Adaptación activa a la realidad
Este es un concepto tomado de la Psicología Social, disciplina que intenta comprender la conducta del hombre situado e histórico. Situado en cuanto a un hombre concreto, que vive en un determinado contexto, con relaciones determinadas y en un lugar geográfico. Histórico en cuanto a su relación con las condiciones concretas de existencia que le tocó vivir. Estudia al hombre en situación. Podemos trasladar este concepto a los grupos con los que trabajamos. Nos paramos así frente a una realidad concreta, a la que nos podemos adaptar pasivamente, sin intentar modificarla o por el contrario podemos intentar ver qué intercsicios nos ofrece para introducir cambios que nos signifiquen posibilidades de crecimiento y desarrollo saludables; estaríamos entonces frente a una "adaptación activa a la realidad." Si bien la coyuntura social, política y económica incide directamente en la vida de los destinatarios y en la del equipo, se pueden diseñar proyectos, como el de esta práctica concreta, que faciliten a las familias de menores recursos el acceso a una tierra propia y la construcción de un barrio organizado. Las dificultades que las familias enfrentan para construir su vivienda tienen relación directa con la realidad en la que están inmersas: falta de trabajo, salarios bajos, problemas de salud, mujeres solas con menores a cargo, Políticas Públicas de Tierra y Vivienda insuficientes, etc...pero aún así la posibilidad de ser parte de un Plan de Lotes con Servicios les permite el acceso a una tierra propia, les acerca herramientas para organizarse comunitariamente, gestionar recursos, generar vínculos de pertenencia,acompañamiento y asesoramiento para la autoconstrucción,etc...Vale decir que el problema que la práctica pretende resolver y las estrategias que para ello implementa, conviven con la problemática coyuntural planteada y en este encuadre las familias pueden paralizarse frente a la realidad o tener una adaptación activa a ella, modificándola apelando a los recursos que la práctica ofrece y que son potenciados por la creatividad, el compromiso y la solidaridad de los destinatarios. - Situarse en lugares más burocraticos sin acción directa, puede desalentarnos si no se logra la aceptación financiada de nuestro proyecto innovador y de cajonea.Cuando decidí pedir mi pase (aún hoy en suspenso administrativo)del sector Salud Pública al sector de MEDIO AMBIENTE (CODEMA provincial),asesorada, traté de encuadrarme al nivel más alto. No fue como pensaba cerca del dinero (que hoy en Rio Negro no se sabe muy bien que área lo tiene)pero sí cerca del centro de decisiones. Mi proyecto KUÑIUTÚN (cuidarse en mapuche)es una realidad administrativa. Eso me produjo un hecho favorable inesperado, ser considerada en capacitaciones con profesionales de el Ministerio de ambiente de la Nación.De puro "lobby" entregue el documento del programa a un Ingeniero, miembro actual del gabinete de la presidenta de la Nacion, quien quedó impresionado por lo novedoso y confesó publicamente que estaba en busca del resto de materia gris (resiliencia)que hay hoy en el país generando soluciones a problemas especialmente locales. Eso es lo que llamo haber tenido una inesperada oportunidad.Sorprendida y contenta porque por supuesto esto impacto en las autoridades provinciales.Podría constituir una alianza estratégica.
El aporte de la compañera de Kuñiutun, nos lleva a completar lo expresado sobre esta temática, observando como una situación inesperada puede convertirse en una oportunidad en la medida que podamos desestructurar -nos y reestucturar-nos. En nuestra práctica también sucede que la realidad nos presenta situaciones nuevas, tanto a nosotros como a los destinatarios, que generan una situación crítica. Frente a ésta, podemos paralizarnos o intentar otras miradas transformadoras. En una oportunidad, habíamos presentado un Proyecto para la construcción de un espacio destinado a jardín maternal. Lo habíamos diseñado junto a un grupo de vecinas que se harían cargo. Cuando llegó la aprobación, el grupo se había desintegrado y la comisión barrial no consideraba prioritaria esa necesidad. Los recursos estaban, pero la realidad había cambiado. Podíamos desaprovechar la oportunidad o trabajar con los/as vecinos/as sobre otras necesidades. Esto nos movilizó, tanto al equipo como al barrio. Abriendo espacios de reflexión vimos que muchos/as adultos no habían terminado la escuela secundaria; que esto era una necesidad latente pero que no se abordaba porque parecía irreconciliable con la cotidianeidad. Pensando juntos los por qué y los cómo, nos dimos cuenta que era posible proponer un secundario de adultos en el marco de Educación Popular y nos pusimos a trabajar sobre esto. Hoy el secundario está funcionando. Una adaptación activa permitió concretar esta experiencia, que sin duda transforma y modifica a sus protagonistas y al medio en que viven.