de cada proyecto sino que son parte de los recursos disponibles con los que cuenta una organización. Esto trae diversas consecuencias: superposición de actividades y proyectos en cuanto a las personas que participan en ellos, escasez de recursos para llevarlos a cabo, falta de tiempo disponible para cada actividad, etc.
La coherencia entre discurso y acción
El discurso tiene que estar emparejado con la acción, ya que las incongruencias pueden impactar en la sostenibilidad de la propia organización. Hacer lo que se declara es ser consistente en el accionar, esto es válido tanto para la organización como para las personas que se desempeñan en ella. Una persona es creible en cuanto no sólo mantiene un discurso sino que actúa en consecuencia. Esta consistencia también legitima la autoridad en el quehacer laboral o familiar. Cuando los miembros de una organización actúan de acuerdo a los principios que la sustentan hacen coherente la acción con el discurso. Lo contrario genera dudas, incertidumbre, recelo, resta autoridad.
- MONITOREO DE PROCESOS - En cada grupo humano en proceso debe realizarse un seguimiento - monitoreo del índice de equilibrio dinámico donde se experimente el placer de LOGRAR OBJETIVOS y donde la experiencia de fracaso se torne en el LOGRO de objetivos se oriente a conquistas sociales igualmente placenteras.
Para pensar-nos
El contar con instancias de encuentro con personas externas a nuestra práctica posibilitó el contar con reflejos. Al momento de escuchar los reflejos no podemos contestarlos ni excusarnos, sino valorar la voz que nos devuelve el espejo, quien nos mira.
La mirada del otro, siempre posicionada en un determinado lugar, resuena en lo que hacemos para aportar y tensionar hacia nuestro horizonte.
Esta palabra de un otro permitió mirar-nos y a partir de allí incentivar el cuestionamiento que desoculta lo asumido como "natural" y habitual. El despertar la pregunta nos está llevando a ver y analizar el qué y el por qué enseñamos en cada propuesta. E inmersos en este proceso es desde donde podemos soñar estrategias alternativas y nuevos espacios para atender a los y las jóvenes con los que trabajamos.
El sencillo hecho de proponer una pregunta, alienta otro pensamiento y nuevas dudas. Pero por qué a veces se observa como un obstáculo a estos procesos de preguntarnos, una y otra vez, de dudar, de sospechar? Creo que cuando las metodologías tienden y de hecho logran generar sensibilización, movilización, participación, son vivenciadas como una amenaza a poderes(personales, sociales, gremiales)comodamente estructurados); amenaza que comienza en el momento en que la palabra circula casi libre, sutil despojada de intereses individuales y personalismos. Por eso, las metodologías son tan importantes como el contenido. El qué hacer se refleja en el cómo,por eso no siempre una "asamblea",por ejemplo, garantiza la participación horizontal, no siempre "la autoconvocatoria" implica más autonomía, ni las consultas populares, interés y consideración real de la expresión del pueblo (por ej pueblos antimegaminería, consultados como parte del proceso de demostrar la consulta previa),convirtiéndonse en una trampa. En síntesis, la metodología contiene una ética en si misma.